Fake news y cerco mediático: los garantes de la guerra

La complejidad de los conflictos en Medio Oriente tiene un aliado que hace aún mas complicado el análisis y perjudica aún mas los avances hacia una salida pacífica: las noticias falsas y cercos mediáticos. Desde la asimetría en las voces presentes en medios hegemónicos, las persecuciones a artistas y prohibición de manifestaciones, hasta las noticias falsas que generan mayor violencia en la opinión publica. En los últimos días y tras la violenta respuesta de Hamas asesinando y secuestrando a civiles, esto se profundizó complicando aún mas los diálogos y debates. Palabras como «terrorista» y «antisemita» operan en ese proceso. El caso mas tremendo es el de la noticia nunca chequeada de que Hamas decapitó a 40 bebés, algo que pese a no ser visto ni confirmado oficialmente, se difundió como una noticia que condicionó la información. Mientras tanto, un sector enorme de este mundo parece ser ignorado y avanza la escalada bélica. Por ANRed.


La antesala

Es difícil encontrar un punto de partida para explicar este conflicto. Para algunos será 1948, para otros uno dos o tres años antes. Para otros la declaración de Balfour, o el pacto Sykes Picot, la primera guerra mundial, o un poco mas atrás, la creación del sionismo moderno en Inglaterra a finales del siglo XIX. Todos esos hechos históricos son importantes y son algunas de las claves para entender la historia de este complejo conflicto que desde hace algo mas de un siglo, y bajo el lema «una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra» fue impulsando la llegada de colonos sionistas empezando a generar conflictos al conocerse que en esa «tierra sin pueblo» había mas de un millón de árabes, musulmanes, cristianos, y también una minoría judía, habitándola. La violencia se empezó a recrudecer en la segunda mitad de la década del 40 con desalojos de habitantes de sus casas que empezaron a darse con frecuencia en 1947 y se profundizaron con la declaración de la independencia de Israel en 1948. Esto se empieza a dar recién terminada la segunda guerra mundial y con el mundo conmovido por el holocausto lo que mostró, ante el horror, la necesidad de el pueblo judío, tras la crueldad del genocidio sufrido, tenga su territorio. Este breve resumen es una mención y un llamado a quienes leen a meterse e informarse con la mayor diversidad de fuentes posibles, algo que en los medios masivos no parece suceder.

Pero en la inmediatez de los conflictos, vamos a centrarnos en los últimos años y como se está presentando un drama de larga data. El desconocimiento de un otro colectivo, acentuado por la islamofobia en ascenso a partir de los atentados del 11 de septiembre y que años después tuvieron otras replicas en Europa, fomentaron la posibilidad de una construcción negativa que, lejos de centrarse en un grupo terrorista con dudosas fuentes de financiamiento (en el caso de Al Qaeda cotizando en bolsa y con una familia acaudalada del capitalismo Saudí) diseminó un sentimiento discriminatorio en occidente, que terminó comulgando o legitimando las políticas de apartheid israelí.

De esta manera la palabra «terrorista» opera como negadora del otro y se complementa con la acusación de «antisemita» a todo aquel que critique cualquier accionar del Estado de Israel, que desde las autoridades se auto adjudica la representación del pueblo judío. El reduccionismo también aplica al confundir a los pueblos árabes con el islam, negando la existencia de una importante comunidad cristiana en la región donde nació y vivió Cristo, y que al igual que los musulmanes, son relegados a ciudadanos de segunda en territorio controlado por Israel, como la propia Jerusalén

Con estos conceptos que limitan el análisis, muchas noticias fueron ignoradas o destratadas como los recurrentes bombardeos que suelen suceder entre marzo y mayo todos los años, entre el Ramadán y la Nabka. La chispa de conflicto puede ser una simple represión policial a una celebración religiosa, un abuso en un checkpoint, cuya respuesta puede ser una manifestación con piedras, y ante una represión con muertes la escalada asciende, ante la inoperancia u omisión de los organismos internacionales.

Antes del 7 de octubre

Si bien la vida cotidiana supone hostigamientos permanentes y una vida que o es la deseada pro el pueblo palestino, principalmente en Gaza, los enfrentamientos se desarrollaron principalmente en la Cisjordania, con el avance de colonos sobre tierra palestina. Las incursiones en Yenin no tuvieron la relevancia pertinente en los medios hegemónicos, mas allá de algunos cables de noticias marginales. El episodio mas reciente, en julio de este año, donde murieron al menos 12 personas, todas palestinas, y miles de desplazadas. También  hubo agresiones a la prensa. Episodios similares ocurrieron a principios de este año y el año pasado. Está incursión fue sucesora de otras, tanto el año pasado como a principios del 2023.

