La Unidad Piquetera comenzó un plan de lucha desde el lunes hasta el miércoles para denunciar la falta de alimentos para los comedores populares y de herramientas para los emprendimientos productivos y cooperativas. A su vez, sostienen el repudio por la baja de unos 100.000 programas del Potenciar Trabajo, ejecutada por la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz y reclaman la generación de puestos de trabajo y la universalización de los programas de empleo. Desde la Coordinadora por el Cambio Social iniciaron una campaña de visibilización de la especulación de supermercadistas con la remarcación de precios en los alimentos y exigen la implementación por parte del gobierno de una ley de abastecimiento.
Por ANRed
En una de las últimas jornadas de lucha realizada hace un mes, la Unidad Piquetera expresó: «Si Tolosa Paz quiere sacarnos de la calle que cese las 160 mil suspensiones y entregue la comida a los comedores». Cumpliendo con esa premisa de sostener el reclamo de esos puntos sumado a la generación de trabajo genuino y la universalización de programas de empleo, hoy lunes desde las 15 acamparan en el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y en las sedes de las distintas provincias del país.
En este marco, la Coordinadora por el Cambio Social inicio desde el mediodía movilizaciones hasta las sucursales de los supermercadistas en todo el país para visibilizar mediante una campaña de difusión «la responsabilidad que tienen el gobierno del Frente de Todos y los grandes supermercadistas en la profundización de la crisis y la pobreza que estamos viviendo».
El comunicado en contra la especulación y los precios «super remarcados» de los supermercadistas expresa: «No estamos aquí para extorsionar, saquear, ni impedir el normal funcionamiento del supermercado. Sólo estamos visibilizando una problemática que nos agobia diariamente a todas y todos los ciudadanos» subrayaron en un comunicado.
El mercado de la venta de alimentos está caracterizado por la concentración productivista: el 74% de la facturación de las góndolas de los supermercados está en manos de apenas 20 empresas y el poder de venta está concentrado en seis cadenas comerciales de grandes superficies. En este contexto, uno de los reclamos de la Unidad Piquetera es la necesidad de que el gobierno implemente una Ley de Abastecimiento que «permitiría por un plazo de 180 días intervenir las firmas, obligarlas a producir una cantidad determinada de productos, fijar precios y establecer márgenes de ganancias. Es decir que, además de fijar precios con un resultado real, habilitaría a que el gobierno tengan mayor información de cuáles son las ganancias reales de los grandes supermercadistas en un contexto de crisis».
En ese sentido también indicaron que «la suba de precios está directamente relacionada con la el incremento en los niveles de pobreza e indigencia. El año pasado la Canasta Básica Alimentaria terminó con una suba superior al índice general, llegando hasta un 104% aproximadamente. Esto impacta de lleno en los bolsillos de los sectores más empobrecidos, ya que los mismos gastan la mayor parte de sus ingresos solamente en comprar alimentos». El conjunto de organizaciones de la Coordinadora también exige una reducción del IVA en alimentos de primera necesidad y mayor asistencia alimentaria a los comedores populares que vienen sufriendo el incumplimiento de los plazos de entrega por parte del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.
En Bobadal, Santiago del Estero, el Frente de Organizaciones en Lucha realizan una jornada de difusión y entrega de comida en un comedor popular. Para hoy lunes también se espera que en CABA el acampe frente al ministerio de Desarrollo Social, sobre la Avenida 9 de Julio comience desde las 15h.
En Tucumán también llevaron adelante una movilización en las afueras de dos supermercados ubicados en Belgrano y América y en la avenida Brígido Terán donde exigieron a los supermercadistas «basta de negociar con el alimento del pueblo».
Desde Unidad Piquetera acusan a Tolosa Paz de llevar adelante “un plan de ajuste” con las bajas del Potenciar Trabajo para cumplir con las metas del FMI. “Hay en marcha un ajuste, que no se detiene. Por eso es necesario enfrentarlo, con el conjunto de la clase obrera, en las calles y con acciones de lucha comunes”, dijo Unidad Piquetera a través de un comunicado.
El viernes 3 de marzo en un plenario nacional realizado en Plaza de Mayo con la asistencia de más de 3000 delegados piqueteros de todo el país se decidió un plan de lucha que comienza hoy y se extiende hasta el miércoles.
