(Dossier)- ARMAS NUCLEARES: Seis millones de muertes/ Ver- ENERGÍA NUCLEAR: Bill Gates se equivoca

Linda Pentz Gunter*

Beyond Nuclear International

28 NOV 2022

El Holocausto del Congo comienza con el expolio occidental de sus reservas de uranio.

 

Artículo publicado originalmente en Beyond Nuclear International.

Nunca se va el dolor de haber perdido familiares en los campos de exterminio nazis. Seis personas de mi familia fallecieron de esta manera, otros cuatro acabaron ejecutados en los guetos polacos y en Forli. Murieron antes de nacer yo, pero tenemos sus fotografías y en vez de ver sus rostros nos parece que vemos su dolor, crónico.

Pero, ¿de qué sirve el luto perpetuo si no se aprende ninguna lección? La más importante es que no puede repetirse ningún Holocausto más. Y, sin embargo, sigue sucediendo. Ante el silencio del mundo. Nadie habla de los seis millones de cadáveres en el subsuelo de la República Democrática del Congo (RDC), también rica en minerales. Permanecen invisibles, sin llorar, más allá de las fronteras de su país.

“El Holocausto del Congo sigue en pie ante la complicidad de la comunidad internacional”, me dijo Rodrigue Muganwa Lubulu en un email. “Se viola a mujeres y niñas a diario, hay decenas de muertos todos los días”. Es el director de programa de CRISPAL Afrique y lo conocí en una charla por Zoom de ICAN Alemania en 2020.

La tragedia de la RDC, el segundo país más grande de África, comenzó con el descubrimiento del depósito de uranio de Shinkolobwe de 1915, el mayor hasta la fecha. Su expolio comenzó en 1921 y se mantuvo hasta su cierre en 2004. “Ha supuesto una condena para la comunidad desposeída alrededor de la mina”, en palabras de Lubulu, “porque no solo les han obligado a abandonar sus tierras, hogares y terrenos por culpa de la minería de uranio, sino que también obligaron a los hombres a cavar material radioactivo sin ningún equipo protector”.

Los mismos cánceres y enfermedades que mataron a aquellos trabajadores del uranio siguen atormentando a sus descendientes a día de hoy, dice Lubulu, aunque la mina se haya cerrado.

“El Holocausto del Congo sigue en pie ante la complicidad de la comunidad internacional”, me dijo Rodrigue Muganwa Lubulu en un email. “Se viola a mujeres y niñas a diario, hay decenas de muertos todos los días”.

Bélgica colonizó la actual RDC en 1908, pasando a ser conocida como Congo Belga, hasta conseguir la independencia en 1960. Se la conoció como Zaire entre 1971 y 1997. En seguida se convirtió en una tierra que despertó gran interés por parte de los Estados Unidos y la Unión Sovietica, inmersas en la carrera armamentística de la Guerra Fría. Entonces, como ahora, el país ofrecía riquezas al saqueador blanco. En la región oriental del país, escribió Armin Rose en un artículo del 26 de junio de 2013 en The Atlantic, “a poca distancia de la superficie hay suficientes minerales como para mantener en pie tanto la tecnología como la industria de defensa globales”.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el uranio extraído de Shinkolobwe se destinó al Proyecto Manhattan estadounidense. “Más del 70% de la bomba de Hiroshima procedía de Shinkolobwe”, dice Lubulu, cuya organización ha llevado a cabo talleres y eventos con el objetivo de que la RDC firmara el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares.

Le obsesiona pensar en si el ‘mineral de la muerte’, como llama al uranio, se hubiera quedado en el subsuelo. “Sin el uranio de Shinkolobwe, el 5 de agosto de 1945 hubiera sido un día productivo y fenomenal en Hiroshima”, declaró en su presentación para ICAN.

Esto lo confirman las palabras del coronel del Proyecto Manhattan Ken Nichols, que escribió: “Sin la previsión de Sengler, que almacenó uranio en los Estados Unidos y, sobre la superficie, en África, no hubiésemos contado con la cantidad de uranio necesaria para justificar la construcción de plantas separadoras y reactores de plutonio”. Edgar Sengler fue en su momento el director de la Union Minière du Haut Katanga, y había acaparado 1200 toneladas de uranio en un almacén de Nueva York. Nichols compró este mineral, y otras 3000 toneladas adicionales guardadas sobre la superficie en la mina, para el Proyecto Manhattan.

