Venezuela – Trabajadores de Masisa en lucha contra la discriminación laboral

Los trabajadores del sector madera, específicamente los trabajadores de la trasnacional chilena MASISA (con sede en el estado Bolívar, Venezuela) exponen en una nota de prensa enviada a Aporrea -a través de su vocería designada en asamblea, encabezada por Jean Mendoza- que, al cierre del año, se mantienen en pie de lucha, enfrentando varios de los principales ataques patronales a sus derechos, e impulsando los ejes de acción laboral que se habían propuesto durante este año 2022.

Un régimen de trabajo con discriminación y retaliaciones a través de la figura de los “convocados” y “no convocados”

Uno de los más importantes problemas que han tenido y que ha motivado sus protestas y manifestaciones de rechazo, es la discriminación y retaliaciones hacia los trabajadores que se quejan y luchan por los derechos humanos laborales. Tal es el caso de los trabajadores desincorporados de sus puestos de trabajo, denominados por los patrones como “no convocados” o “no requeridos”, mientras que los que sí son llamados a la producción son denominados “convocados” o “requeridos”. La condición de “no convocados” supone desventajas salariales y pérdida de beneficios, que les deja en los niveles más precarios o miserables de trabajo.

Esta figura fue creada en tiempos de crisis o escasez de insumos para justificar que no se podía producir con normalidad, a lo que luego se agregó la situación de pandemia por Covid-19, que resultó en llevar a un 70% u 80% de los trabajadores a sus casas (sin desempeño en la producción y con reducción de sus “beneficios”), entre mediados del año 2019 e inicios del 2020, y que se ha convertido en una condición indefinida de precariedad laboral y en una forma de castigo.

Ante ello, como ante muchas otra violaciones del derecho al trabajo, la caduca e inerte “representación”, según lo descrito por los trabajadores, se mantuvo de brazos cruzados y funcional a los intereses empresariales. En vista de estas circunstancias tan desfavorables para la clase trabajadora maderera y de sus necesidades desatendidas, un grupo de trabajadores conscientes de las consecuencias de no contar con una dirigencia sindical digna de tal nombre, salieron a denunciar y combatir tal estado de cosas.

En vista de que esta supuesta “medida de protección” de la fuente de trabajo, fue -a criterio de los trabajadores- gravemente tergiversada y usada de manera abusiva por el patrón (bajo tolerancia de las autoridades del Trabajo), al terminar creándose una especie de “apartheid” con “trabajadores de primera” y “trabajadores de segunda”, los trabajadores madereros decidieron organizarse para la lucha contra este régimen de trabajo. Lo describen como un sistema de “segregación laboral” arbitrario y coercitivo que vulnera sus derechos humanos.

Procedieron entonces a demandar sus derechos adquiridos en convenciones colectivas, los derechos contenidos en la Ley del Trabajo y derechos fundamentales plasmados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Los trabajadores se amparan en el Art 149 de la LOTTT 

Por las razones expuestas, los trabajadores de base (sin el sindicato propatronal) acudieron en el año 2020 ante la Inspectoría del Trabajado “Alfredo Maneiro” de Puerto Ordaz, de la zona Industrial Guayana, a cargo de la inspectora Dra. Kenny Bello Zapata y el Director Alfredo Spooner, para ampararse en el artículo 149 de la LOTTT en resguardo de sus puestos de trabajo. Desde hace ya tres años, les ha tocado batallar legalmente y mediante la movilización de calle, para que se ejecute la ley en su artículo 149, a fin de lograr la incorporación de los trabajadores a sus puesto de trabajo.

El arma patronal de los “no convocados” y la determinación de enfrentarla con la lucha

Perciben los afectados que se juega al desgaste de los trabajadores y se les presiona con su estado de necesidad, para que desistan y dejen campo abierto a la empresa dedicada a sobre-explotar y someter a la clase trabajadora, donde el patrón, por un lado, le suspende salarios a algunos trabajadores (con el argumento de la “crisis” o la emergencia, y por otro lado realiza nuevos ingresos de personal (lo que niega sus excusas).

