Chile: Las grandes forestales son los principales responsables de la propagación de incendios/ Ya hay 23 muertos y 10 desaparecidos/ Ver- Posición de organizaciones sociales, comunitarias y vecinales, en torno a la grave situación de incendios y el rol de las Forestales

 

J. Arroyo Olea*

Resumen Latinoamericano

 

5 de febrero de 2023

Como camaleones, políticos que vociferan la facilitación de la explotación forestal en el país hoy han adoptado preocupación por la catástrofe que vivimos. Sin embargo, en sus escritorios aún no le dan cabida las decisiones y soluciones políticas que hay que abordar sobre el problema de fondo.

«Hay empresas que están haciendo muy bien cosas», decía el Gobernador del Biobío, Rodrigo Díaz, en noviembre del año pasado durante el Erede 2022, convocado por el Instituto Regional de Administración de Empresas (Irade) para referirse al trabajo que CMPC ha establecido sobre los Saltos del Laja, y al hecho de que Forestal Arauco pague patentes en la comuna homóloga.

Reglón seguido, el ex militante de la Democracia Cristiana era tajante al plantear que «voy a seguir defendiendo la vocación productiva de la región (…), también quiero decir que vamos a defender a nuestra región como polo forestal y como polo pesquero». En este sentido, señaló que «dar marcha atrás al rubro maderero, que atacar al rubro maderero o atacar la industria pesquera solo garantiza que se van a empobrecer las comunas donde se está prestando o desarrollando estos emprendimientos, y nosotros eso lo vamos a enfrentar».

Hoy, nuevamente enfrentados a una catástrofe por la permanencia y avance de los incendios forestales, estas palabras deberían resonar en quienes, como autoridades políticas, han defendido al modelo que facilita la propagación del desastre para la población y los ecosistemas.

Ejemplos hay muchos, no solo en términos de discursos públicos dirigidos a las cúpulas del empresariado nacional y transnacional, sino también en políticas públicas que han favorecido el enriquecimiento de la misma actividad económica que hoy tiene sobrepasado a los servicios de emergencia y siendo afectadas centenares de familias en distintos lugares del país.

En octubre de este año, el medio Interferencia dio a conocer que el Gobierno autoproclamado como ecologista, encabezado por Gabriel Boric, dio continuidad a la entrega de subsidios para seguro forestal, el mismo que inició su operación en 2016 durante la administración de Michelle Bachelet y continúo Sebastián Piñera.

Estos seguros han significado un gasto del Estado de más de $1.100 millones desde 2016, entregado para las plantaciones de pinos y eucaliptos. Dicha política pública, ha destapado Interferencia, ha sido fondo de beneficio, a modo de ejemplo, para la hermanastra de Andrónico Luksic (Gabrial Luksic), además de los diputados de derecha Felipe Kast y Cristóbal Urruticoechea.

Por su parte, en diciembre de 2021, RESUMEN publicaba que desde el año 2012 el Estado chileno había entregado nada más y nada menos que $65.962.813.363 al empresariado forestal mediante la facilitación de rebajas tributarias y subsidios de Corfo.

Antecedentes sobran, pero las autoridades políticas -las mismas que le han dado continuidad y respaldo al modelo forestal- no los toman en consideración a menos que no ocurran catástrofes. Son los mismos que durante el primer semestre de 2022 exigían la protección de predios forestales en la mal llamada «Macrozona Sur», pero que pareciera que omitieron durante todo este tipo la prevención de esta catástrofe.

Los rostros y discursos se repiten; las decisiones políticas para el bienestar de la población aún no tienen cabida en sus escritorios.

Fotografía principal: Bomberos y vecinos del sector de El Santo en Tome viendo el avance del fuego | Matías del Río @ponkflyd)

 

_________________________________________________________________________________

LAS GRANDES FORESTALES NO SON VÍCTIMAS, SON LOS PRINCIPALES RESPONSABLES DE LA PROPAGACION DE INCENDIOS

por Nicolás Salazar Maleras / Director de documental «Llamas del Despojo: Incendios del Negocio Forestal»

Las plantaciones de monocultivo forestal de pino y eucalipto están constituidas por especies de alta inflamabilidad. La plantación masiva de estos monocultivos es el principal factor para la rápida propagación de incendios forestales en el centro sur del país. Los grandes grupos económicos como Forestal Arauco y CMPC se presentan como víctimas de estos incendios, pero han sido los principales propulsores de un modelo forestal que tiene en llamas al país.

