Alí Primera: Irreverencia Viva

Por José Doménico.

La cima más elevada de la irreverencia como expresión cultural de la idiosincracia venezolana es la obra musical de Ali Primera.

“Las casas de cartón” con su melancólica denuncia de las injusticias que se enraizaban en las crecientes urbes, da continuidad temática a la narración de la borrachera de expectativas de progreso que llevó a Ruperto de su deprimida ruralidad a los cinturones de miserias de la ciudad, para ser sacudido por la frustración.

Esas y otras obras retratan desde las propias entrañas del pueblo la rabia y desesperación que acompañó la transformación de un país rural en uno urbano, sin superar las estructuras de explotación y privilegios.

‘Canto a Madera” llora la perdida de buena parte de los talentosos músicos que construyeron esa, entre otras agrupaciones musicales; con epicentro en la escuela musical surgida en la populosa San Agustín del Sur; que hasta el día de hoy genera talentos. Pero no es un plañidero canto de derrota, sino un grito de reivindicación, de orgullo, de trascendencia, de esa “madera olorosa a jazmín a café”.

El venezolano de a pie rió, lloro, vibró con sus letras y presentaciones. Alí Primera fue, y es, una voz que reta a las injusticias, replica contra la explotación, rompe comodidades asentadas en las insatisfacciones populares, desgarra velos para llevar a la luz la esencia humana y artística del “loco de Macuto” y se conmueve ante el “olor a caramelo” de la piel de su niña

Alí, que se negó a aparecer en televisión para evitar que su mensaje pudiera ser edulcorado, amansado, hecho mercantil e insustancial; se sembró, se arraigó, en lo profundo del corazón del pueblo venezolano.

Poco lograron las campañas de descrédito por “comunista” “subversivo”‘, “asaltante de bancos” y hasta “asesino” que se tejieron en su contra.

Su música percoló en el tejido social que nos forma porque surge de nosotros mismos.
Su vinculación con las vicisitudes y esperanzas del pueblo llano se leen no sólo en su canto, y en las imágenes y homenajes que se le brindan… Va mucho más allá.

Baste hacer esta referencia: En centenas de ciudades y pueblos del país hay un barrio o sector que lleva su nombre; asociado a la dura lucha que hizo organizar a muchas personas, resistiendo difíciles condiciones a la intemperie y frecuentes desalojos violentos, con el fin de obtener un pedazo de tierra para transformarlo en su hogar.

El mensaje de Ali no pertenece al pasado. Pertenece al futuro porque nos relaciona con nosotros mismos, nos amalgama como pueblo trabajador, luchador e irreverente. Nos llama a la intolerancia contra la injusticia y a la inconformidad contra la negligencia y la traición.

Alí sigue siendo una bandera de la canción necesaria, de la lucha necesaria.

Visitas: 11

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

RSS
Follow by Email