Testimonios de Cisjordania: “Barbarie e impunidad ordinarias”

Por Ezra Nahmad*

En Cisjordania, los ataques de los colonos y del ejército se suceden y son similares, cuando no convergen. Se relacionan con los mismos escenarios: intimidación, secuestros, asaltos y agresiones, fabricación de pruebas incriminatorias, saqueos y destrucción. Este infierno cotidiano no es obra de unos pocos individuos, es el resultado “ordinario” de una guerra colonial librada durante décadas.

Respecto al terror en el Monte Hebrón, en el sur de Cisjordania, son valiosos los testimonios de una asociación israelí, The Villages Group . Sus miembros visitan las aldeas del Monte Hebrón para mantener lazos de amistad y solidaridad y brindar asistencia material. Aquí hay extractos de sus informes. Testimonios de abusos que se han multiplicado desde el 7 de octubre.

Secuestros. diciembre 2023

Un joven de 17 años fue secuestrado alrededor del mediodía del sábado en su casa en Umm Al Kheir. Los soldados de la “policía fronteriza” lo subieron a un Isuzu blanco, con los ojos vendados y las manos esposadas a la espalda, y se marcharon. ¿Por qué hicieron esto? Simplemente porque es palestino. Su familia pasó muchas horas preocupada, sin noticias. Nosotros [The Villages Group] intentamos todo lo posible para averiguar dónde estaba y contactamos a nuestro abogado, Riham, sin éxito.

Esta desaparición se parece a otros casos recientes. El domingo por la mañana, tras veinte horas de incertidumbre, este joven fue puesto en libertad. No le dieron nada de comer ni de beber durante su secuestro. […] Ahora entendemos por qué no pudimos localizarlo: no fue un arresto oficial, sino un acto de sadismo deliberado por iniciativa de algunos soldados.

Conocíamos a este niño desde hacía años, junto con sus hermanos, ya que ayudamos a la mayoría de ellos a continuar su educación. “Hoy”, dicen, “ la mayoría de las escuelas están cerradas debido al acoso de los colonos y los soldados. A los docentes no se les ha pagado porque los partidos de extrema derecha que controlan el gobierno israelí no han dado a la Autoridad Palestina los fondos que se merece”.

Recibí una llamada de Y. Su pueblo fue invadido por la mañana – como ocurre a diario – por dos colonos con un quad; fotografiaron de cerca a los aldeanos y a sus hijos. Poco después llegaron cinco colonos uniformados en una camioneta. Desde la dirección opuesta llegaron soldados regulares a pie. No se sabe quién inició la reunión. Los primeros fueron groseros y violentos, los soldados estaban un poco más tranquilos, pero lo dejaron pasar.

Dos jóvenes aldeanos fueron golpeados y encadenados; Con los ojos vendados, los llevaron en la camioneta con destino desconocido. A uno lo sacaron del vehículo y lo dejaron en algún lugar, y al otro lo llevaron por la noche a la comisaría, magullado, acusado de golpear a un soldado (mentira). Por ridículas que sean las acusaciones, tan pronto como los colonos presentan una denuncia, se registra como un procedimiento “legal” oficial y no hay nada que podamos hacer. Los abogados tampoco pueden ser de mucha ayuda en estos casos. Los colonos saben que se trata de otra forma de acoso y tortura.

Vandalismo y saqueos en Khalet A-Dabe’, 8 de diciembre de 2023

La gente de Khalet A-Dabe’ vivió en cuevas hasta que empezaron a construir casas para mejorar su calidad de vida. J. también construyó una casa, pero fue demolida por el ejército. J. reconstruido, las autoridades lo demolieron nuevamente, y así cinco veces. Después de la última demolición, J. renueva la cueva pero recibe a los invitados en una tienda de campaña levantada sobre los escombros. Desde que estalló la guerra, el acoso de los colonos aumentó, por lo que J. empezó a dormir en la tienda mientras su esposa y sus cinco hijos dormían en la cueva.

En la madrugada del 8 de diciembre, dijo, “varios soldados entraron a la tienda y dijeron que venían a buscar armas. Se portaron bien, investigaron y se marcharon. Pero entonces llegaron los colonos. Desde el comienzo de la guerra, han usado uniformes y armas militares, parecen soldados. Pero estaban enmascarados. Con ellos fue diferente, hubo insultos groseros – “hijo de puta [repetido en hebreo y árabe], tú eres Hamás” – y nos apuntaron con sus armas a la cara. Volvieron a buscar, volcaron todo, destruyeron los focos, desmantelaron parte de la valla […]. Fueron de casa en casa y lo destrozaron todo. En la parte principal del pueblo, obligaron a todos los residentes a reunirse en una casa. Llevaron a mi primo S. a la letrina y allí lo golpearon.