“Este plenario nacional piquetero declara que su lucha central es por el trabajo genuino, sin precarización laboral y bajo convenio. Es el objetivo principal de las organizaciones de desocupados. Defendemos cada emprendimiento productivo como parte de la lucha por la supervivencia y no como una estación terminal de la existencia de la clase obrera”, señalaron al finalizar la asamblea y aprobar las medidas.
En una segunda etapa, la agenda piquetera prevé otra jornada de protestas y cortes de calles y rutas en todo el país para el 5 de abril. En plenario las organizaciones y movimientos sociales decidieron que en caso de no recibir respuestas por parte del Gobierno, el 18, 19 y 20 de abril profundizarán las medidas y realizarán un acampe piquetero de 72 horas frente al Ministerio de Desarrollo Social con aproximadamente 5000 carpas.
Por último también preveen realizar más protestas que culminarán en una marcha federal que, según adelantaron, se iniciará el 15 de mayo y terminará el 17 en la Plaza de Mayo.
Fuente: ANRed
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Al no haber una medida oficial, hay una situación caótica en los colegios
Por el calor, cada escuela porteña se organiza a su manera
Algunas autoridades dispusieron reducciones de jornada o no pasan las faltas a los chicos. Hubo «faltazos» masivos de alumnos y hay reclamos de suspensión de clases.

La ola de calor no se detiene y los y las alumnas de las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires continúan sufriendo las consecuencias. Mientras esperan un alivio climático, las comunidades educativas y los gremios se organizan para reclamar la suspensión de clases en las escuelas que no cuentan con las condiciones para garantizar una ventilación e hidratación adecuada. Con el Ministerio de Educación decidido a no suspender, los centros de estudiantes organizan «faltazos», las familias autorizan a sus hijos e hijas a no asistir y en algunos casos los directivos deciden no contar las faltas o reducir las jornadas. Los «faltazos» se profundizarán este martes y el gremio Ademys irá al paro.
El próximo miércoles está marcado en las mentes de las y los alumnos y docentes que esperan que ese día, tal como indica el Servicio Meteorológico Nacional, llegue lo que aguardan desde hace semanas: las lluvias que provoquen un descenso de las temperaturas. Mientras tanto, según pudo recabar Página 12 en diversas escuelas porteñas, la situación parece bastante caótica. Este diario consultó a fuentes del Ministerio de Educación de la Ciudad sobre la posibilidad de suspender las clases: «No hay chance de que eso pase«, respondieron. Del mismo modo se expresaron sobre la variable de reducir jornadas en las horas de mayor calor. Ante esa inflexibilidad, las comunidades educativas de las escuelas se organizan de diferentes formas.
Varios colegios porteños comenzaron esta semana sin sus alumnos y alumnas en las aulas. Es que hay centros de estudiantes que organizaron «faltazos» para el lunes y martes, apoyados por sus familias, como en el caso del Colegio N°3 Mariano Moreno, del barrio de Almagro. «Sin condiciones dignas no se puede estudiar. Hacemos faltazo para denunciar las condiciones inhumanas en las que estudiamos mientras transcurre la ola de calor», advirtieron desde el centro de estudiantes y aseguraron que el martes evaluarán si extienden la medida también al miércoles.
Lo mismo sucedió, por caso, en la escuela Rogelio Yrurtia de Parque Avellaneda. «Con ventiladores que no dan abasto, aulas sobrepobladas, sin cortinas, sin docentes, sin acceso a agua apta para el consumo y una térmica que ronda los 40 grados, nos vemos obligados a pedir la suspensión de clases«, sostuvieron desde el centro de estudiantes que convocó al «faltazo» para el lunes y martes. También hubo «faltazo» en la Escuela de Cerámica N°1 de Almagro y en la Esnaola de Saavedra. La organización Vacantes para todos, integrada por familiares de la escuela pública, convocó también al «faltazo general» en apoyo a la decisión de los y las estudiantes. La medida se profundizará este martes cuando se sumen más escuelas, como el Normal N°5 y la Escuela Manuel Belgrano de Barracas, o el Mariano Acosta.
«En la enorme mayoría de las escuelas hay escasos ventiladores que, además, andan bajito o están colgados muy alto. Por otro lado, un ventilador no resuelve el calor que estamos viviendo«, dijo a Página 12 Natalia Marques, docente del Distrito Escolar N°13. La docente, delegada e integrante de la Corriente de Trabajadores de la Educación, que pidió suspender las clases donde no haya condiciones adecuadas, también agregó que, cuando funcionan, los ventiladores «hacen mucho ruido y restringen la audición. Es muy difícil escuchar a los pibes con los ventiladores funcionando alto«.
