Desde Venezuela- LUCHAS Considera: Unidad de los trabajadores y los pueblos latinoamericanos en la lucha contra el fascismo y en defensa de sus derechos

13, enero 2023

Por LUCHAS*

Este 8 de enero una movilización masiva de bandas bolsonaristas tomaron las sedes de las instituciones principales de gobierno en Brasilia, la capital brasileña. Es un hito muy elevado en la dinámica golpista, impulsada por Bolsonaro, con apoyo explícito de los gobernadores y jefes policiales que les son afines y que busca derrotar la resistencia del pueblo brasileño, contra la explotación capitalista que su gobierno recién culminado acentuó severamente.

 

Días antes, el 28 de diciembre fue detenido el gobernador de la boliviana provincia de Santa Cruz y máximo dirigente ultraderechista Luis Fernando Camacho, por su manifiesto protagonismo en el Golpe de Estado contra Evo Morales en 2019. La respuesta de la ultraderecha no se hizo esperar con violentas manifestaciones que incluyó el incendio de tres sedes de la Fiscalía, en esa región.

En Perú, después de un año de asedio ultraderechista, camuflajeado de institucional, el pasado 7 de diciembre, se concretó un Golpe de Estado contra el presidente Pedro Castillo. Luego de aprobar la “vacancia” de Castillo, en una sesión de nueve minutos en el Congreso, su vicepresidenta Dina Boluarte, asumió la presidencia. De inmediato, la represión se hizo presente ante las primeras protestas, aumentando su ferocidad, especialmente a partir del 15 de diciembre, con la declaración del Estado de Excepción y el uso de las fuerzas militares con armas de guerra contra la población civil. Casi ya se llega a la cifra de las cincuenta personas asesinadas/os y centenas de heridos/as por las fuerzas policiales y militares, en el afán de sofocar las protestas, que no se detienen, mientras las exigencias de disolución del corrupto y poderoso Congreso, la convocatoria a nuevas elecciones y la convocatoria a Asamblea Constituyente, cobran fuerza en las calles y barricadas.

Estos son tres acontecimientos muy importantes que demuestran la resolución y disposición de actuar con agresividad y violencia que tienen las organizaciones contrarrevolucionarias del continente con el propósito de impedir y/o suprimir cualquier espacio de libertades democráticas y beneficios sociales para el pueblo trabajador y humilde.

No es, por mucho, la primera vez. Baste recordar los derrotados golpes de Estado contra el gobierno de Chávez en Abril del 2002 y luego en diciembre 2002- marzo 2003; el intento del golpe de Estado contra el gobierno de Correa en Ecuador en 2010; el golpe contra Evo Morales, en Bolivia, en 2019 y las destituciones forzadas y amañadas de los presidentes Zelaya en Honduras en 2009, Lugo en Paraguay en 2012,  y Dilma en Brasil en 2016.

Es notoria la radicalidad creciente de los enfrentamientos frente a gobiernos que -por diversos motivos- poco han avanzado en las reivindicaciones sociales, derechos democráticos y recuperación de las soberanías nacionales que han postulado. Esta agresividad es la evidencia que la burguesía latinoamericana y sus mentores imperialistas, no están dispuestos a ceder los espacios políticos y los elementos de restauración neoliberal que lograron reconquistar en el periodo 2015-2020.

Con clara conciencia de clase privilegiada y explotadora, todas las ofensivas de la ultraderecha concentran sus ataques de inmediato contra las condiciones de vida de las masas trabajadoras y populares y contra sus organizaciones naturales y legítimas.

Son un movimiento contrarrevolucionario continental, que conscientemente enfrenta la movilización popular que ha recorrido nuestro continente con alzas y recesos desde comienzos de este siglo, y que se ha incrementado desde 2019, incluyendo la rebelión de Chile de 2018, el Paro Nacional de Colombia de 2020, el Paro Nacional de Ecuador de 2021, la Manifestaciones masivas de Perú (el Bicentenario) en 2021, incluso la propia movilización semi insurreccional en Estados Unidos tras el asesinato de George Floyd en 2019.

La burguesía y sus organizaciones políticas más ultra reaccionarias, han contado a su favor con la debilidad e inconsecuencia de direcciones políticas que son asumidas por las masas como alternativa y las han llevado al gobierno a través de elecciones; pero que en pocas ocasiones se han mostrado a la altura de las circunstancias que plantea esta lucha de clases.