Después de un rato, llegó un colono con una cartera que contenía municiones viejas. Lo siguieron golpeando para que admitiera que le pertenecía, pero no era así. Fue llevado por soldados, encadenado y con los ojos vendados, durante un viaje de varias horas, antes de terminar en la comisaría de policía de Kiryat Arba (el asentamiento cercano a Hebrón). Los soldados continuaron siendo crueles, incluso apagándole cigarrillos en los brazos”. Es probable que los propios colonos trajeran la bolsa con las municiones. Pero la liberación inmediata de S. demuestra que la policía se dio cuenta de que se trataba de un engaño de los colonos.

Los daños materiales más graves se produjeron en la pequeña escuela en la que estudian diez niños del pueblo, de 1º ^a 4º ^grado  . Los colonos arrasaron allí y destruyeron todo lo que pudieron, rompiendo armarios y puertas y destrozando libros y cuadernos. Las escuelas son un objetivo principal. Durante su “búsqueda”, los vándalos rompieron televisores y utensilios de cocina, robaron herramientas de trabajo, un martillo neumático y un generador, además de dinero en efectivo, oro y joyas. “¿Qué tiene esto que ver con un registro de armas?” , pregunta J.

Los actos de terror colonial en Cisjordania están documentados en numerosos artículos publicados en la mayoría de los medios de comunicación internacionales. En los últimos meses se han registrado cientos de ataques. Sin embargo, la complicidad de los colonos, el ejército y el sistema judicial, establecida desde hace muchos años, a menudo se desdibuja e ignora. La impunidad y el silencio equivalen a la libertad bajo fianza. Israel siempre recurre a revertir las acusaciones y, cuando es necesario, a fabricar pruebas falsas. Las falsificaciones se ven facilitadas por las herramientas tecnológicas. Estas prácticas criminales, a veces acompañadas de asesinatos, son una continuación de las estrategias empleadas en la creación del Estado de Israel, pero los actos de barbarie han aumentado en los últimos meses.

Incursiones del ejército

A esta barbaridad diaria hay que sumarle las incursiones del ejército. Jenin (norte de Cisjordania) o Tulkarem (noroeste) han sido blanco de incursiones militares o bombardeos con aviones no tripulados. El 12 de diciembre, el ejército mató a doce palestinos en Jenin. Pero también robó y saqueó, siguiendo la gran tradición de los ejércitos coloniales. Después de que los militares se marcharon, un tendero hizo balance de lo robado delante de un periodista de Le Monde : “Mira, estos son los restos de las pipas de girasol que se llevaron. Comieron y bebieron artículos de mi tienda”.

A mediados de enero, el ejército llevó a cabo una mortífera operación “antiterrorista” de treinta y cinco horas de duración en Tulkarem. Los testigos informaron de la destrucción de calles y automóviles por parte de excavadoras militares. Desde el 7 de octubre, 360 palestinos han sido asesinados en Cisjordania por el ejército o los colonos [1] . Según todos los observadores, la arbitrariedad colonial en todas sus formas no hace más que reforzar la influencia de Hamás. (Artículo publicado en el sitio web de Politis el 24 de enero de 2024)

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[1] La tragedia diaria continúa en Gaza. El 24 de enero, un portavoz de la UNRWA indicó que cientos de personas que se refugiaban en uno de sus centros de formación –convertido en lugar de refugio– en Khan Younes fueron objeto de intenso fuego israelí. El edificio se incendió, muchas personas no pudieron escapar, al menos nueve personas murieron y los heridos se cuentan por decenas.

El 25 de enero, el Ministerio de Salud de Gaza dice que se llevó a cabo un ataque contra personas hambrientas que hacían cola para recibir ayuda humanitaria en el norte de la ciudad de Gaza devastada por la guerra. “La ocupación israelí ha cometido otra masacre contra las ‘bocas hambrientas’ que esperaban ayuda”, dijo Ashraf al-Qudra en Telegram. El ataque se produjo en la rotonda de Kuwait, en la ciudad de Gaza, y dejó al menos 20 muertos y 150 heridos. Es probable que el número de muertos aumente, ya que decenas de personas han resultado gravemente heridas. Las víctimas están siendo tratadas en el hospital de al-Shifa, que carece de suministros médicos y cuenta con sólo unos pocos médicos, dijo Ashraf al-Qudra. (Ed.)