Pero también observan los trabajadores una parcialización institucional hacia la parte patronal, que opera mediante la dilación de acciones judiciales elementales que tendrían que estarse tomando en defensa de los asalariados. Les preocupa cómo la Inspectora del Trabajo se hace -según ellos- “la vista gorda” en retraso de las justas respuestas que merecen las demandas del personal y coopera en ese sentido con la estrategia patronal de sofocar por cansancio y hambre a la masa laboral, a la que trata de poner contra la pared y con las manos arriba esa especie de “cayapa tripartita” patronal-judicial-sindicalera a la que vienen enfrentando quienes viven de su trabajo diario.

Por eso, muchos trabajadores se muestran desilusionados con esa supuesta “institucionalidad democrática” y han optado por renunciar, sin esperanza de recibir justicia, frente a su estado de indefensión, con trabajos por los que no se gana casi nada.

Otros trabajadores, con más experiencia de lucha, o conscientes de que a este tipo de situaciónes no escapa el resto de la clase obrera, bajo el sistema económico social en el que vivimos, optan por insistir en la organización y la lucha, no sólo en su empresa o sector productivo específico (los madereros), sino sumando fuerzas en unidad de clase, a nivel regional y nacional.

Instituciones del Trabajo funcionales a los capitalistas, que juegan con la ley y por eso la clave está en la organización y movilización obrera

Cuentan que… “Lo insólito pasó, después de tantas solicitudes a la inspectora del trabajo Dra. Kenny Bello, que nos vimos en la necesidad de solicitar un recurso de abstención ante los tribunales laborales, con el fin que sean éstos quienes le soliciten respuesta a la funcionaria responsable de la Inspectoría del Trabajo, a raíz de lo que efectivamente se le ordenó que se ejecutara la incorporación de los trabajadores por la vía del artículo 149 de la LOTTT de manera voluntaria, en un plazo de 20 días hábiles.

Pero, cumplido el lapso de los 20 días sin respuesta de la ciudadana Inspectora, se requirió solicitar nuevamente ante los tribunales laborales la ejecución por la vía forzada para el día 06 de diciembre de 2022. Trasladado el tribunal a la Inspectoría del Trabajo, para solicitar la ejecución forzada dictada por el tribunal laboral, nos sorprendió a los presentes que la juez del tribunal de la causa le otorgo 15 días más adicionales, una vez que se escucharon las excusas de la inspectora del trabajo, la cual alega que no cumplió con su responsabilidad por fallas con el servidor de la institución.

Ante las vueltas que da la Inspectoría y el Tribunal, los “masiseros”, nombre con el que son conocidos los madereros que trabajan en la citada empresa ven en todo esto una especie de engaño concertado: “¿Nos preguntamos todos los trabajadores que hoy vivimos junto a nuestras familias las condiciones de miseria a las que nos lleva el patrón, si el servidor de la institución estuvo todo el año 2020, 2021 y 2022 dañado?”. A lo que algunos responden: “¡Lo que está bien dañado es la justicia laboral en nuestro país!” “O mejor dicho: funciona pero a favor de los patronos y no del pueblo trabajador”. Sin embargo, no por ello renuncian a reclamar por vías institucionales lo que legalmente les corresponde, pero entienden que la clave de todo está en la lucha tenaz y consecuente de la clase obrera que es víctima de estas situaciones.

Tomando en cuenta lo anteriormente relatado, le hacen un llamado a todos los trabajadores: “¡No desmayemos, sigamos juntos!. Vamos a vencer con organización, concientización y movilización, a todo este sistema burocrático que hoy nos oprime. ¡Sigamos en nuestra firme lucha!”.

Otra demostración de la discriminación practicada por la patronal para dominar y dividir

Agregan que, mientras tanto, recientemente, la Patronal MASISA VENEZUELA, insistiendo en sus prácticas de discriminación continuada, realizó una ceremonia para la entrega de “botones”(especie de distintivos o galardones), únicamente concedidos a trabajadores que ella convoca a trabajar a la planta industrial Macapaima, que tienen laborando en la misma 5, 10, 15, 20 años, mientras que deja sin otorgamiento de botones por años de servicio a todos los trabajadores activos, pero “no convocados”, lo que para los trabajadores que emiten la presente denuncia “es una demostración más de la conducta empresarial discriminatoria”. Opinan que, “la entrega de los botones, muy lejos de ser un reconocimiento a los años de entrega y compromiso, los trabajadores sabemos que es una ‘palmadita’ o ‘caricia’ en la espalda para que sigamos soportando todo el peso de la crisis, que dicho sea de paso, no la provocamos los trabajadores”.