Esta conexión entre el Congo e Hiroshima, y la tragedia de sus consecuencias, se expresan en los y las hibakushas de Japón. Así es como se conoce a quienes sobrevivieron la bomba. Es por ello que Lubulu y CRISPAL lucharon por la ratificación e implementación del tratado.

“No se puede separar las armas nucleares del uranio”, en palabras de Lubulu. “Cuando tienes uno, obtienes el otro. Una vez lo excavas, se convierte en un monstruo que escapa de tu control”.

“No se puede separar las armas nucleares del uranio”, en palabras de Lubulu. “Cuando tienes uno, obtienes el otro. Una vez lo excavas, se convierte en un monstruo que escapa de tu control”.

Por desgracia, este monstruo puede volver a salir de Shinkolobwe. Tanto Francia como China buscan obtener derechos de extracción allí. CRISPAL necesita moverse con rapidez para educar a la gente sobre este peligro reaparecido. Pero va a costarles mucho.

Desde 1997, cuando los conflictos internos y externos se apoderaron de la RDC, al menos seis millones de personas han muerto. Intentar convocar eventos en comunidades congoleñas, especialmente si es desde la oposición a la minería de uranio, resulta bastante peliaguda, por no decir peligrosa. Nadie que le conociera olvida el trato brutal contra el activista antinuclear congoleno Golden Misabiko, que fue arrestado, preso dos veces, envenenado por su propio gobierno sn un supuesto intento de asesinato fracasado. Fue finalmente separado de su familia y enviado al exilio.

Pese a este caso, Lubulu cree que, por encima de todo, el amor se abrira paso. “No existe puerta que el amor no abra”, dijo al concluir su presentación. Con suerte, el resto del mundo va a empezar a enviar su amor en dirección al Congo.

Traducción de Raúl Sánchez Saura.

Imagen destacada: Soldados de las Fuerzas Armadas realizando patrulla en el Congo, 2015. Fuente: Beyond Nuclear International LINDA PENTZ GUNTER

*Linda Pentz Gunter: es editora y curadora de BeyondNuclearInternational.org y especialista internacional en Beyond Nuclear.

 

Fuente: El Salto Diario

 

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ENERGÍA NUCLEAR
Bill Gates se equivoca

Las ambiciones del multimillonario solo empeorarán el desastre climático.
Linda Pentz Gunter
Beyond Nuclear International
5 SEP 2022
Bill Gates NIH
Bill Gates en un congreso de investigación en salud global en junio de 2017. Foto: NIH

 

Artículo publicado originalmente en Beyond Nuclear International.

En una entrevista para el Washington Post Magazine con motivo de la gira de su libro, la supuesta autoridad climática Bill Gates ha declarado: “Me alegraría mucho si TerraPower fuese una pérdida de dinero”. TerraPower es una compañía nuclear de su propiedad que apuesta por los reactores ‘avanzados’. Su libro se titula Cómo evitar un desastre climático. 

Bill, tenemos buenas noticias para ti. Puedes celebrarlo: TerraPower es, sin duda, un agujero negro para tu bolsillo. Y es una pérdida del tiempo de mucha gente. Además, la idea de que la energía nuclear pueda “sacar a miles de millones de la pobreza”, como dice la página web de TerraPower, es una teoría descocada, o conspiranoica, más de tantas que recibimos hoy en día.

Ahora en serio, ¿de verdad planea Gates gastar mil millones de dólares de su propio dinero, junto con la misma cantidad por parte de inversores y, probablemente, algo de financiación pública, y ni inmutarse cuando se demuestre un fracaso? ¿De verdad ayuda eso al clima?

No hace falta hacer las cuentas para comprender lo que más de dos mil millones podrían hacer en el terreno de las renovables, y como esto llegaría mucho antes a los lugares más empobrecidos, a los que Gates supuestamente protege.

