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La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) anunció el miércoles 12 de abril que al menos 441 personas murieron al intentar llegar a Europa; el número de víctimas se incrementó aún más a principios de abril con la muerte de veinte personas en el hundimiento de su barco frente a las costas de Túnez, según la guardia costera tunecina.
La agencia de la ONU también está investigando varios casos de botes desaparecidos donde no hay señales de sobrevivientes, no hay escombros y no se ha llevado a cabo una operación de búsqueda y rescate.
Cementerio mediterráneo
Estos números aterradores están cayendo y convirtiéndose en lugares comunes, “usuales”. ¿Quién recuerda las 250 personas encontradas en una playa de Calabria el domingo 26 de febrero? Tenían un nombre, una familia, un país de origen. Pero para algunos de ellos, cuyos cuerpos nunca serán encontrados y cuyos familiares nunca serán informados, su historia e identidad desaparecieron ese domingo de febrero en el anonimato de las turbulentas aguas del Mediterráneo, tragándose su sueño de una vida mejor en Europa.
Los refugiados que utilizan esta letal ruta del cementerio mediterráneo son en su mayoría de Côte d’Ivoire, Guinea y Pakistán y una proporción cada vez mayor de tunecinos, que a veces cruzan con sus familias. La profunda crisis económica, a la que se ha sumado una crisis política desde el golpe de Estado del presidente Kaïs Saïed en 2021, ha empujado a muchos tunecinos a abandonar su país como pueden. Además, la retórica xenófoba del presidente Saïed contra los africanos subsaharianos ha desencadenado una ola de expulsiones.
Leyes más duras en Italia
La OIM cree que los retrasos en las operaciones de búsqueda y rescate son los culpables de 127 de las 441 muertes en el mar. Durante años, las ONG de salvamento marítimo han deplorado tanto la falta de recursos europeos como las crecientes trabas que les imponen determinados países, entre ellos Italia. El parlamento italiano aprobó una ley con un decreto, firmado el 2 de enero de 2023, que obliga a los barcos humanitarios a realizar solo un rescate a la vez y luego llegar inmediatamente a un puerto de desembarque, que a menudo está lejos del área de rescate. Pocos días después de la aprobación de esta ley, el 7 de enero, el buque humanitario Geo Barents fue detenido durante 20 días en un puerto siciliano y obligado a llegar al puerto de Ancona en Italia, a unos 1.500 km de distancia, tras haber realizado sólo una rescate.
ONG como SOS Méditerranée y Médecins sans Frontières denunciaron el decreto como contrario al principio de ayudar a cualquier persona en peligro en el mar. Pero los gobiernos e instituciones de la UE no están haciendo nada para evitar la política criminal del primer ministro italiano; es un asunto de interés público.
Traducido por International Viewpoint de l’Anticapitaliste .
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