Más de 50.000 hectáreas se han quemado en el país en los últimos días. No es coincidencia que las regiones afectadas tienen parte importante de su superficie plantada con monocultivos de Pino y Eucalipto.

Grandes empresas forestales como CMPC (grupo Matte) y Forestal Arauco (grupo Angelini) han sido los principales promotores de un modelo forestal que hoy mantiene a miles de personas en medio de una catástrofe social, económica y ambiental.

Dentro del mundo científico se habla de que el pino y el eucalipto son especies «Pirófitas». Las especies pirófitas o pirófilas son especies vegetales que son «amigas» del fuego (piro: fuego y fila: amistad). Los eucaliptos rebrotan vigorosamente tras los incendios, mientras que los pinos propagan sus semillas luego de estos eventos. Ambas especies tienen aceites y alcoholes inflamables.

Regiones como la del Biobío se encuentran literalmente plagadas de estos monocultivos, esto las hace muy susceptibles a la rápida propagación de incendios.

No existe en Chile un diseño territorial que privilegie el mosaico de paisajes, por ejemplo, alternando monocultivo forestal con praderas, uso agrícola y otros usos de suelo que permitan mayor control de los incendios. Las grandes empresas forestales han gozado de libertad para plantar en casi cualquier lugar, incluso en las riberas de ríos, lagos y sobre humedales, ecosistemas fundamentales para combatir los incendios, mantener la humedad ambiental y ser cortafuegos naturales.

El Estado ha sido cómplice de esta situación, sin tener una regulación clara al respecto ni una función fiscalizadora real ante estos hechos. El Estado ha fomentado el desarrollo de este modelo forestal desde la dictadura hasta la fecha, sin grandes modificaciones. Gobiernos de izquierda y derecha han perpetuado el modelo.

Quienes vivimos en las regiones afectadas sabemos que por lo general estas plantaciones cuentan con mínimas condiciones de seguridad como por ejemplo: escasos cortafuegos, muy poco manejo preventivo y una nula planificación territorial para evitarlos. Prácticamente casi toda la interfaz urbano y rural en las regiones de ‘uble, Biobío y Araucanía se encuentran rodeadas de monocultivo forestal, lo mismo para las principales carreteras de la zona.

Más allá de la intencionalidad o no de un incendio, el elemento más importante para la rápida propagación es la presencia de combustible. Las plantaciones de pino y eucalipto son la principal fuente de biomasa y combustible en la zona. A esto se suma la gran densidad y extensión de este combustible por gran parte del territorio, esto hace que un incendio avance sin ninguna barrera atravesando varias comunas en pocos días.

Ante toda esta catástrofe los grandes medios de comunicación presentan a las grandes empresas forestales asociadas en la CORMA como víctimas de los incendios, argumentando que las perdidas económicas son enormes. A su vez hacen alarde de las acciones para combatir el fuego con equipos aéreos y brigadistas financiados por ellos.

Junto con esto se repite la frase de que el 99% de los incendios son por «obra humana» y no por «causas naturales». La obsesión siempre es buscar a los responsables de los incendios dentro de la sociedad civil, apuntando a ciudadanos negligentes o personas que con mala intención prenden fuego intencionalmente.

Pero lo que no se nombra nunca es la responsabilidad histórica y estructural de estas grandes empresas que mantienen enormes extensiones de monocultivo de pino y eucalipto, el combustible principal de los incendios. Es por esto que los grupos económicos detrás de la industria forestal no son víctimas, sino más bien los culpables de la lamentable situación que afecta actualmente al centro sur del país.

__________________________________________________________________________________

SUBEN A 23 LAS MUERTES POR CATÁSTROFE FORESTAL

por Alejandro Baeza

_________________________________________________________________________________

El gobierno confirmó que la cifra de personas fallecidas producto de los incendios forestales aumentó a 23, 10 desaparecidas, todas en Santa Juana.

Catastrófica es la situación de los incendios forestales en el centro-sur de Chile. Las extensas plantaciones de monocultivo de empresas forestales han llenado de material combustible como pinos y eucaliptus de miles de hectáreas, arrasando ecosistemas naturales, afectando la biodiversidad y poniendo en riesgo directo a las comunidades aledañas a las plantaciones.

En este sentido, el director subsecretario de Interior, Manuel Monsalve, confirmó que la suma total de muertes llegó a 23.

«Tenemos un recuento de 979 personas lesionadas y que se ha producido una evacuación preventiva del Hospital de Lautaro. Se han evacuado 25 pacientes», indicó el subsecretario, quién además cifró en 1.111 el total de personas albergadas.

