Estas declaraciones del mandatario no cayeron bien en la delegación de paz del ELN, los cuales en un comunicado expresaron: “Los cuestionamientos directos a la Delegación de diálogos del ELN, el trato irrespetuoso y estigmatizante de nuestra organización, y la doctrina de seguridad que trazó en la que, según defendió, ya no hay “conflicto de ideologías ni conflicto social” sino lucha contra las “economías ilícitas”, supone un cuestionamiento de fondo al sentido político de la Mesa de Diálogos y a toda su arquitectura, incluyendo la legitimidad de la delegación del Gobierno, los países garantes, las organizaciones acompañantes (ONU y Conferencia Episcopal de Colombia) y los países acompañantes”.

El acuerdo de México

El Acuerdo de México, firmado el pasado 10 de marzo, fue acordado entre los negociadores del Gobierno y el ELN. Allí se reconoce que el conflicto armado en Colombia tiene unas causas y unas razones políticas históricas. De igual forma, el Estado colombiano reconoce a la insurgencia del ELN como un actor político con el cual hay que dialogar y negociar sobre estas causas estructurales que los llevaron a levantarse en armas, y se convoca al conjunto de la sociedad colombiana a ser protagónica en su participación para abordar esas problemáticas y para abordar también las soluciones.

Mesa de Diálogos de Paz Gobierno y ELN

Para Julián Alvarán del Congreso de los Pueblos: “Esta agenda pactada, tanto en su preámbulo como en los enfoques y contenidos de los temas propuestos, resulta inédita en los procesos de negociación y construcción de paz en el país y quizás es inédito también a nivel global. Y ha generado una expectativa grande y un interés en el conjunto de la sociedad colombiana y particularmente en las organizaciones sociales y los sectores que más hemos padecido, la violencia estructural y la guerra en Colombia”.

Cese al fuego bilateral

Aunque existen coincidencias en la necesidad de hacer un cese al fuego bilateral entre el Gobierno y el ELN, las dificultades se han centrado en la forma de alcanzarlo y sobre todo por la presencia de los grupos paramilitares que continúan trabajando con el ejército en varias regiones sin control.

En días pasados, diversas organizaciones sociales exigieron acordar un cese al fuego bilateral, en el marco de la reanudación de las negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional.

“Es la hora de escuchar el clamor social, pactar y avanzar en la instalación del cese al fuego y de hostilidades bilateral”, expresaron las organizaciones.

El ELN les respondió: “También estamos siendo claros en nuestra voluntad de alcanzar un cese al fuego bilateral, nacional y temporal, con vocación de continuidad entre el ELN y las fuerzas militares del Estado. En ese marco, también insistimos en las obligaciones del Estado respecto a las estructuras paraestatales que amenazan la vida en los territorios rurales y urbanos”.

Por su parte, el Presidente Petro insistió nuevamente al ELN en elegir una región e iniciar un cese al fuego bilateral territorial. La propuesta implicaría arrancar en las regiones y de allí pasar a lo nacional.

Julián Alvarán de la organización social del Congreso de los Pueblos, señaló que para esta organización social: “estas discusiones frente a las economías ilícitas, el cese bilateral, el accionar militar tanto del Gobierno nacional como de la insurgencia, son asuntos que deben abordarse en la mesa de diálogos. Así mismo, ¿cómo debe abordarse de acuerdo a lo pactado en el Acuerdo de México en este ciclo, cómo será la participación de la sociedad en el proceso de paz que adelanta el Estado colombiano y el Ejército de Liberación Nacional? Para el Congreso de los Pueblos, la participación de la sociedad en la construcción de la paz es fundamental”.

En Cuba, la ronda actual de las negociaciones, viene abordando la participación de la sociedad, los alivios humanitarios y el cese al fuego bilateral al fuego.

Lo que busca Petro

Al parecer, el gobierno nacional busca presionar al ELN para que acepte sus condiciones con rapidez. No solo los estaría colocando al nivel de grupos delincuenciales, sino que estaría desconociendo a sus líderes para buscar negociar con los frentes por aparte bajo la premisa de que esa organización está dividida.

De otro lado, al interior del Gobierno estaría primando la idea clásica de buscar una desmovilización y desarme al estilo del proceso de paz con las FARC, sin resolver las causas del conflicto, para lograr ganar credibilidad en su política de paz, bajo la creencia de que los cambios y transformaciones solo vendrán con el actual Gobierno.

Las recientes acciones del Presidente Petro por presionar estarían generando afectaciones en las comisiones de paz del propio Gobierno, que estarían quedando relegadas a las decisiones del mandatario.

Algunas fuentes cercanas al proceso de paz coinciden en que esta concepción de “un ELN dividido” sería un error que han cometido otros gobiernos. Para Antonio García, máximo comandante de ese grupo insurgente, en el fondo, el Estado sigue pensando en someter a la guerrilla, aniquilarla o vencerla, en últimas “esa manera de pensar impide construir paz”.

Mientras tanto, la Mesa de diálogos continúa su proceso. El equipo negociador del Gobierno y el ELN presentaron sus propuestas sobre la participación de la sociedad y el modelo del cese al fuego bilateral y nacional. En ambos puntos existen avances alcanzados durante los últimos 11 días y en los próximos días abordarán las acciones y dinámicas humanitarias.

Aún está por verse que pasará con el proceso de paz tras las afirmaciones del Gobierno Petro, pero de antemano estarían haciendo más difícil la labor de los equipos negociadores.

CI FC/14/05/2023