Colectivos de apoyo a Palestina piden el boicot a Carrefour, HP y Puma por apoyar crímenes de guerra // Un alto el fuego en Gaza puede poner fin a la guerra contra los civiles. Una “pausa humanitaria” no lo hará

Las manifestaciones para detener los ataques israelíes, que ya han causado la muerte a más de 8.500 civiles palestinos, han recorrido el mundo y sacado a las calles a cientos de miles de personas en España. Desde el movimiento de Boicot, Desinversiones y Sanciones a Israel (BDS) defienden una vía más para intentar parar esta masacre: con el ejemplo del boicot a Sudáfrica, que jugó un papel clave en el fin del Apartheid, hacer política a través del consumo.

Muchos son los productos israelíes y las empresas multinacionales y españolas que tienen acuerdos con Israel o apoyan la ocupación ilegal de tierras palestinas, pero desde el BDS defienden la necesidad de centrar ahora el boicot sobre tres marcas internacionales para que se note el impacto a corto plazo. Estas tres compañías son Carrefour, HP y Puma.

La multinacional de indumentaria deportiva Puma es el principal sponsor de la Asociación de Fútbol Israelí (IFA), que incluye equipos de los asentamientos ilegales en territorios ocupados. Además, la campaña internacional de boicot a Puma señala que sus distribuidores tienen sucursales en los asentamientos ilegales en Palestina. La campaña de boicot ya ha conseguido que varios equipos de fútbol renunciaran a firmar acuerdos con Puma, entre ellos, el Liverpool y el Luton Town, de la Premier League inglesa, y el Forest Green Rovers, de la League Two. “Puma se promociona como una empresa que se preocupa por la igualdad, pero financia el apartheid que la IFA ayuda a sostener. El patrocinio de Puma a la IFA ayuda a mantener su participación directa en violaciones de los derechos humanos y del derecho internacional fuera del campo, permitiendo que el régimen de asentamientos de Israel continúe y se expanda”, señala la campaña BDS. Así que si estás pensando en comprarte unas zapatillas o un chándal y estás en contra de la matanza de Gaza, esta debería ser tu última opción.

La tecnología de HP es una de las bases del funcionamiento de los checkpoints que hacen la vida imposible a cientos de miles de palestinos en los territorios ocupados y son la base del régimen de apartheid

Otra importante campaña de boicot internacional está dedicada a la empresa tecnológica Hewlett Packard (HP). Según el BDS, la empresa fundada en 1939 por William Hewlett y David Packard proporciona hardware informático a Tel Aviv y servidores para operar la base de datos de la población israelí y palestina, “la columna vertebral de la segregación racial y el apartheid”, denuncian. La tecnología de HP es una de las bases del funcionamiento de los checkpoints que hacen la vida imposible a cientos de miles de palestinos en los territorios ocupados y son la base del régimen de apartheid.

A la hora de la compra, Carrefour no solo es el sexto supermercado más caro de España sino que también es cómplice de los “crímenes de guerra de Israel”, apuntan desde el BDS. Este grupo multinacional francés firmó en 2022 un acuerdo con dos franquicias israelíes presentes en los asentamientos ilegales israelíes. A la hora de hacer la compra, no solo la cercanía y el precio cuentan, también el “significado político” de la acción de consumir, recuerda Ana Sánchez Mera, en declaraciones a El Salto.

La empresa vasca de material ferroviario CAF también es una de las dianas del boicot: es responsable de la ampliación de una línea de tren ligero que conecta Jerusalén con territorios ocupados

Entre las empresas españolas que están apoyando activamente la ocupación israelí destaca la empresa vasca Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF), presente en las redes de metro y en la fabricación de trenes y tranvía de medio mundo. Esta empresa con sede en Beasáin (Gipuzkoa) se ha convertido en merecedora de una campaña específica del BDS después de conseguir la adjudicación de un proyecto para ampliar la red de tren ligero que une la parte occidental de Jerusalén con asentamientos ilegales. “De este modo”, denuncia Amnistía Internacional, “la empresa se hace partícipe —y beneficiaria— de esta ocupación y actúa en contra de todos los compromisos que dice respetar en materia de derechos humanos”.

