¡Jacobin te necesita!/ Ver- El ajuste espacial: David Harvey* analiza la confrontación entre Estados Unidos y China

23.05.23

COLECTIVO EDITORIAL

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Fuente: Jacobin América Latina

 

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23.05.23

El ajuste espacial

 

TRADUCCIÓN: VALENTÍN HUARTE

David Harvey analiza la confrontación entre Estados Unidos y China, la dinámica capitalista que la impulsa y los motivos por los cuales debería preocuparnos la posibilidad de una nueva guerra.

 

Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial se planteó un verdadero problema en el horizonte de la economía global. Había grandes posibilidades de que se recrearan las condiciones de la depresión de los años 1930, aunque esta vez en el marco del enorme incremento de la capacidad productiva favorecido por la economía de guerra y con una gran cantidad de tropas militares regresando a sus hogares. Frente a esta situación, las autoridades políticas de Estados Unidos comprendieron algo importante: el proceso de descolonización, que se había convertido en un hecho desde que terminó la Primera Guerra Mundial, representaba una ventaja. Era necesario deshacerse del control que el Reino Unido, Francia y Holanda ejercían sobre sus posesiones coloniales para que estas dejaran de ser mercados cautivos de las potencias imperiales. Dado que no tenía tantos mercados cautivos, Estados Unidos dirigió la apertura en beneficio de sus propios intereses. Entendió que podía colonizar el mundo con tanta facilidad como el Reino Unido y Francia, pero a través de un sistema global de libre comercio.

La descolonización y la apertura del mundo a estructuras alternativas de desarrollo ayudarían a absorber los excedentes de capital estadounidense de la posguerra. Esta fue la genialidad del Plan Marshall. Sin embargo, el plan no consistía simplemente en utilizar a Europa como un sumidero para las mercancías excedentes de EE. UU. Se trataba también de reconstruir el capital y los sitios de acumulación de capital en todo el mundo, expandiendo considerablemente el mercado mundial. El capital excedente se desplazó hacia Japón y Europa, lo cual conllevó la revitalización de estas economías.

El período que va desde 1945 hasta 1970 estuvo caracterizado por un crecimiento espectacular de la economía global, y esto dependió en buena medida de la creación de estos centros alternativos de expansión y de acumulación de capital. Sin embargo, en los años 1980, Japón y algunas partes de Europa Occidental empezaron a superar a EE. UU. en el escenario mundial. Estados Unidos se encontró en la situación de haber ayudado a crear a sus propios rivales. Si estuviese escribiendo esto en los años 1980, estaría describiendo a Japón y a Alemania Occidental como hegemónicas en términos del capitalismo mundial. Estos eran los países que llevaban la delantera en aquel entonces.

Estados Unidos alentó este proceso porque representaba un beneficio particular, especialmente en el contexto de la Guerra Fría con la Unión Soviética y frente a las perspectivas de surgimiento de una alternativa comunista en China. A EE. UU. se le planteó entonces el problema de cómo combatir el crecimiento explosivo de Alemania Occidental y de Japón. Su solución fue crear un orden mundial normativo en el cual todos los países pudieran competir y beneficiarse del comercio libre. Estaba convencido de que podía resultar ganador bajo este nuevo sistema, en parte porque fue construido salvaguardando la ventaja de sus propios capitales.

Este fue el orden neoliberal del libre comercio: la reducción sistemática de las barreras aduaneras y la creación de un sistema financiero global que facilitaba el desplazamiento tanto del capital como de las mercancías a lo largo y ancho del mundo. El auge de las nuevas tecnologías del transporte y de las comunicaciones también fue de gran ayuda. Una de las consecuencias de esto fue el desarrollo de múltiples centros alternativos de acumulación de capital. Japón, por ejemplo, se desarrolló enérgicamente durante los años 1960 solo para terminar, en los años 1970, con enormes cantidades de capital excedente. ¿Y qué iba a hacer con él? Japón exploró la posibilidad de un ajuste espacial [spatial fix].

Marx brinda una descripción interesante de cómo funciona este ajuste espacial. El territorio con capital excedente presta dinero en otras partes del mundo, que luego lo utilizan para comprar mercancías del país con excedente de capital. El país de destino puede utilizar las mercancías que compra para satisfacer los deseos y necesidades de su población –a través del consumismo– o para construir infraestructura y trabajar en proyectos que conduzcan a seguir desarrollando el capitalismo en su territorio.

Marx brinda una descripción interesante de cómo funciona este ajuste espacial.

De esta manera, Japón empezó a «colonizar» el mercado de consumo de Estados Unidos. Esto derivó en la «invasión» japonesa de la economía estadounidense: compraron el Centro Rockefeller y se metieron en Hollywood mediante la compra de Columbia Pictures. De esta forma, el capital excedente volvió a fluir desde Japón hacia EE. UU., pero también se expandió por el resto del mundo, con lo cual el país llegó incluso a asumir una postura minimperialista en muchos mercados emergentes, como los de América Latina. Poco tiempo después pudimos apreciar secuencias similares en toda Asia. Aunque al comienzo lo hizo bajo una dictadura militar y no en el marco de una economía de libre mercado, Corea del Sur se desarrolló. Estados Unidos impulsó este proceso por un motivo muy sencillo: la contención del comunismo.

La Unión Soviética y China planteaban una amenaza. EE. UU. necesitaba una Corea del Sur próspera y procapitalista para limitar la expansión comunista. Por lo tanto, apoyó el desarrollo de la economía coreana, facilitándole transferencias tecnológicas y ofreciéndole un acceso ventajoso a los mercados estadounidenses. Pero hacia fines de los años 1970, Corea del Sur estaba generando un capital excedente con su gran aparato productivo. Entonces, ¿qué hace? Intentó hacer un ajuste espacial. Localizó la producción de automóviles en EE. UU. y compró algunas empresas de electrónica, mientras colonizaba los mercados estadounidenses y organizaba la producción en algunos mercados emergentes al mismo tiempo. El capital excedente salió de Corea del Sur hacia fines de los años 1970. Aparecieron de repente empresas subcontratistas coreanas en América Central y en África. Las prácticas de estas empresas en relación con los derechos humanos y laborales eran notoriamente brutales.

 

Nota (1r) Siga leyendo en el siguiente enlace

El ajuste espacial

*DAVID HARVEY: Distinguido profesor de antropología y geografía en la escuela de graduados de la Universidad de la Ciudad de Nueva York. Sus últimos libros publicados son The Ways of the World y The Anti-Capitalist Chronicles.

 

Fuente: Jacobin América Latina

 

 

 

 

 

 

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