Delegación de trabajadores de Masisa se presentó en el Hotel Plaza Meru, donde se entregaban los “botones” en señal de protesta por la discriminación laboral y para consignar documento en busca de la activación de los elementos  de higiene, seguridad y salud laboral, que no fue recibido por negativa de la Gerencia

Continúan diciendo que, “la nueva gerencia no da muestras de querer resolver los problemas que afectan gravemente la calidad de vida y a la protección de la salud de los trabajadores, pues el día de la entrega de los botones por años de servicio, cuando hicimos acto de presencia, en el hotel Plaza Merú, parte los trabajadores discriminados que somos delegados de prevención, electos por los trabajadores,y que le presentamos la solicitud al gerente general Ing. Carlos Urdaneta,para la conformación del Comité de Seguridad y activación del resto de los elementos de higiene salud y seguridad laboral, lamentablemente a nosotros éste se negó atendernos”.

Una muestra del botón “palmadita” que se entrega sin atender a la calidad de vida de los madereros (según la fuente informativa obrera)

El llamado clasista es a seguir en batalla, para obtener victorias en 2023

Visto el panorama descrito, el vocero laboral Jean Mendoza, quien también es Delegado de Prevención, reitera, para concluir, el llamado a los trabajadores:

“¡Seguimos en batalla!. Cerramos este 2022 con mucha más conciencia, vamos juntos a seguir luchando por nuestros espacios de clase (sindicales). Vamos juntos a exigir el restablecimiento de los cinco elementos de la gestión de seguridad laboral (inactiva desde más de nueve años, situación que consideramos aberrante). Vamos juntos con la primera línea a rechazar todo tipo de discriminación o criminalización hacia los trabajadores que levantan su voz por sus derechos humanos y laborales, por el derecho al trabajo digno, por un salario mínimo igual a la Canasta Básica (que es constitucional), por la libertad Sindical…”.

Cuando se refiere a la “criminalización”, Jean Mendoza sabe muy bien a lo que se trata, pues la empresa consiguió que se le metiera preso por varios días bajo la acusación de “instigación al odio” (que hoy es usada como un comodín contra los luchadores obreros), y quedó en libertad (bajo régimen de presentación que restringe sus derechos) luego de una intensa campaña nacional e internacional solidaria. Todo el que conoce a Mendoza sabe que es un dirigente con un lenguaje mesurado y no ofensivo, aunque absolutamente firme. En lugar de investigar y poner en cintura a los violadores de derechos laborales, cierta institucionalidad se dedica a presionar a quienes ejercen el legítimo derecho a la denuncia y al reclamo.

Advierte Mendoza que “aunque la Gerencia Patronal apuesta al desgaste y al cansancio de los trabajadores, ellos no han entendido nada, se metieron con la generación equivocada, ya no les está quedando mucho margen, por eso siguen con estos maltratos…”.

Pero su mensaje, a modo de despedida de este año 2022 y de saludo al advenimiento del nuevo año 2023, va más allá, cuando dice:

“La justicia por la que peleamos las y los obreros, más temprano que tarde, se impondrá al calor de la lucha por nuestras demandas, porque los que detentan y abusan del poder tendrán que cumplirlas cuando los trabajadores se levanten masivamente, o tendrán que hacerse a un lado. Este 2023 debemos reencontrarnos con las energías renovadas para construir juntos nuestras alternativas, con la política correcta, que no es otra que recuperar, sin miedo, el método asambleario y la movilización combativa, discutir la solución de nuestros problemas de manera abierta, con criterio de clase, independencia, autonomía, con carácter democrático y sobre todo, con solidaridad entre la clase trabajadora, contra la burocracia que nos oprime y contra el capitalismo que nos explota”.

Tomado de Aporrea.org

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