La ampliación del tren ligero conectará el territorio de Israel con asentamientos ilegales en Jerusalén Oriental, un territorio ocupado en 1980, recuerda esta ONG, cuya anexión no reconoce Naciones Unidas y donde es ilegal cualquier asentamiento de acuerdo al derecho internacional. Otras empresas, afirma Amnistía Internacional, rechazaron la milmillonaria oferta del Estado de Israel, entre otras cuestiones porque el propio Consejo de Derechos Humanos de la ONU declaró ilegal el proyecto.

Los consumidores poco pueden hacer para boicotear a CAF más allá de hacer pintadas en el metro junto a su famoso logo. Los ayuntamientos, a los que eligen con su voto, en cambio, pueden hacer mucho.

La complicidad de los Ayuntamientos

Hubo un tiempo, hace no tanto, en el que el panorama municipal era muy distinto. La campaña lanzada por el movimiento BDS “Espacios Libres de Apartheid” llegó a contar en 2017 con más de 80 municipios, recuerda Sánchez Mera. Estos posicionamientos se tradujeron en decenas de mociones que incorporaban en los procedimientos de contratación pública municipales criterios de derechos humanos y ordenaban excluir a empresas que “contribuyen de forma directa o indirecta a la violencia y el racismo”. Esta campaña, que pretendía “hacer de las ciudades espacios más respetuosos con los derechos humanos en el mundo”, dice esta activista del BDS, se encontró con una fuerte oposición de los intereses empresariales y del lobby israelí, que consiguió tumbar muchas de estas mociones.

Entre ellas, la declaración de Santiago de Compostela, aprobada en 2015 y anulada por un juzgado en 2017. La moción había llegado a tener consecuencias tangibles, entre ellas el fin de la ruta aérea de Elal entre la ciudad gallega y Tel Aviv. Antes, ya había sido anulada, entre otras, la moción del ayuntamiento de Langreo, en Asturias. Según la sentencia, la moción iba más allá de las competencias municipales e incluso autonómicas. Según la Justicia, la exclusión de empresas que vulneran los derechos humanos supone una “discriminación” para las compañías.

La campaña lanzada por el movimiento BDS “Espacios Libres de Apartheid” llegó a contar en 2017 con más de 80 municipios, recuerda Sánchez Mera

La campaña judicial en contra de estas mociones y la decadencia de los llamados “ayuntamientos del cambio” acabaron con la pata municipal de la campaña “Espacios Libres de Apartheid”, una de las iniciativas de boicot a Israel más exitosas en España.

Otro caso paradigmático ha sido el de la ciudad de Barcelona, donde la derrota de Ada Colau en las últimas elecciones ha frustrado uno de los posibles y principales frentes de boicot institucional a Israel.

En 1995, bajo el espíritu de los acuerdos de paz de Oslo, la ciudad había firmado un hermanamiento con Tel Aviv y Gaza. Este espíritu de equidistancia se rompió el 8 de febrero de 2023, cuando Colau envió una carta al ultraderechista Benjamin Netanyahu en el que anunciaba que rompía sus lazos con el Estado de Israel, al que acusaba de ejercer apartheid sobre el pueblo palestino.

El 1 de septiembre, en una de sus primeras medidas como nuevo alcalde de Barcelona, el socialista Jaume Collboni retomó el hermanamiento con Tel Aviv. Apenas un mes después, ante el ataque de Hamas sobre población civil israelí y la operación venganza de Israel, Collboni ofreció la capital catalana para “establecer la base para un nuevo acuerdo de paz entre las partes enfrentadas”.

No es la primera distinción que recibe el Estado de Israel por parte de la capital española. Cinco años antes, en 2017, la alcaldesa Manuela Carmena entregó a Israel las llaves de la ciudad

El Ayuntamiento de Madrid, liderado por el popular José Luis Martínez-Almeida, ha ido mucho más allá de la equidistancia de Collboni y ha mostrado un respaldo sin matices a la masacre del ejército israelí sobre población civil palestina: el 30 de octubre, cuando la cifra de niños y niñas asesinados en Gaza ya superaba los 3.500, aprobaba otorgar la Medalla de Honor municipal a Israel.

