Desde hace muchos años, Haití se encuentra inestable como resultado de una crisis política, a la que se añaden también crisis humanitarias, socioeconómicas y de seguridad, hasta el punto de que el actual Primer Ministro, Ariel Henry, nombrado dos días antes del asesinato de Jovenel Moïse, lanzó el pasado mes de septiembre un llamamiento a la comunidad internacional para la creación de una fuerza armada internacional que garantice el desbloqueo de la terminal de combustible de Varreux, bloqueada por las pandillas del G9, con el fin de garantizar la distribución de agua, el transporte de material médico y el combate a las epidemias. Este bloqueo se produjo tras la decisión del gobierno de aumentar sustancialmente el precio del combustible.

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