«Se debe convocar a las familias a formar parte de la decisión, evaluando las condiciones de infraestructura y el equipamiento de cada escuela –indicó en un comunicado la Corriente de les Trabajadores de la Educación, que integra la UTE–. La obstinación en cumplir los 192 días de clase pierde de vista que ya tenemos activados dispositivos de bimodalidad, los que aprendimos con la pandemia. No utilizarlos es una torpeza, en el marco de la educación del futuro. Lo cierto es que durante estas dos semanas fue imposible avanzar con procesos de enseñanza-aprendizaje reales. Muchos estudiantes no están asistiendo y muchos otres se retiran antes; algunes sintiéndose muy mal».
Pablo Cesaroni, de Cooperadoras en Movimiento, sostuvo por su parte que «la situación está cada vez peor, los ventiladores que andan van empeorando por el uso permanente y varios se fueron rompiendo, o sea que hoy hay menos que hace 15 días«.
La entrega de 170 mil botellitas de medio litro de agua que la ministra Soledad Acuña anunció la semana pasada tampoco tuvo éxito. En la mayor parte de los casos, las botellas llegaron calientes o perdieron el frío y en las escuelas que no tienen heladeras para refrigerarlas. «Fue un anuncio pomposo. Parecía que iban a tomar una medida de vanguardia pero fueron 170 mil botellitas cuando son 400 mil estudiantes y no hay dónde refrigerarlas», dijo Marques en este sentido. Cesaroni contó que las propias comunidades educativas se organizan para que los y las chicas puedan hidratarse: «Hay colegios donde las familias llevan heladeritas con botellas y las cooperadoras compran el hielo«, relató.
Aunque reclaman una decisión centralizada del Ministerio para suspender las clases en los casos en que sea necesario, lo cierto es que las comunidades educativas advierten que los directivos tienen potestad para hacerlo. Se amparan en el Artículo N°51 del reglamento escolar de la Ciudad, que establece que, entre otras causales, el equipo directivo puede suspender las actividades por «razones sanitarias». Marques recuerda en este sentido que, con la herencia de la pandemia, «en los colegios se cuenta con la alternativa de la bimodalidad para cuando sea necesario».
En efecto, muchas escuelas porteñas suspendieron clases en las últimas dos semanas por razones parecidas. La principal causa, sumada al calor, fueron los cortes de luz y agua. La Escuela N°13 del D.E N°20, por ejemplo, solo tuvo un día de clases la semana pasada. En el Polo Educativo Villa 21-24, los y las docentes de la Escuela N°12 decidieron salir a las puertas este lunes para explicar a las familias que no estaban dadas las condiciones para dar clases «ante la falta de aires acondicionados y ventiladores«. En el colegio no funciona una fase eléctrica y la comunidad educativa realizó un corte en Iriarte y Vélez Sarsfield para reclamar respuestas. En las escuelas privadas, en tanto, la flexibilidad de los directivos es mayor y en muchos casos decidieron no contar faltas o reducir las jornadas para evitar los picos de calor.
En un comunicado, la Multisectorial por la Escuela Pública, integrada por Cooperadoras en Movimiento y UTE-Cetera pidió al GCBA que habilite la aplicación del Artículo 51 en las escuelas. «De no cumplirse las condiciones y normas básicas es imposible llevar adelante la actividad escolar«, alertaron. Tras realizar asambleas durante el lunes, el gremio Ademys decidió que directamente irá al paro este martes «ante la falta de infraestructura escolar en plena ola de calor».
Fuente: Página/12
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Educación :¿Intensificación o flexibilización? La consolidación de la política del pase pase
14MAR23
Ante problemas acuciantes de convivencia, de comportamiento y de abandono, a la necesidad de tejer redes con instituciones barriales para el seguimiento de cada uno de lxs estudiantes con dificultades, la tarea pedagógica queda relegada a un segundo plano.
Un año más arranca y la primera Jornada Pedagógica Institucional dejó mucha tela para cortar. El eje de la propuesta para el ciclo lectivo 2023 que bajó la DGCyE plantea la continuidad de la política del “Pase-pase” que venimos denunciando desde Comuna Docente y puso a lxs docentes en alerta ante la estrategia del gobierno de flexibilizar aún más nuestro trabajo en las escuelas.
Educación :¿Intensificación o flexibilización? La consolidación de la política del pase pase
Tomado de Tramas- PERIODISMO EN MOVIMIENTO
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