Razones para no callar

Un viento negro se opone al viento del pueblo: un viento de inmoralidad, deshumanización, desigualdades, xenofobia, creciente fascismo y creciente pobreza, mentiras y venta de lo público a inversores privados y fondos buitre  somete a los pueblos europeos a las grandes corporaciones y a la voluntad de los EEUU y su política guerrera marca OTAN. El resultado son  bajos salarios  y precios altos, pensiones cada vez más tardías y con  tendencia decreciente, juventud sin vivienda, salarios basura  y sin futuro  laboral estable a la vista, retroceso de los gastos sociales a favor de los militares y otras calamidades.

¿Por qué es posible todo esto? Porque la conciencia popular está adormecida, manipulada, fragmentada, mediatizada, distraída de mil maneras. El caso es que no reaccione, y si lo hace, ahí está la legalidad vigente que permite acusar de terroristas a jóvenes que protestan en defensa del  clima. De existir una conciencia ecológica  mayoritaria, la protesta sería a gran escala, y nadie sería acusado de terrorista, excepto, tal vez, algún juez negacionista.

Europa: unida y dividida

Con el silencio de los corderos como fondo musical,  las naciones europeas viven una relación compleja: si por un lado se hallan unidas por el triple  cordón umbilical del neoliberalismo, el  monetario y el militarista al servicio de los EEUU, por otro se encuentran enfrentadas entres sí   por intereses comerciales, industriales o agrícolas y por algunos restos de antiguas rencillas nacionalistas, aunque  unidas siempre cuando se trata de  saquear a los trabajadores con hipotecas impagables, de contribuir  con gastos militares  para apoyar las guerras yanquis, sus invasiones, su política pro-sionista  y sus preparativos de una nueva guerra. Pero ¿ cómo es posible tales actitudes mientras todos están de acuerdo en llamarse cristianos y de vez en cuando todos ellos visitan al Papa para actualizar su fe bajo la “marca” cristiano o católica donde ni distinguen la diferencia. ¿No fue Jesús de Nazaret defensor de la paz? ¿No recordó una y otra vez el Mandamiento de no matar y sin letra pequeña..? Ni la Iglesia puede llamarse cristiana, ni gobierno alguno dispuesto a la guerra.

Todos ellos son  multi- marca, como muchos talleres. También de la “marca” “Derecho”, según quién sea el juez o con qué  partido político simpatice.

El derecho, contra los migrantes.

Las tres más recientes medidas criminales que se acaban de tomar en la “cristiana, democrática y humanista Europa- con España incluida- contra los africanos en especial, legalizando la expulsión en caliente y reduciendo a seis años la edad de expulsión de niños, junto a políticas restrictivas de acceso legal a cada país, no  tiene mucho que ver con derechos humanos,  o simple humanitarismo, por no citar la palabra “compasión”, que parece extraterrestre.  ¿Qué dirían a esto, por ejemplo, Rosa Luxemburgo,  Franz Fanon, o Camus? Y sobre todo, ¿ qué diría Jesús de Nazaret? ¿Qué dirían todo ellos  de esta colmena continental de burócratas antisociales, enjambres de lobbies, defensores del genocidio, socialistas y demócratas de boquilla, militaristas, fascistas, fabricantes y vendedores de armas, falsos “verdes”, y falsos cristianos?

Un paso más en  la barbarie, y van…

A ver cómo arreglamos esto

Bajo un disfraz democrático más o menos disimulado en función de   la correlación de fuerzas sociales,  avanzamos a paso firme en Europa   hacia estados policiales dominados por los más poderosos enemigos de los pueblos apoyados incansablemente por medios de comunicación  propios y  la ayuda cada vez más visible de jueces y fiscales metidos en política que  actúan para  facilitar el acceso a los gobiernos a personajes ultra conservadores, a fanáticos de motosierras, y otros personajes de la caverna al servicio de sus  patrocinadores: banqueros, industriales, lobbies empresariales, fondos de inversión y otros angelitos negros. Y cuando parte  de jueces, fiscales o de la policía, afines a esos “angelitos” se convierten en  políticos activos  y se oponen a leyes de gobiernos electos sin consecuencias para ellos, obligados a cumplirlas como observamos en España, ¿en qué situación  quedan  los jueces que intentan ser imparciales?   ¿Tendremos dos clases de Derecho en el mismo país  según quien aplique las leyes?  Tal cosa haría imposible cualquier democracia, sí,  pero  ¿no será esto algo buscado?

Bien sabido es que el Derecho tiene un origen de clase; procede de luchas sociales y políticas entre clases, donde la ganadora siempre hace leyes  a su conveniencia en detrimento de los perdedores, obligados a obedecerlas. Por eso se hace imposible   el axioma” la Ley es igual para todos” y es  de ingenuos pensar semejante cosa.

En estas condiciones crece un capitalismo cada vez más injusto y más  inhumano como el que padecemos mientras se van diluyendo en la niebla de la Historia los derechos por los que  venimos luchando tantos de nosotros que no creemos en  la violencia para conseguir objetivos de ninguna clase; que  estamos contra  las  dictaduras, y que consideramos que aplicar la conciencia ética y moral en nuestras vidas  garantiza la paz tanto personal como  mundial. Y  necesitamos esto  más que nunca ante este dramático cambio de clima   planetario que de momento  ha terminado ya con las estaciones.  Puede que esta sea la última gran oportunidad para ser mejores personas, y puede que no tengamos tanto tiempo para seguir llevando la contraria a la naturaleza y a las leyes que rigen el universo material y espiritual, digan lo que digan gobiernos, tribunales de justicia y demás creadores de bulos, falsas esperanzas y demás realidades inexistentes.

O despertamos ahora, en estos tiempos apocalípticos, o nos despertarán nuestras pesadillas.

Tomado de kaosenlared.net

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