La dilación del gobierno de Arce en actuar contra los golpistas de 2019 en Bolivia y la conciliación de Lula con sectores de derecha incorporados a su gobierno, son ejemplos de esto. El caso más dramático, es el gobierno de Pedro Castillo, quien se dedicó a cabildear, negociar y ceder ante los factores políticos del régimen heredero del fujimorismo y abandonó su propuesta de Asamblea Constituyente y -más importante aún- se desentendió de la necesidad de convocar a la movilización de masas; terminando en un despropósito de un intento estado de excepción, sin organizar bases populares para esta acción, que sirvió a los golpistas, para avanzar y pretender justificarse.

El derecho de las masas a elegir a quienes crean conveniente es, para los revolucionarios, inalienable y debemos defenderlo a toda costa. Mas ello solo, no bastará para detener la oleada fascista que desarrolla la burguesía en el continente. La organización y movilización popular es imprescindible para enfrentarlos con la fuerza de la masividad y del peso social y económico de los trabajadores, de los campesinos, de los indígenas, de los estudiantes, de la juventud y de las comunidades.

Desde LUCHAS, llamamos a la unidad de los trabajadores y los pueblos latinoamericanos para enfrentar el fascismo, con pronunciamientos y con acciones de movilización concretas. Proponemos que desde las organizaciones obreras, campesinas y de izquierda de Brasil, tales como la CUT, MST, PT, PSOL, entre otras, se convoque a una fecha unificada para una  movilización internacional que reivindique la lucha contra el fascismo y por los derechos democráticos y sociales en todo el continente; abarcando las realidades y consignas de las clases trabajadoras y sectores populares y oprimidos de cada uno de nuestros países, con énfasis en la solidaridad con la lucha antifascista en Brasil, Perú y Bolivia.

 

Vivan las movilizaciones de los trabajadores y trabajadoras en Venezuela en defensa de sus derechos económicos, sociales y libertades democráticas

Esta es una lucha que debe conectarse con las luchas de trabajadores y sectores populares en todo el continente; incluso, en Venezuela, donde hoy los protagonistas principales son los docentes, trabajadores de salud y de las empresas básicas de Guayana y del sector eléctrico. Nos sentimos obligados a denunciar y repudiar la irresponsabilidad de numerosos voceros del gobierno nacional y  gobiernos regionales, ejemplo el de estado Bolívar (Guayana), que buscando justificar la nefasta política salarial anti obrera del gobierno de Maduro, pretenden descalificar la justa lucha de esos trabajadores, comparándolas con las arremetidas de la derecha fascistas de los países en Suramérica.

En el presente siglo XXI, en ninguno de nuestros países se ha enfrentado más al fascismo, a imperialistas y a pro imperialistas con la movilización de masas que en Venezuela. Los protagonistas reales de este proceso bolivariano, en campos, ciudades y centros de trabajo, sabemos diferenciar una arremetida reaccionaria como las que vivimos en 2002/2003 o las de 2014 y 2017, de una protesta legítima de los trabajadores, tal como las protagonizadas en el 2008 contra la trasnacional Ternium o grupo Amazonia y se conquistó la renacionalización o restatización de Sidor.

Tal deshonesta campaña -quiérase, o no-, sólo busca justificar la política desastrosa económica y monetaria del gobierno, que ha impuesto los más bajos niveles salariales de los trabajadores/as del mundo, lo que sí en verdad favorece a la patronal, a los partidos de la derecha y a la vez, le allana el camino al fascismo criollo y suramericano. Por tanto, llamamos a los trabajadores movilizados a exigirle al gobierno de Nicolás Maduro, el cese de las calumnias, de las persecuciones y detenciones, respeto a la CRBV, la LOTTT y también llamamos a la solidaridad activa con la lucha antifascista y el cumplimiento de los compromisos contractuales y requerimientos salariales que dieron origen a estas protestas. ¡Exigimos libertad inmediata de los trabajadores detenido de Buxilum y Sidor en Guayana!!

LUCHAS manifiestas su solidaridad y respaldo con estas movilizaciones de los educadores, demás empleados públicos y de los distintos sectores de trabajadores de Guayana. Y, nos comprometemos a una nueva declaración en donde abordaremos con más profundidad, estas luchas que ahora está dando la clase trabajadora venezolana, que ya cuenta con muchas expresiones solidarias desde los sectores barriales y comunales.

 

Fuente: Secretariado Nacional de la Liga Unitaria Chavista Socialista LUCHAS.

Venezuela, 13 de Enero 2023

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