Brasil – En defensa del programa que eligió a Lula, PSOL votó en contra del marco fiscal

La Cámara de Diputados aprobó el marco fiscal, que ahora va al Senado. Hubo 372 votos a favor y 108 en contra del texto base presentado por Claudio Cajado (PP). El partido de Bolsonaro, el PL, emitió 30 votos a favor de la nueva regla. Los diputados del PSOL votaron en contra.

El partido considera que la limitación de las inversiones públicas, impuesta por el nuevo tope de gasto, dificultará el cumplimiento de las promesas de campaña de Lula. El eventual fracaso del gobierno para mejorar la vida de la gente es de interés sólo para la extrema derecha. Por ello, el PSOL se pronunció en contra del ajuste fiscal que restringirá los recursos a las áreas sociales y de desarrollo económico.

El proyecto original de Fernando Haddad, que preservaba la austeridad neoliberal, se vio muy agravado por el Centrão de Artur Lira. Fundeb, que financia la educación básica, ingresó al nuevo techo. Al igual que el piso de enfermería.

Además, se colocaron disparadores de castigos draconianos. Si el gobierno no cumple con las audaces metas de superávit primario, habrá una contingencia automática de fondos, incluidos los de salud y educación. También se prevé, en este escenario, la congelación de los salarios de los funcionarios y la prohibición de las licitaciones públicas.

Centrão y mercado financiero ponen soga para ahorcar al gobierno

La derecha encabezada por Artur Lira votó abrumadoramente a favor del marco. El mercado financiero y los banqueros celebraron la aprobación de la nueva regla fiscal endurecida por el relator del centrão. Campos Neto, presidente del Banco Central designado por Bolsonaro, también aplaudió la nueva ley, al tiempo que indicó que mantendrá altas las tasas de interés.

No fue el proyecto que eligió a Lula el que triunfó anoche, 24 de mayo. Pero las fuerzas políticas reaccionarias se vinculan a los intereses de las élites dominantes. Le ponen una camisa de fuerza al gobierno, que tendrá límites estrictos al avance de las inversiones públicas. En caso de frustración de ingresos o recesión económica, la situación será aún peor, porque los recortes de gastos en todas las áreas serán obligatorios. Ni siquiera la salud pública y la educación quedaron fuera del techo.

El objetivo del centrão es tapiar cada vez más a Lula. No se conformará con el marco deteriorado. No habrá tregua, como esperaban algunos sectores de la izquierda. La derecha mayoritaria en el Congreso y la extrema derecha ahora quieren, por ejemplo, vaciar los ministerios de Pueblos Indígenas y Medio Ambiente, quitándoles funciones primarias, como la demarcación de tierras indígenas. El CPI contra el MST ya fue instaurado. El pacto de gobernabilidad con Artur Lira, como parecen querer sectores del gobierno y del PT, podría costarle la supervivencia al programa de cambios que eligió a Lula.

Fiel al programa que eligió a Lula, el PSOL hizo bien en votar en contra

Lula fue elegido para acabar con el techo de Temer y ampliar las inversiones. El programa ganador en las urnas apuesta por la generación de empleos e ingresos, la reivindicación de derechos, la mejora de la calidad y el acceso a la salud, la educación y la vivienda, y la preservación del medio ambiente. La mayoría de los trabajadores no votó por la aplicación de una política de austeridad fiscal.

Quien se beneficiará del eventual fracaso del gobierno es la extrema derecha. Tanto es así que decenas de diputados bolsonaristas votaron a favor del marco. Por cierto, Bolsonaro, en una declaración reciente, dijo que no quería poner en peligro el progreso de la nueva regla fiscal en el Congreso.

A pesar de estos hechos, hay sectores de izquierda que critican al PSOL por oponerse al nuevo techo de gasto. Aseguran que el partido jugó “el juego de la derecha”, perjudicando al gobierno. Nada más engañoso.

Primero, que la gran mayoría de la derecha votó a favor del marco y celebró su aprobación. En segundo lugar, lo que puede sabotear el gobierno de Lula no es el voto del PSOL en contra de un gobierno neoliberal, sino la incapacidad de cumplir lo prometido a la gente como resultado de las concesiones a las élites gobernantes.

Tercero, que el PSOL tiene un historial de coherencia política que invalida cualquier asociación que tenga con la derecha y la oposición bolsonarista. El partido estuvo en contra del golpe contra Dilma, estuvo con Lula desde la 1ª vuelta, está en la lucha activa contra el golpista de extrema derecha, apoya todas las medidas progresistas del gobierno y defiende un programa para revertir el legado de Temer y Bolsonaro. PSOL trabaja para que el gobierno de Lula funcione.

Cabe señalar que las críticas de la izquierda al nuevo techo no se limitan al PSOL. 22 diputados del PT y uno del PCdoB, entre ellos Rui Falcão, Lindbergh Farias, Natália Benevides y Orlando Silva, publicaron una importante declaración crítica al marco. En él, lamentan que no fue posible “liberar al poder público del estrangulamiento provocado por los intereses del capital rentista, que pretende subyugar al fisco al pago de intereses insoportables de la deuda pública, a costa del empobrecimiento del pueblo brasileño y la sangría de nuestra economía”.

La posición del PSOL también es compartida por muchos sindicatos, movimientos sociales y economistas de izquierda, quienes creen que la nueva norma va en contra de las necesidades del desarrollo económico con justicia social y preservación del medio ambiente.

La lucha por derrotar a la extrema derecha y lograr los cambios económicos y sociales necesarios pasa por pasar página a la austeridad neoliberal. Y también por construir otra lógica de gobernabilidad, que se base en la movilización social y la presión popular de izquierda. La aprobación del marco fiscal en alianza con Artur Lira fue un “tiro en el pie” del gobierno de Lula.

Tomado de esquerdaonline.com.br

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