Al menos cuatro buses de transporte público fueron incendiados, además de autos particulares y paradas de buses que fueron vandalizadas. Todos los daños ocurrieron en un radio de 1 km de la sede de la Policía Federal en Asa Norte. Si bien las escenas de bandidaje y violencia se desarrollaron en lugares fuertemente monitoreados por varias cámaras, la SSP-DF no reportó la ocurrencia de detenciones o detenciones en flagrancia. La mañana de este martes (13/12), algunos puntos del área central de Brasilia seguían bloqueados y el hotel donde se hospeda Lula -cercano al lugar de los hechos- reforzó su seguridad. Vea algunas imágenes del daño causado por los bolsonaristas, al final del artículo.
Henrique Canary*, de Sao Paulo (SP)
Publicado en:13/12/2022

Según todos los informes, la Policía Militar tardó en actuar y, cuando lo hizo, logró la increíble hazaña de no arrestar a nadie. La Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal se limitó a reforzar la seguridad en los alrededores del hotel donde se hospedan Lula y Alckmin y a dar avisos de que la situación se normalizaba.
Lo que vimos ayer, en general, fue un apagón de los organismos de seguridad, principalmente federales, que nunca confrontan a los bolsonaristas por el simple hecho de que ellos mismos están llenos de este tipo de elementos. Al final de la jornada, el ministro de Justicia Anderson Torres recurrió a Twitter para calmar a los internautas, pero sin mencionar medidas represivas: “Desde el inicio de las manifestaciones en Brasilia, @JusticaGovBR, a través de @policiafederal, ha mantenido estrecho contacto con @secsegurancadf y @Gov_DF para contener la violencia y restablecer el orden. Todo será investigado y aclarado. Situación normalizándose por el momento”.
Flavio Dino, futuro ministro de Justicia en el gobierno de Lula, tuvo que intervenir en la situación y articuló algunas iniciativas con el Gobierno del Distrito Federal y la Seguridad Presidencial. El exgobernador de Maranhão afirmó: “El gobierno federal permanece en silencio ante esta situación absurdamente grave. Aún no tenemos pluma en la mano, estoy hablando con Ibaneis [gobernador del DF], Andrei [Passos, futuro director de la PF], con la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, pero el gobierno federal necesita dar respuestas”. Cuando se le preguntó sobre sus articulaciones con representantes del gobierno de Bolsonaro, no pudo disimular su irritación: “Yo no hablo con un golpista”.
Todo el caso es una demostración importante de la fuerza del bolsonarismo y probablemente sirva de modelo para otras acciones violentas antes, durante y después de la asunción de Lula. Está probado que quien actúe violentamente contra el Estado de derecho, siempre que lo haga a favor de Bolsonaro, no será sancionado. Se permite incendiar la ciudad y publicarlo en las redes sociales porque la línea de los cuerpos de seguridad sigue siendo la de no enfrentar la violencia de la extrema derecha. Desde nuestro punto de vista, la respuesta al fascismo pasa por movilizar a las masas, quitar el monopolio del fascismo en las calles. Esta es la mejor oportunidad que tenemos para resistir las aventuras golpistas.
Cualquiera que descarte lo sucedido, diciendo que se trata de una minoría sin importancia o que el incidente no interfiere con los ritos democráticos, debería pensar más en el mediano y largo plazo. El bolsonarismo busca un nuevo rostro tras la derrota electoral del 30 de octubre. La prensa dominante piensa que el fascista quiere liderar una oposición grande, amplia y diversa. Pero tal vez esto no sea así. No se descarta que Bolsonaro adopte la táctica que le garantizó llegar a la segunda vuelta: en vez de expandirse desde el principio, quizás prefiera mantener a su núcleo duro ilusionado y movilizado, para luego llegar a los sectores más moderados. De confirmarse esto, nos esperan días duros, con mucho caos y violencia, y con la complacencia de los cuerpos de represión. La gran burguesía y una parte importante de la sociedad brasileña normalizaron y naturalizaron el fascismo como un “jugador” leal en el juego político. Con eso, esperaba domesticarlo. Pero quizás el fascismo tenga otros planes.
Mira en el enlace algunas imágenes de los destrozos que dejaron los bolsonaristas en la capital del país. Fotos de Scarlett Rocha
Ataques em Brasília: o que nos dizem sobre o futuro do bolsonarismo?
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