Además, confirmó la llegada de ayuda internacional por parte de Argentina, Colombia y España.

Cabe recordar que desde el municipio de Santa Juana informan que hay un total de 10 personas desaparecidas.

Actualmente se hay 232 incendios forestales activos, 149 controlados y 33 en combate.

Estudios previos han determinado que las partículas de incendios forestales pueden ser más peligrosas para la salud que las del ambiente urbano porque contienen más compuestos tóxicos (hidrocarburos aromáticos policíclicos, quinonas, aldehidos y óxidos de nitrógeno) a altas temperaturas y con un tamaño muy pequeño.

El humo de los incendios forestales contiene aerosoles contaminantes y material particulado fino (menos de 2,5 micrones) material particulado ultrafino (menos de 1 micrón), incluyendo microparticulas nocivas de alquitrán.

Por otro lado, Antonio Lara, Ingeniero Forestal, profesor de la Universidad Austral de Chile e investigador principal de Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, publicó una columna de opinión en CIPER Académico donde señala que «los incendios son indeseables y traen grandes pérdidas. La más grave es la pérdida de la vida humana, o bien, las personas que resultan heridas, quienes pierden sus viviendas, sus pertenencias, sus medios de producción, las plantaciones, aserraderos, los bosques nativos, la biodiversidad, los servicios ecosistémicos y un largo etc.»

El Informe a las Naciones de Incendios Forestales en Chile del CR2 señala que las plantaciones forestales son el tipo de vegetación que en términos de porcentaje, más ha incrementado su superficie quemada anualmente. Estas plantaciones «representan el 50% del área de los megaincendios, es decir, aquellos que consumen más de 10.000 hectáreas. Entre 1985 y 2018, este tipo de eventos han quemado 444.000 hectáreas en Chile».

Esta quema de biomasa puede generar devastadores impactos ambientales. El humo produce enormes cantidades de aerosoles y gases. Estas emisiones pueden causar grandes problemas para la salud y la visibilidad, así como incidir en el clima a nivel local y global.

Las grandes cantidades de material particulado y ceniza emitidas, junto a la particular peligrosidad del finas partículas de alquitrán, son altamente nocivas para la salud respiratoria y cardiovascular.

El humo de los incendios forestales contiene aerosoles contaminantes y material particulado fino (menos de 2,5 micrones) material particulado ultrafino (menos de 1 micrón), incluyendo microparticulas nocivas de alquitrán. Éstas pueden entrar en los pulmones y alcanzar los alvéolos, pasando al sistema circulatorio.

Estudios previos en distintos países han revelado que la exposición al humo provoca mortalidad prematura, asma y reducción en la función pulmonar.

Cada temporada estival, más territorios del centro sur de Chile y Wallmapu, sufren por la megasequía y voraces incendios forestales que destruyen todo a su paso. Comunidades e investigadores/as apuntan a la industria forestal como uno de los principales responsables, junto a un Estado incapaz de prevenir y contener estas catástrofes.

Hasta ahora, varias investigaciones han descrito que la estructura homogénea o uniforme, característica de la composición de las plantaciones de monocultivos forestales de pino y eucalipto para uso comercial pueden promover una mayor dispersión del fuego al presentar abundante, inflamable y bien conectaba biomasa como combustible para la quema.

Investigadores han advertido que en el futuro, la coincidencia de condiciones cálidas y secas en un contexto de cambio climático, en conjunto con paisajes dominados por densas plantaciones inflamables y ricas en combustible podrían incidir en la propagación de incendios forestales cada vez más devastadores.

*Imagen: Incendio Cerro El Santo de Tomé, febrero 2023. Matías Del Río | Resumen.cl

«Llamas del Despojo»: Documental aborda la relación entre las forestales y los incendios

FUENTE: Resumen cl

_________________________________________________________________________________

Chile: Posición de organizaciones sociales, comunitarias y vecinales, en torno a la grave situación de incendios y el rol de las Forestales

 

Resumen Latinoamericano, 5 de febrero de 2023

Comunicado público de diversas organizaciones sociales, comunitarias y vecinales, en torno a la grave situación de incendios y el rol de las Forestales.

 

Para ver esta publicación completa, ir al link que está continuación:

https://www.resumenlatinoamericano.org/2023/02/05/chile-posicion-de-organizaciones-sociales-comunitarias-y-vecinales-en-torno-a-la-grave-situacion-de-incendios-y-el-rol-de-las-forestales/

 

 

 

Visitas: 0

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

RSS
Follow by Email