El asedio, la destrucción de viviendas, y los desplazamientos que convierten a ciudadanos en personas refugiadas fueron recurrentes y sin respuesta de la comunidad internacional. Allí, en Yenin, murió asesinada la periodista Shireen Abu Akleh el 11 de mayo de 2022. Al crimen de una periodista de un reconocido medio internacional, con mas de 25 años ejerciendo el oficio, se sumó la tremenda imagen del Ejercito Israelí reprimiendo su funeral.

Conceptos como «antisemita» o «terrorista» operaban en cualquier debate para silenciar el asesinato de una mujer cristiana y palestina que además era periodista y murió en ejercicio de su profesión. El hecho se dio exactamente un año después de que, en uno de los tantos bombardeos a la Franja de Gaza Israel derrumbó un edificio de prensa donde funcionaba la reconocida agencia de noticias Associated Press (AP). También había oficinas de otras agencias de prensa de Medio Oriente, pero el hecho tuvo algo de difusión al tratarse de una de las agencias de noticias mas conocidas de occidente.

Solo algunos días después del asesinato de Shireen, otra periodista palestina murió asesinada. Ghofran Warasneh, de 31 años, estaba en su primer día de trabajo para una nueva estación de radio palestina. Recibió un disparo de un soldado israelí que la dejó morir desangrada y no permitió que los paramédicos la asistieran. Sucedió en Hebrón, Cisjordania. En menos de un mes, dos periodistas fueron asesinadas.

Resulta difícil sentenciar la intencionalidad o no de atacar a la prensa como algo estratégico para cercenar la libertad de expresión e impedir la información. Lo cierto es que los hechos, si bien tuvieron alguna repercusión, no inundaron a la totalidad de los medios masivos, no tampoco contaron con la justicia pertinente en relación a investigaciones oficiales y sanciones.

Estos casos enumerados son solo algunos entre muchos otros, pero contextualizar una nota sobre censuras y fake news, resultaba pertinente recordar ataques explícitos a la prensa

La censura

En los últimos años, el llamado «mundo libre» por algunos, empezó a fortalecer los ataques contra cualquier expresión de apoyo a Palestina, acusando de «antisemita» incluso mas varios judíos. Así sucedió en Alemania a partir de una resolución en el Congreso alemán en 2019, a partir del cual las instituciones federales han comenzado a declarar todas las acciones que apoyan al BDS, organismo de Derechos Humanos que promueve el boicot al Estado de Israel para terminar con el apartheid (estrategia que muchos organismos de DDHH había aplicado contra Sudáfrica hasta finalmente lograr terminar con ese régimen racista), como «antisemitas».

Aún más, la resolución de 2019 expandió dramáticamente el alcance de lo que se considera antisemita y, aunque no es legalmente vinculante, muchos funcionarios lo usan como estándar para determinar qué es y qué no es antisemitismo. Y aunque esta política se utilizó previamente de forma casi exclusiva contra palestinos alemanes, el intento de Alemania de preservar su lealtad al Estado de Israel la llevó a apuntar a un nuevo e inesperado grupo: los judíos en Alemania que son críticos del Estado apartheid. De está manera, el hecho insólito de acusar a judíos de antisemitas tomó forma.

Wieland Hoban, un compositor y traductor académico que también es el presidente de “Jüdische Stimme”, una organización judía anti-sionista, declaró a la prensa que vio un aumento en los ataques contra los judíos que no concuerdan con la postura de firme apoyo a Israel de Alemania. “Mientras los alemanes y las instituciones estatales están cómodos difamando y calumniando a los palestinos, estamos llegando a un punto en donde incluso gente que no es judía calificará de antisemitas a personas que si son judías”, afirmó. “Ese es un nuevo nivel que hemos alcanzado estos últimos años”.

Diferencias de opinión política sobre Israel/Palestina son desalentadas, e incluso amenazadas. La consecuencia es una situación torcida en la que el Estado decide qué es antisemita y ofensivo para los judíos, y judíos mismos son muchas veces el blanco de ello. Si no te alineás con Israel, no pertenecés. En enero de este año, Adam Broomberg, un artista judío de Sudáfrica que ahora vive en Berlín, enfrentó una serie de acusaciones y ataques por parte del Comisionado sobre Antisemitismo de Hamburgo, Stefan Hensel, por su apoyo a Palestina.

 

Este accionar coincide con los ataques e intentos de censura hacía Roger Waters mientras realizaba su gira Europea. Las ridículas acusaciones de antisemitismo a un histórico antifascista cuyo padre murió en la segunda guerra mundial luchando contra los nazis en Italia, perecen un hecho menor ante lo recientemente mencionado. Al igual que la censura al grupo español Ska-p, que tuvo que quitar una canción de su repertorio en una reciente presentación en Alemania.

Actualmente las manifestaciones en apoyo a Palestina en Alemania están prohibidas y en países vecinos como Francia o Italia, amparados en este precedente, intentan hacer lo mismo reprimiendo movilizaciones pacíficas.