La medida contó con la oposición del PSOE y Más Madrid. No es la primera distinción que recibe el Estado de Israel por parte de la capital española. Seis años antes, en 2017, cuando la campaña de Espacio Libres de Apartheid alcanzaba su cénit, la alcaldesa Manuela Carmena, de Ahora Madrid, otorgaba la llave de oro de la ciudad a Israel.

Para Sánchez Mera, existe un creciente interés de la ciudadanía por actuar políticamente a través del consumo y el boicot activo de productos israelíes, pero esa “avalancha” de solidaridad que se vio reflejada en las manifestaciones multitudinarias no se ha traducido en respuestas institucionales.

Qué pasa con las sanciones

En dos años y medio de guerra en Ucrania, han muerto más de 500 niños a manos del ejército ruso. La primera sanción contra Rusia llegó dos días después del inicio de la invasión con la prohibición para el banco central ruso de utilizar reservas de divisas en el extranjero. En el caso israelí, subraya Sánchez Mera, pese a una “masacre sin precedentes” con más de 3.500 niños muertos en tres semanas, no ha habido ni una tentativa de acordar sanciones internacionales y ha sido imposible consensuar una posición conjunta que vaya más allá de definir la reacción de Israel como “desproporcionada”.

Entre los partidos políticos españoles, solo Podemos y Sumar se han mostrado favorables a un embargo de armas a Israel, aunque no figura como uno de los puntos obligados del acuerdo de investidura entre los partidos de Pedro Sánchez y Yolanda Rodríguez, tal como el movimiento BDS pidió expresamente a los partidos por carta.

En dos años y medio de guerra en Ucrania, han muerto más de 500 niños a manos del ejército ruso. La primera sanción contra Rusia llegó dos días después del inicio de la invasión. En tres semanas de guerra, ya han sido asesinados más de 3.500 niños en Gaza

En las próximas semanas, estos colectivos iniciarán una campaña para presionar al Gobierno para que corte el suministro de armamento español a Israel. Unas ventas que violan la propia normativa española, que prohíbe el envío de material militar a países en conflicto o que vulneran los derechos humanos.

“Es importante entender el consumo como un acto político, pero también es vital explicar qué está pasando y contribuir al cambio de narrativa, para que se deje de hablar de una guerra entre dos bandos, intentar entender la masacre de Gaza en todo su contexto porque cuando se acaben los bombardeos va a seguir el apartheid. Necesitamos que este movimiento de solidaridad tan bonito que estamos viendo en estos días no se desinfle”, sostiene Sánchez Mera.

Tomado de elsaltodiario.com

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Un alto el fuego en Gaza puede poner fin a la guerra contra los civiles. Una “pausa humanitaria” no lo hará.

La “pausa humanitaria” de la administración Biden no es una solución a la horrible guerra en Gaza, que está matando a miles de civiles palestinos. Los altos el fuego fomentan un camino hacia la paz, mientras que las “pausas humanitarias” facilitan la continuación de la guerra.

Mientras la brutal guerra del gobierno israelí contra Gaza continúa en su cuarta semana, las Naciones Unidas y la mayoría de los gobiernos del mundo, organizaciones de derechos humanos, grupos de ayuda y manifestantes pacifistas se han unido en torno a una única demanda: un alto el fuego inmediato.

La administración Biden, por otro lado, pide algo diferente.

Un alto el fuego “simplemente consolidaría lo que Hamás ha podido hacer y le permitiría permanecer donde está”, dijo recientemente el secretario de Estado Antony Blinken al Comité de Asignaciones del Senado. “Creemos que tenemos que considerar cosas como pausas humanitarias”.

Esa idea, de establecer una o varias “pausas humanitarias” en los combates, se ha convertido en la posición oficial de la Casa Blanca, de la que desde entonces se hizo eco el resto del Partido Demócrata, e incluso el senador de Vermont Bernie Sanders, quien se ha aferrado a ese lenguaje desafiando a presión de ex empleados para pedir explícitamente un alto el fuego. Es también la posición de leales perros falderos de Washington como el líder del Partido Laborista del Reino Unido, Keir Starmer , y la dura ministra de Asuntos Exteriores alemana, Annalena Baerbock , y se ha convertido en la posición de consenso de toda la UE, ya que cada uno de ellos ha dejado de lado la idea de un alto el fuego.

