Candidato presidencial ecuatoriano asesinado a 11 días de elecciones

El contexto de creciente criminalidad, violencia política y creciente poder de los cárteles del narcotráfico son resultado del abandono de las políticas de seguridad pública por parte de los gobiernos neoliberales de Moreno y Guillermo Lasso.

El brutal asesinato del candidato a Presidente de Ecuador, Fernando Villavicencio, de 3 tiros en la cabeza, a plena luz del día, este miércoles en Quito, luego de un acto político de su campaña, revela con crueldad uno de los legados de los gobiernos del Ecuador bien. Las encuestas indicaban que tenía alrededor del 7%, con potencial para llegar al 4º olugar en la 1ª ronda .

Las elecciones se adelantaron al 20 de agosto, debido a la maniobra parlamentaria golpista perpetrada por el actual presidente, Guillermo Lasso, quien, con un 80% de rechazo y acusaciones de corrupción, disolvió el parlamento para escapar del proceso de juicio político, el so- denominada “muerte cruzada”, que también prevé elecciones presidenciales. 1

Lasso profundizó en el desmantelamiento de las políticas de seguridad pública, pero asume fácilmente el discurso y las medidas de defensa con el Estado de Excepción, con medidas restrictivas en las provincias, pero nunca logró mejorar las condiciones de vida del pueblo ecuatoriano, aumentando el ambiente favorable para delincuencia, ni tomó medidas de inteligencia efectivas para desbaratar las organizaciones criminales.

Cualquier especialista en seguridad, al menos serio, sabe que sin el refuerzo del sistema de inteligencia, medidas espectaculares para aumentar el terror y el miedo de la población, con más fuerza policial y militar en las calles, de nada sirve. En Brasil tenemos el ejemplo emblemático del Estado de Río de Janeiro, que ya sufrió varias intervenciones militares, y el narcotráfico y las milicias siguen dominando sus territorios. De nada, también, fuerza militar en las calles sin políticas sociales para reducir las desigualdades sociales que se convierten en caldo de cultivo para el reclutamiento, sobre todo de jóvenes, para el crimen organizado.

Debido a una nueva crisis en el ya caótico sistema penitenciario, el presidente de Ecuador volvió a decretar este julio Estado de excepción en la ciudad de Durán y en las provincias costeras de El Oro y Manabí, donde se encontraba el alcalde de la ciudad de Manta. también muerto a tiros. Con toques de queda desde las 22:00 horas hasta las 05:00 horas, la medida rige por 60 días, lo que permite al gobierno movilizar la fuerza pública en patrullas conjuntas entre la Policía y las Fuerzas Armadas.

Pero tal medida ya se había tomado y recientemente se registró una nueva masacre en la cárcel de Guayaquil, que provocó la muerte de seis reclusos. Y las muertes motivan nuevas rebeliones en las cárceles. Basta ver que internos de 13 cárceles están en huelga de hambre en diez provincias distintas del país. Solo en Guayaquil, la región más poblada del país, alrededor de 90 funcionarios penitenciarios han sido tomados como rehenes como resultado de los disturbios.

Más de 400 reclusos han sido asesinados desde 2021, la mayoría en disputas entre bandas criminales. No son raras las escenas de asesinatos bárbaros con carbonización y decapitación, que revelan un total descontrol por parte del poder público.

El neoliberalismo y el aumento de la criminalidad y la crisis del sistema penitenciario

La crisis social y económica en Ecuador se ha profundizado drásticamente desde que el gobierno de Lenín Moreno (2017-2021) rompió con la línea desarrollista progresista de Rafael Correa y sumió al país en una zanja neoliberal. Para ello utilizó una fuerte represión a los movimientos sociales que realizaron un fuerte paro general de los sindicatos con un levantamiento indígena y popular, aún en octubre de 2019 2 .

Todo esto combinado con una política de lawfare (persecución legal policial a los opositores y criminalización de la política) que ayudó a perseguir a sus antiguos aliados del correísmo, incluido su diputado Jorge Glas que fue condenado a 6 años de prisión y el expresidente, Rafael Correa, quien sigue en el exilio sin poder pisar el Ecuador.

Las consecuencias de la pandemia en Ecuador fueron igualmente drásticas en un país donde su red de salud estaba en proceso de desmantelamiento y drenaje, y cuyas escenas apocalípticas de cuerpos tirados en las calles fueron noticia en periódicos de todo el mundo 3 . En ese contexto, Moreno logra acabar con el gobierno completamente derrotado, tras lo cual es expulsado de su propio partido.

La progresiva ausencia del Estado en las políticas públicas viene marcando también el gobierno del sucesor de Moreno, el actual Presidente, Guillermo Lasso, un banquero neoliberal, que logró derrotar a Andrés Arauz, en segunda vuelta 4 , pero que al igual que su antecesor, trató de imponer medidas draconianas al tener que enfrentar un nuevo levantamiento nacional popular e indígena con un paro general indefinido que reivindicaba el congelamiento de los precios del gasóleo y la gasolina y los subsidios para los sectores más vulnerables, además de precios justos para los productos rurales, política de empleo y derechos laborales.

Cabe señalar que, entre otros puntos, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador – CONAIE, reclamó control de precios de productos de primera necesidad, presupuesto urgente para salud y educación, y políticas de seguridad pública, ante la situación de delincuencia y rebeliones en las cárceles. empeoraba cada día, esto es, la participación efectiva del Estado en la solución de los problemas más sentidos por las amplias mayorías sociales.

El exdiputado Villavicencio, en un pasado más lejano, se convirtió en dirigente sindical petrolero y militante de izquierda, pero lamentablemente, en el contexto anterior de criminalización de la política y fomento del anticorreísmo (estilo lavajatismo) que impulsaba el Moreno gobierno y asumido por la gran mayoría de los medios empresariales y del sistema judicial, tomó también la línea policial, siendo electo diputado nacional con un discurso anticorreísta para luego convertirse en líder de la Asamblea Nacional y uno de los mayores defensores del neoliberalismo. gobierno de Lasso.

El asesinato del candidato probablemente afectará los resultados cuyas encuestas señalaban el favoritismo aislado de la candidata del partido Revolución Ciudadana, Luísa González, apoyada por Rafael Correa, y este tema seguramente será explorado por los demás candidatos de la derecha.

4 Ecuador: un equilibrio necesario

Tomado de esquerdaonline.com.br

Visitas: 3

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

RSS
Follow by Email