Mientras esto sucedía en Europa, todos los meses de este año, medios alternativos internacionales difundían fotos de jóvenes palestinos (en algunos casos niñas o niños) asesinados semanalmente por fuerzas represivas israelíes.

Las mentiras

En los escenarios de guerra (si bien en este caso hay particularidades que pueden hacer debatible la palabra guerra, el escenario de invasiones, confrontaciones y muerte está presente) suelen mezclar las mentiras con la realidad. En este caso la existencia de una guerra asimétrica es algo admitido incluso por quienes defienden a Israel y lo presentan como «única alternativa». Una guerra asimétrica que lleva décadas y que no ha resuelto nada.

Una verdad que se infiltra en las mentiras es que hay muertes de ambos bandos, algo cierto. El pasado 7 de octubre esa verdad logró imponerse en todos los medios de comunicación. La Operación Tormenta de Al-Aqsa fue la mayor ofensiva palestina en muchos años, matando a aproximadamente un millar de israelíes, la mayoría civiles y además logrando secuestrar personas buscando utilizarlas como cartas de negociación. El mundo se horrorizó.

Pasada una semana de esa acción violenta, la respuesta israelí ya estaría duplicando la cantidad de muertes en Gaza, con bombardeos sobre la población civil. Pero mientras esto sucedía las noticias se concentraron en el horror de Hamas incluso con noticias tremendas, pero muchas de esas no chequeadas.

El caso mas tremendo de horror es sobre una noticia nunca chequeada y hasta desmentida, que afirmaba que Hamas decapitó a 40 bebés. El horror que genera la noticia impide cualquier dialogo o debate razonable. Cualquier postura que critique el accionar israelí (en cuyos bombardeos murieron bebes) es silenciado y acusado de «terrorista asesino de bebés». La noticia sin chequear fue presentada como verdad en los principales noticieros de Argentina y el mundo. Incluso el presidente norteamericano Joe Biden se manifestó consternado por un hecho cruel que no fue corroborado. Ni Biden ni ninguna de las personas que diseminaron esa información confirmaron haber visto esa tremenda imagen ante la repregunta. No hay ninguna prueba de que 40 bebés hayan sido decapitados en el Kibutz de Kfar Aza.

Sin embargo, la noticia nunca chequeada si fue motivo de sentencias y condenas sociales. La Nación+ tituló con esa noticia sin chequear una entrevista a Marcelo Birmajer, quien aprovecho la noticia nunca chequeada para destilar odio incluso hacia la candidata presidencial Myriam Bregman. La noticia sin chequear fue zócalo en C5N que lo presentó como información confirmada (sin siquiera utilizar un condicional). Algo similar sucedió en América24. Y hasta Clarín dio por confirmada la noticia basándose en un informe que nada confirma emitido por el ministerio de Defensa israelí.

Otra noticia falsa fue la muerte de Shani Louk, una joven Alemana-Israelí que había sido secuestrada el pasado 7 de octubre. Circulo que había sido violada y asesinada por Hamas, pero poco tiempo después se supo que estaba internada en un hospital en Gaza con una herida en la cabeza. La propia madre de la joven desmintió que su hija haya sido desnudada, violada o golpeada. Por el contrario, fue trasladada a un hospital en Gaza que tiene problemas logísticos tras el bloqueo impuesto por Israel a toda la Franja.

Las mentiras en relación a esta difícil temática, también ensucian los debates parlamentarios y la campaña presidencial. Tal como sucede en Alemania, se está atacando a la candidata pro el Frente de Izquierda Unidad – FITU, Myriam Bregman, quien en el debate se pronunció con dolor por las muertes civiles y fue atacada por no apoyar abiertamente a Israel. Incluso desde otros sectores políticos se difundió la noticia falsa de que el Frente de Izquierda no respetó un minuto de silencio por las víctimas civiles, algo que no sucedió y fue desmentido por Myriam Bregman en el recinto.

También circularon imágenes de situaciones aberrantes con niñas y niñas que al ser chequeadas resultaron ser fotos anteriores y las víctimas eran de Siria o Palestina, mostrando que quien se presentaba como víctima a veces resultó ser victimario. Un caso fue el del twit de Donald Trump de una familia completa asesinada en su hogar, acusando a Hamas de ser el perpetrador de ese crimen, que en realidad eran imágenes del 2015 en Siria y los asesinos eran opositores al gobierno que contaban con el apoyo de Israel.

Mientras estas noticias desvían la atención, confunden a la opinión pública y ensucian diálogos, las acciones se recrudecen, no solo en Gaza. Ya hay enfrentamientos en la frontera con el Líbano, hostilidades con Siria, y el peligro de que esta escalada se expenda a consecuencias aún mas tremendas. Pero desde la carga emocional se busca el posicionamiento, donde cualquier critica a Israel será asociada a Hamas o al holocausto y así acusar a cualquier inquietud de «antisemita» o «terrorista».

Tomado de anred.org

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