Es de recordar que aquella contundente protesta del 27 y 28 de febrero contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez (CAP) y su “paquete” fondomonetarista, expresó la rabia y el hastío del pueblo contra la pobreza, el hambre y las precarias condiciones de vida a que estaba sometido, mientras la corrupción de los gobernantes era pública y notoria, en un país plagado de enormes desigualdades sociales. Fue una explosión de profundo malestar social de los de abajo con la vida que llevaban bajo un capitalismo dependiente en crisis que, para sostenerse, dejaba caer en picada el nivel de vida del pueblo y conducía a millones a la miseria.

La fecha del llamado a la movilización de este lunes 27 no es solo para recordar esa fecha histórica, sino para salir a protestar contra la situación insoportable de vida, miseria, penurias y salarios de hambre nunca vistos en la historia de Venezuela. Por ello, los trabajadores de la Universidad Central de Venezuela (UCV), durante declaraciones de prensa desde la entrada Tamanaco de dicha universidad este miércoles 23, afirmaron que retoman la agenda de lucha para el 27 de febrero por mejores reivindicaciones salariales con una movilización, en el que llaman a los trabajadores de la administración pública a sumarse por el mismo reclamo.

La semana empezó a calentarse el 23 de febrero cuando los trabajadores del sector de educación, activos y jubilados, protestaron de nuevo en Caracas y otras ciudades, para exigir aumento salarial, firma de la nueva contratación colectiva, y el cese a la persecución y amedrentamiento por parte del gobierno de Maduro. Al grito de “gobierno indolente escucha a los docentes”, los educadores agarrados de las manos realizaron una cadena humana en forma de protesta en las adyacencias de la Inspectoría del Trabajo en el centro de Caracas, donde además consignaron un documento con sus reclamos. La gran demanda nacional es un salario igual a la canasta básica indexado a la inflación.

Para este 27 de febrero, Eduardo Sánchez, presidente del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Central de Venezuela (Sinatraucv), indicó que se llama a una movilización nacional porque actualmente enfrenta un paquete “más salvaje” que el que se quiso imponer en 1989. Reclamó al Ejecutivo que quiera tener a los trabajadores “pasivos y estancados” al tener un sueldo paupérrimo de solo 5,32 dólares al mes, al tiempo que fustigó a las autoridades con la entrega del llamado “bono de guerra” porque “no resuelve el problema” y por eso “no podemos bajar la guardia”.

En Caracas la protesta inicia con una concentración en Plaza Venezuela en horas de la mañana hasta un sitio indeterminado en el centro de la ciudad, una convocatoria que se replicará en muchas otras ciudades del país.

“Los trabajadores y trabajadoras tenemos todo el derecho de inscribir con fuerza en nuestras banderas de lucha la exigencia de un salario que cubra lo básico para vivir y que se indexe mensualmente al ritmo de la inflación. Las únicas ‘razones’ por las cuales supuestamente eso ‘no es posible’ o ‘es inviable’, son los intereses de clase de quienes dominan la economía de toda una sociedad en función de su provecho particular. Lo que ‘no pueden’ otorgarnos es porque se lo quedan ellos, así de claro: estamos hablando de un país capitalista, con explotación de los trabajadores y brutales desigualdades sociales, donde aún después del colapso económico, sí hay más plata que la miseria que nos ofrecen, sí hay más recursos, solo que secuestrados y manejados por intereses de otra clase”, afirma Ángel Arias, dirigente de la Liga de Trabajadores por el Socialismo (LTS).

“Podemos y debemos exigir tanto en el sector privado como en el público salario igual a la canasta básica y escala móvil mensual (indexación mensual a la inflación), recursos sí los hay. Y si “no saben” de dónde, los trabajadores sí sabemos, pero hay que arrancárselos con la lucha”, enfatiza Ángel Arias.