A primera vista, no está claro por qué esto debería preocuparnos. “Alto el fuego”, “pausa humanitaria”, ¿no significan estas frases lo mismo, sólo que expresadas con palabras diferentes? En varias ocasiones, tanto los partidarios de la paz como los de la guerra en curso ciertamente han dicho que así lo creen, argumentando, alternativamente, que una “pausa” permitiría que la ayuda que se necesita desesperadamente y un refugio seguro fuera de Gaza para los civiles, o que permitiría a Hamas actuar de manera tortuosa y engordar inaceptablemente con la generosidad del mundo. Siguiendo el ejemplo de Starmer, un columnista liberal alineado con los laboristas declaró recientemente que la idea era un “obstáculo semántico” irrelevante. Entonces parece que todas las partes están de acuerdo.

Pero esto es un error. Es cierto que un alto el fuego se define literalmente como un cese temporal de los combates. Sin embargo, es la administración Biden a quien se le ocurrió la idea de la pausa humanitaria, la impulsó obstinadamente en lugar de un alto el fuego y, más concretamente, ha sido quien toma las decisiones aquí , tanto en términos de su fundamental apoyo político como militar . para la guerra de Israel y para definir los límites de hasta dónde pueden llegar gobiernos como el Reino Unido y los estados de la UE en términos de presión a Israel. Por eso vale la pena entender qué quieren decir realmente con pausa humanitaria.

No sólo semántica

El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby, ha dejado claro que cuando la administración Biden habla de pausas humanitarias, no se refiere a una pausa real en la guerra, sino al cese de los ataques sólo en algunas partes de Gaza: “pausas humanitarias localizadas temporales para permitir que la ayuda llegue a poblaciones específicas y tal vez incluso ayudar con la evacuación de personas que quieran salir, moverse más hacia el sur”, para usar sus propias palabras . Como le dijo Kirby a un periodista palestino que había perdido a 160 de sus propios familiares en el ataque israelí en esa misma sesión informativa, la Casa Blanca no estaba a favor de un “alto el fuego general”, sino simplemente de paros que fueran “lo suficientemente prolongados para que la gente como si sus parientes y familiares pudieran obtener esta asistencia humanitaria increíblemente necesaria y tal vez una forma de salir”.

La declaración de Kirby se hace eco de la definición utilizada por las propias Naciones Unidas, que dice que las pausas humanitarias son “normalmente durante un período definido y un área geográfica específica donde se llevarán a cabo las actividades humanitarias”. Como han señalado otros, esas “pausas” podrían, en la práctica, durar apenas unas horas, dando a los camiones de ayuda el tiempo suficiente para entrar y distribuir bienes o para que los refugiados atrapados en los cruces fronterizos salieran, sólo para que los bombardeos se reiniciaran rápidamente de nuevo. También significa que aquellos civiles que se encuentran en franjas mucho más grandes de Gaza que no están sujetas a estas pausas seguirán sufriendo bajo los bombardeos israelíes.

No sólo no es un respiro significativo para los palestinos que han estado viviendo bajo semanas de bombardeos feroces e incesantes , sino que, según sus propios términos, fácilmente podría hacer que todo el ejercicio fuera inútil, además de servir como un ejercicio de relaciones públicas para aliviar la culpa de los Estados. respaldar a Israel y frenar el impulso hacia la paz. Un ejemplo: apenas la semana pasada, el ejército israelí bombardeó una panadería de Gaza inmediatamente después de que se entregara y descargara un envío de harina proporcionada por la ONU, destruyendo tanto la ayuda como a las personas que esperaban recibirla. ( Hasta ahora, una quinta parte de las panaderías apoyadas por la ONU han sido alcanzadas por ataques aéreos ).

Una pausa humanitaria, presumiblemente, tampoco haría nada respecto del asedio inhumano e ilegal que Israel ha impuesto a Gaza; ciertamente no basándose en la redacción del Consejo Europeo de su llamado oficial a una pausa, que no menciona el bloqueo. Esto simplemente agravaría el problema que ha existido durante toda la guerra, que es que la cantidad de ayuda que puede ingresar al país (incluso si no fue rápidamente incinerada por los bombardeos israelíes) no es suficiente para compensar la asfixia total. de alimentos, agua y combustible que están haciendo que Gaza sea inhabitable.

