Por Terry Conway
El 1 de febrero habrá más sindicalistas en Gran Bretaña en huelga que los que lo han hecho en un solo día durante muchas décadas.
El sindicato de la función pública, PCS, fue el primero en convocar a más de 100.000 miembros en 124 departamentos gubernamentales, todos aquellos miembros en departamentos que habían alcanzado el ridículamente alto umbral de participación en la boleta electoral para la huelga bajo las leyes antisindicales reaccionarias existentes. Otros tres sindicatos que, como PCS, ya habían ganado votos para la acción industrial se unieron a ellos para anunciar que irían a la huelga el mismo día.
El Sindicato de Universidades y Colegios (UCU – profesores de educación superior) convocó a 70,000 miembros en este día como parte de los 18 días de acción que se llevarán a cabo durante los próximos dos meses luego del fracaso de las últimas discusiones con los empleadores para llegar a un oferta que de alguna manera restauraría la aniquilación de salarios que ha tenido lugar durante los últimos 12 años de gobierno Tory.
El sindicato de maquinistas ASLEF reunirá a la mayoría de sus 21.000 afiliados este día y otro de febrero tras no llegar a un acuerdo con la patronal sobre salarios y condiciones tras seis días previos de huelga por este conflicto. El sindicato de transporte RMT también traerá a sus miembros conductores el 1 de febrero y el otro día ASLEF estará en huelga. Esto parece una oportunidad perdida del sindicato que, en muchos sentidos, ha sido la columna vertebral del movimiento huelguístico, ya que la mayoría de sus miembros no son conductores sino de otros grados.
El último sindicato que estará en huelga el 1 de febrero es el NEU, el principal sindicato de docentes de Inglaterra y Gales. (Hay un sindicato separado en Escocia que tiene su propio programa de acción que no incluye el 1 de febrero). La NEU anunció el resultado de su votación el 16 de enero. Lograron obtener resultados lo suficientemente sólidos como para sacar a todos sus miembros en Gales, pero en Inglaterra solo los miembros docentes harán huelga ya que no una proporción lo suficientemente alta del personal de apoyo escolar devolvió sus boletas. Según el último recuento, 32.000 nuevos afiliados se habían afiliado al sindicato desde que se anunciaron los resultados y el programa de acción a partir del miércoles.
Todo esto significa que el 1 de febrero será un día ajetreado no solo para los huelguistas sino para todos los activistas. Habrá piquetes en los lugares de trabajo donde se lleven a cabo las huelgas. A pesar de las leyes terriblemente reaccionarias, existe cierta protección contra las personas que se niegan a cruzar los piquetes incluso cuando no han sido llamados por un sindicato y los activistas de izquierda están trabajando para asegurarse de que los trabajadores conozcan sus derechos. Más tarde en el día habrá manifestaciones y concentraciones en docenas de ciudades de Inglaterra y Gales, organizadas en su mayoría por las ramas locales del TUC, la federación sindical única en Gran Bretaña.
Muchos de nosotros estaremos agitando que el siguiente paso en la campaña debe ser una manifestación nacional para detener el nuevo Proyecto de Ley de Servicios Mínimos, también conocido como el ‘Proyecto de Ley de Enfermeras Despedidas’ que los Tories están actualmente acelerando en el parlamento. El 1 de febrero es un buen comienzo, pero necesitamos mucho más para detener este ataque masivo a los derechos de los trabajadores.
Tomado de internationalviewpoint.org
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