Por Jaime Pastor
La crisis multidimensional que estamos viviendo no deja de acelerarse y de agravarse, ahora con el ascenso de fuerzas de extrema derecha dispuestas a ofrecer una respuesta reaccionaria, como hemos visto recientemente con el triunfo de Meloni en Italia. No faltan, sin embargo, experiencias de revueltas populares en distintas partes del planeta que han apuntado en otra dirección, como ocurrió con el estallido social que se produjo en Chile en octubre de 2019. Este marcó el inicio de un nuevo ciclo que llegó a crear las condiciones para un proceso constituyente democrático y paritario. Sin embargo, el resultado negativo del referéndum del pasado 4 de septiembre significó un revés innegable, pero no por ello habrá que dejar de extraer lecciones de los debates que han girado en torno al borrador de Constitución. Uno de ellos ha sido el relacionado con el concepto de bienes comunes y el reconocimiento de los derechos de la naturaleza, como recuerda y aborda Luis Lloredo en El desorden global, en donde analiza con rigor crítico las diferentes propuestas y tensiones creadas.
El Plural de este número está dedicado a “Trabajo, empleo, derechos y sindicalismo”. Como explica Manuel Garí en la presentación, nos encontramos en una nueva fase del capitalismo tardío, en la que este va adoptando nuevas y más agresivas formas contra una clase trabajadora que ha conocido un notable retroceso en su conciencia de clase y un deterioro de sus viejos lazos comunitarios y culturales. Urge, por tanto, repensar y reconstruir “nuevas formas de organización y discursos propios, nuevos métodos y repertorios de lucha”. Daniel Albarracín contribuye a esta tarea a partir de un balance crítico de “un movimiento sindical y una izquierda bizcas” para, junto a su crítica de la reforma laboral promovida por el gobierno progresista español, insistir en la necesidad de nuevas dinámicas de organización sindical que concuerden con las nuevas formas empresariales.
A continuación, miembros de diferentes sindicatos (CC OO, ELA, LAB, CGT y USTEA) responden a un cuestionario elaborado por los coordinadores de este Plural, presidido por una gran pregunta: “¿En qué consiste el sindicalismo del siglo XXI?”. En sus respuestas podemos constatar diferentes opiniones que esperamos contribuyan a conocer mejor sus propuestas para poder contrastarlas con sus prácticas y con lo que creamos que debe ser un sindicalismo alternativo.
Julia Tabernero, Justa Montero y Eva Muñoz escriben sobre “luchas feministas en los márgenes del trabajo” apostando por un feminismo sindicalista que plantee los conflictos “más allá de lo laboral y desde una perspectiva interseccional”. Para ello se refieren a distintos colectivos –entre ellos, trabajadoras del hogar y trabajadoras sexuales– y luchas –como la de las jornaleras de Huelva–, así como a la experiencia de las huelgas feministas y la visibilización de los cuidados y de su dimensión económica y social que se dio en ellas. Elsa Collanges complementa estas reflexiones desde su experiencia en el sindicalismo francés, en torno a reivindicaciones como la de igual salario por igual trabajo, o la reducción global de la jornada laboral, con el fin de responder mejor a la agravación de la competencia entre las y los trabajadores.
Víctor de la Fuente nos ofrece un análisis riguroso desde el marxismo de la figura del trabajador autónomo, mostrando con datos concretos la creciente extensión que está conociendo bajo el capitalismo actual, ya que “corresponde más a una forma determinada de explotación del trabajo que a un vestigio de producción precapitalista”. El caso del sector del transporte y la movilización que protagonizó en marzo pasado en el Estado español le sirve como ilustración de su tesis.
Mikel de la Fuente desarrolla un análisis bien documentado y comparado de la evolución de las políticas gubernamentales en relación con las pensiones. Recuerda las reformas de 2011 y 2013 y la necesidad de seguir exigiendo su derogación, y alerta frente a los nuevos intentos de poner en cuestión la revalorización de las mismas en un contexto inflacionario como el actual, mientras se sigue impulsando las pensiones privadas.
El debate sobre el futuro del trabajo –o, más bien, del empleo– bajo los efectos de las nuevas tecnologías sigue abierto. En su conversación con Jean Bastien, Juan Sebastián Carbonell, autor de un libro sobre esa materia, se muestra escéptico frente a la tesis del fin del trabajo y considera que este va a continuar siendo central en nuestras vidas y en nuestras luchas.
Este conjunto de artículos del Plural se ve luego ilustrado con la experiencia de la lucha obrera reciente en la emblemática fábrica Mercedes Benz que nos cuenta Txejo Ortega en Aquí y ahora. En ella vemos reflejarse las diferencias entre dos bloques sindicales en torno a la estrategia y a las formas de participación y lucha a poner en pie frente a la patronal y el gobierno vasco.
En Plural 2 abordamos una cuestión poco tratada hasta ahora en esta revista: la de la posibilidad de un encuentro entre el marxismo y el sorteo en el marco de un proyecto de democracia socialista. A esto trata de responder Germán P. Montañés, quien considera que ese encuentro es posible, ya que el hecho de que determinados cargos públicos sean seleccionados al azar, junto a la rotación en los mismos, facilitaría la aspiración a ir superando la separación entre gobernantes y gobernados y, por tanto, la socialización de los conocimientos políticos.
En Miradas, “Un verano en el Valle de México” reúne las estupendas imágenes que Mariña Testas ha obtenido de los canales Xochimilco, de los Voladores de Papantla, o de un cumpleaños mexicano. En Voces, los poemas de Ángel Padilla, “de denuncia y, sobre todo, de amor desde el antiespecismo”, nos convocan a una “transformación ética radical”, como nos propone Alberto García-Teresa.
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Tomado de Viento Sur
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