En el mejor de los casos, esto implicaría una serie continua de pausas humanitarias fugaces para reponer constantemente a los hambrientos y deshidratados residentes de Gaza a medida que avanza el esfuerzo bélico israelí, sin importar el tiempo que lleve (los funcionarios israelíes han hecho flotar todo de un año entero a diez ) , una situación absurda en la que la comunidad internacional efectivamente mantendría con vida a los habitantes de Gaza el tiempo suficiente para ser finalmente masacrados por los ataques indiscriminados de Israel. Pero incluso esta terrible hipótesis es poco realista: el jefe de la Media Luna Roja Turca, una organización humanitaria, estimó que se necesitarían cien camiones que llegaran a Gaza cada día para abastecer adecuadamente a la población, algo que es obviamente imposible en el marco de las pausas humanitarias.

El contraargumento sería que, como dijo Kirby, los palestinos podrían aprovechar el tiempo que duren las pausas para “salir” o “moverse más hacia el sur”. Pero esto plantea varios problemas. Por un lado, Israel no sólo ya ha bombardeado previamente lo que se suponía que eran pasadizos seguros para que los palestinos evacuaran mientras estaban en camino, sino que también ha golpeado consistentemente el sur de Gaza en términos más amplios, a pesar de haber dicho repetidamente a los palestinos que se dirigieran allí porque es allí donde estaría a salvo. Entonces, sin el tipo de “alto el fuego general” al que Kirby y la Casa Blanca se oponen explícitamente, hay muchas posibilidades de que sus pausas humanitarias simplemente brinden a los palestinos la oportunidad de simplemente evacuar y esperar a ser bombardeados en un lugar diferente.

Peor aún, esto sería efectivamente utilizar lo que se supone que es una medida “humanitaria” para facilitar una campaña de limpieza étnica , que es lo que la orden de evacuación de Israel a los palestinos en el norte de Gaza -y las sugerencias de los funcionarios israelíes de que salgan completamente del territorio y hacia el vecino Egipto, claramente es lo que ocurre en la práctica. De hecho, cada vez hay más pruebas de que, además de erradicar a Hamás, limpiar Gaza de su población palestina es precisa y deliberadamente el objetivo de la operación militar de Israel.

Kirby puede decir que el gobierno estadounidense quiere que los palestinos “puedan regresar a casa” y evitar un estado de “refugio permanente del país”, pero esto significa tanto como la frecuente insistencia de Kirby y otros funcionarios en que Israel respete las mismas normas . el derecho internacional es una burla sin sentido. Y si los funcionarios israelíes cumplen su promesa de convertir Gaza en “una ciudad de tiendas de campaña” sin “edificios”, lo que están haciendo hasta ahora incluso antes de que el territorio haya sido evacuado, entonces, ¿qué quedará exactamente para que los habitantes de Gaza regresen? ¿a?

Un verdadero camino hacia la paz

Hay un último elemento crucial. En general, los altos el fuego no se tratan simplemente de cesar los combates, sino de avanzar o servir como parte de un proceso político más amplio; en otras palabras, el diálogo y la negociación, que idealmente conduzcan a un acuerdo político a largo plazo. Las pausas humanitarias no lo son.

Un alto el fuego es la única de estas dos opciones que tiene el potencial de producir una solución pacífica y no violenta al conflicto actual, porque es la única que trata dicha solución como un objetivo real. Los halcones pro-israelíes son muy honestos acerca del hecho de que es por eso que se oponen a un alto el fuego: porque su objetivo no es alcanzar un estado de paz, sino destruir militarmente a Hamás, sin importar el número de víctimas civiles , y sin importar si ese objetivo es realmente factible o de los riesgos de que en el proceso estalle una guerra más amplia y catastrófica.

Es realmente muy simple: los altos el fuego existen para facilitar el diálogo y, finalmente, la paz; Las pausas humanitarias existen para facilitar la continuación de los combates y, en este caso, muy probablemente terminarán como instrumentos para impulsar una campaña de limpieza étnica y otros crímenes de guerra. Si se quiere poner fin a la guerra y detener la pérdida de más vidas inocentes, la única posición seria es un alto el fuego.

Tomado de jacobin.com

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