UCRANIA, FRED LEPLAT*-  Fuera las tropas rusas: detener el genocidio/ Ver- 5 publicciones sobre Rusia y 5 publicaciones sobre Ucrania

No hay un alto el fuego en Ucrania, como tampoco lo hay en Palestina. El 24 de febrero se cumplirán dos años de la brutal invasión de Ucrania. La situación es sombría y no se logrará mucho con hacer retroceder la ocupación rusa. A pesar de la destrucción masiva y el enorme número de víctimas y refugiados, los ucranianos todavía están “reunidos en torno a la bandera” y siguen confiando abrumadoramente en Zelensky. Los ucranianos no tienen más remedio que seguir luchando por la liberación de su país porque los objetivos de Putin siguen siendo los mismos que hace dos años, es decir, “desnazificar y desmilitarizar el país“. El Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, confirmó esto cuando, justo después de Navidad, dijo que los objetivos de Israel en su guerra contra Hamás en Gaza son “casi idénticos a los de Moscú en su campaña contra el gobierno ucraniano”.

Al igual que Israel en Gaza, Rusia está destruyendo sistemáticamente la infraestructura básica del país, matando a civiles y secuestrando niños. La diferencia es que Ucrania puede defenderse porque tiene un ejército con tanques, artillería y sistemas de defensa aérea, por lo que la escala del genocidio no es tan grande como en Gaza. Por eso Ucrania no pide un alto el fuego, a diferencia de los palestinos, que lo piden a gritos. Zelensky, sin embargo, ha respaldado a Israel en su guerra contra Gaza para demostrar su lealtad a los intereses occidentales, una medida que la izquierda de Ucrania ha condenado y por la que ha expresado su solidaridad con los palestinos.

Ucrania podría lograr avances mucho mayores contra el ejército ruso si se le suministraran las armas que necesita. La guerra está durando demasiado y ha tenido un impacto en las economías. La extrema derecha en Estados Unidos y Europa está bloqueando los paquetes de ayuda a Ucrania mientras impulsan su agenda nacionalista y aislacionista. Si para Ucrania es correcto defenderse de la intervención imperialista, entonces debería tener los medios para hacerlo. Pero Occidente y la OTAN, que cínicamente vieron esto como una oportunidad para redefinirse como garantes de la democracia, ahora están empezando a retroceder. El imperialismo occidental y la OTAN siempre han preferido respaldar regímenes brutales como Israel o Arabia Saudita que son leales a sus intereses en lugar de a los pueblos que luchan contra la opresión y por la democracia y la independencia. En Gran Bretaña, Starmer ha dejado claro que si el Partido Laborista es elegido, continuará por ese camino, declarando que “el compromiso del Partido Laborista con la OTAN es inquebrantable”. Zelenskyy entendió el papel cínico del imperialismo occidental cuando le dijo al Economist un mes después de iniciada la guerra: “Hay quienes en Occidente no les importa una guerra larga porque significaría agotar a Rusia, incluso si esto significa la desaparición de Ucrania y se produce a costa de vidas ucranianas. Definitivamente esto redunda en interés de algunos países. Para otros países, sería mejor si la guerra terminara rápidamente, porque el mercado de Rusia es grande y sus economías están sufriendo como resultado de la guerra”.

A Ucrania le iría mucho mejor en la guerra si adoptara una “economía de guerra” como lo hicieron Estados Unidos y Gran Bretaña en la Segunda Guerra Mundial, que puso a las empresas privadas bajo control estatal para producir tanques y aviones en lugar de automóviles. En cambio, Zelensky ha adoptado un enfoque neoliberal, alentando a las “empresas emergentes” a producir drones en pequeños talleres y preparando al país para la integración en la UE. Ucrania ha estado exhibiéndose en conferencias de reconstrucción donde ofrece abrir el país a las corporaciones capitalistas transnacionales en lugar de exigir la abolición de su deuda y un plan para una reconstrucción socialmente justa. Dentro del país, el gobierno ha estado intentando “reformar” las leyes laborales y marginar a los sindicatos existentes. Sin embargo, ha habido luchas exitosas por parte de sindicatos y movimientos sociales, en particular de enfermeras, que han estado luchando por el pago de los salarios atrasados.

Un régimen brutal, imperialista y expansionista está destruyendo Ucrania. Putin puede seguir produciendo armas a un ritmo mayor que el que utiliza Ucrania y arrojando soldados a la picadora de carne. Se estima que 315.000 rusos han resultado muertos o heridos, cifra cercana a los 350.000 soldados rusos que invadieron Ucrania el 24 de febrero de 2022. Son tiempos peligrosos para el pueblo de Ucrania, con el que debemos solidarizarnos y apoyar su lucha por liberación, a pesar del gobierno de Zelensky. Existen medidas de solidaridad simples y prácticas que demuestran que el pueblo de Ucrania no ha sido olvidado, como establecer vínculos directos con los sindicatos y la izquierda en Ucrania, recaudar dinero para ayuda médica y hacer campaña para cancelar la deuda. A medida que se acerca el segundo año de la guerra, el 24 de febrero, todavía pedimos que las tropas rusas salgan ya.

31 de diciembre de 2023

Fuente: Resistencia Anticapitalista .