Niñas privadas de la escuela en África

 

Miles de niñas, víctimas de violencia sexual o matrimonios forzados, son excluidas del sistema escolar por su embarazo o por su condición de madres. Aunque los avances positivos son perceptibles, se ven frenados por una política patriarcal compartida por los líderes africanos.

La Unión Africana reconoce el derecho a la educación de las niñas en su carta sobre los derechos de la mujer, adoptada en 2003. La realidad es bastante diferente para las niñas embarazadas o con hijos. Hasta hace poco, en algunos países, eran sistemáticamente excluidos de la escuela.

La moralidad al servicio del patriarcado

Este fue el caso de Tanzania bajo la presidencia de John Magufuli, católico convencido y padre de cinco hijos. Había dirigido una campaña contra la anticoncepción y estaba detrás de la ley que prohibía a las madres jóvenes o futuras madres del sistema escolar. Otros países tenían regulaciones similares, como Sierra Leona en África Occidental y Mozambique en África Meridional. Las autoridades escolares incluso estaban facultadas para obligar a las niñas a hacerse pruebas de embarazo.

Muchos hombres en los círculos políticos justifican estas disposiciones discriminatorias sobre la base de la defensa moral. Obviamente, sólo las niñas son víctimas de esto, ya que los alumnos identificados como padres no son expulsados ​​de la escuela en la mayoría de los casos. Una moral de geometría variable ya que la misma gente defiende los matrimonios precoces, a veces con niñas. Esta ideología es compartida en todos los estratos de la sociedad.
Crisis económica y matrimonio precoz

El matrimonio precoz es un peligro real para las niñas. Aparte de que casi todos los casos son matrimonios forzados, es un peligro para la salud de las niñas y muchas veces es sinónimo de abandono escolar.

La crisis del Covid-19 ha tenido un efecto amplificador en el número de matrimonios arreglados por familias pobres para poder sobrevivir. Las estadísticas del Ministerio de Asuntos de la Mujer de Zimbabue revelaron que en los primeros dos meses de 2021, casi 5000 estudiantes estaban embarazadas, de las cuales 1770 estaban en matrimonios forzados.

No hay suficiente progreso

Bajo la presión de los activistas, la situación ha mejorado algo. El sistema educativo todavía está abierto a niñas embarazadas y madres jóvenes, como en Benin, Lesotho, la República Democrática del Congo y Mauritania. Zimbabue ha adoptado recientemente leyes que garantizan el acceso a la escuela para todos los estudiantes. Sierra Leona ha hecho un cambio importante en su posición al adoptar las llamadas medidas de ‘inclusión radical’.

Otros países confirman el derecho de acceso a la escuela pero imponen, como en Uganda, el permiso de maternidad a partir de los tres meses de embarazo, lo que no se justifica en modo alguno y confirma el ostracismo de las autoridades hacia estas niñas. Se mantienen las pruebas de embarazo obligatorias y el regreso a clases está condicionado al consentimiento de los padres.

En cuanto a Tanzania, mantiene su principio de prohibir a las niñas ir a la escuela y ha establecido un “Camino de Educación Alternativa”, es decir, escuelas especiales para estas niñas. Este programa iba a ser financiado por el Banco Mundial, el cual, ante las protestas de organizaciones feministas y de derechos humanos, canceló su participación financiera. Afortunadamente, las movilizaciones feministas en África están logrando mover las líneas y, con cada retroceso del patriarcado, avanza el derecho a la educación para todos.

Traducido por International Viewpoint de l’Anticapitaliste.

 

Fuente: International Viewpoint 

 

Visitas: 5

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

RSS
Follow by Email