La empresa financiera Lazard calculó en 2019 las diferentes maneras de producir megavatios hora de electricidad, sea con nuclear, con renovables, o con otras fuentes de energía. Como dice Amory Lovins en su artículo para Forbes: “La nueva energía nuclear costaría entre 118 y 192 dólares por megavatios hora (de los cuales 29 corresponden a los costes de operación), mientras que la solar podría costar entre 32 y 42 dólares, y la eólica entre 28 y 54”.

Como insiste Lovins: “para proteger el clima, debemos ahorrar carbono al precio más bajo y lo antes posibles. Hay tres variables: carbono, costes y tiempo”. Y, “las opciones más caras ahorran menos carbono por dólar que las más baratas. Las opciones lentas ahorran menos carbono por año que las más rápidas. Incluso las opciones bajas en carbono, o con cero emisiones, pero caras, son demasiado caras y lentas, tanto que reducirían y retrasarían la protección climática”.

Ahora mismo, los reactores TerraPower son solo un resplandor en los ojos de Gates. Como las fantasías sobre la vida en Marte, sus reactores de juguete no se materializarán en ningún lugar ni remotamente pronto como para aliviar la agonía de la crisis climática. E, incluso si apareciera, y cumpliera todos los requisitos de seguridad, se demostraria como un triunfo de la física, pero en absoluto económico o práctico.

Ahora mismo, los reactores TerraPower son solo un resplandor en los ojos de Gates. Como las fantasías sobre la vida en Marte, sus reactores de juguete no se materializarán en ningún lugar ni remotamente pronto como para aliviar la agonía de la crisis climática. E, incluso si apareciera, y cumpliera todos los requisitos de seguridad, se demostraria como un triunfo de la física, pero en absoluto económico o práctico.

Como ha evidenciado la falta de avance de los reactores modulares pequeños, no hay un mercado viable para reactores nuevos, ‘avanzados’ o no. Incluso la manufactura de cientos de reactores pequeños es imposible, dados los costes que solo se compensarían de haber cientos, quizás miles, de pedidos.

Para mostrar lo alejado de la realidad nuclear que está Bill Gates, dice que va a tirar la toalla si lo que triunfa es la fusión. La fusión, dice él, es junto con la fisión y un “milagro por llegar”, las “únicas” maneras de “producir electricidad de manera barata y confiable”.

Si, esta es la misma fusión de la que nos quedan tres décadas desde hace mucho, mucho tiempo. Y lo que nos espera. Esta es la misma fusión que necesita más energía de la que produce. La que succiona miles de millones en investigación que podrían destinarse a las renovables.

La opción nuclear, tan ‘barata’ ella, es que ha visto los costes de dos nuevos reactores en Georgia, sin terminar, alcanzar los 21 mil millones en 2021, más del doble del coste original. Y lo que nos espera. Y es la misma fuente ‘confiable’ la que ha acabado con miles de personas en Texas a oscuras durante una helada, no la eólica.

Hay una razón por la que no buscamos oro. No necesitamos dedicar años de nuestra vida en busca de gramos hasta conseguir una fortuna. La fiebre del oro se ha acabado. Y también, si acaso existió, la fiebre nuclear.

Gates quiere salvar vidas erradicando la malaria. Pero está feliz de exponer a la gente a la radiación y dejar atrás un legado de residuos tóxicos sin solución alguna.

Miremos a nuestro alrededor. Además del desastre de Georgia, un proyecto muy similar en Carolina del Sur ha acabado sin finalizar y pasando la factura a los contribuyentes. En Reino Unido, Hitachi ha abandonado sus planes de construir centrales. Antes de eso, el plan de una con tres reactores en Cumbria, Inglaterra, vivió el mismo éxodo corporativo. El nuevo reactor de Bradwell está “en pausa” ahora mismo.

Mientras tanto, los costes nucleares, en parte debido a sus enormes riesgos, siguen subiendo. Y los de las renovables, bajando. La energía solar y la eólica son las fuentes de producción energética más baratas y rápidas. La nuclear es la más cara y lenta. Así que si eliges gastar dos mil millones en engañadas nucleares, no estarás ayudando contra el desastre climático. Lo estás provocando.

Traducción de Raul Sanchez Saura.

Linda Pentz Gunter: es editora y curadora de BeyondNuclearInternational.org y especialista internacional en Beyond Nuclear.

 

Fuente: El Salto Diario

 

 

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