Desde Venezuela: Los extravíos de la izquierda

Por: Jesús M. Vivas P.*

 Viernes, 25/11/2022

 

Las agresiones oficiales inferidas a la izquierda, además de sus propios errores, construyen un paisaje político y social donde pasarán años para que la izquierda pueda recuperar su imagen y vuelva a ser un referente popular serio y esperanzador, que con hidalguía y justeza pueda llevar consigo el estandarte histórico del socialismo: la difícil tarea de cambiar radicalmente la historia. Cada día hay menos necesidad de convencerlos; algunos se adaptan al amo. La razón se realiza en la historia.

Aún con todas estas calamidades, la izquierda progresista prosigue con su contabilidad de errores. No hay propósito de enmienda, se sienten cómodos en el centro izquierda o progresismo, desde donde poco a poco se mueven a la derecha, que cínicamente llaman “el centro”. Algunos son tan conservadoras en su teoría y práctica, que uno hasta llega a dudar que alguna vez lo fueron de izquierda. Política de cuadros sin políticas de masas NO DA VOTOS; si es esto lo que buscan. La ideología sabe cohesionar la dominación.

Los argumentos, los acomodos y las falacias sobran: que la pluralidad ideológica, que el acatamiento a la democracia, que la sensatez, que mucha cordura, que no le hagamos el juego a la derecha (la otra derecha querrá decir), que los cambios deben ser progresivos evolutivos y en el marco de la democracia burguesa, que la institucionalidad del Estado debe ser acatado, que no le hagamos juego al imperialismo, que el marxismo murió y el socialismo también, que son otros tiempos (como si el capitalismo hubiera cambiado su naturaleza y su lógica). Algunos progresistas llegan a admitir el evangelio del neoliberalismo: teología de la prosperidad, la buena nueva, la mano invisible del mercado, la cultura como mercancía, la cosificación de la vida humana, el hedonismo, la manipulación y el control de lo emocional. Conscientes de que el capitalismo es por su naturaleza y lógica opuesto a la justicia, a la democracia, a la paz, al respeto a la naturaleza, y a la valorización de la persona, aun así, se sienten cómodos en su regazo. Vivir el presente les fascina. El futuro…veremos…

Estas políticas peligrosa, entreguistas y reaccionarias que llaman progresismo, se topa con apoyos teóricos (o los acomodan), para la ejecución de sus prácticas: El individualismo como utopía, la libertad individual sin responsabilidad social, el consumismo como expresión del éxito, el entretenimiento comercial como consumo cotidiano, la socialdemocracia, nada de radicalismos, la historia lineal progresiva, la presunción de ascenso social progresivo, la defensa y exaltación del sistema liberal burgués (entre ellos el sistema electoral), la admisión de la competencia más que la convivencia, son sus prácticas asiduas y conscientes. Los progresistas saben que si el capital no es como es, desaparece. Aun así, se la juegan con el capital. Ocultan la verdad, pero la consciencia es la realidad. En fin, para ellos la culpa de todo lo malo, la tiene el individuo no el modelo.

E Bernstein no ha desaparecido, está entre los progresistas: no colapsará el capitalismo, la lucha de clases desaparecerá, el capital superará su anarquía, los salarios eliminarán la plusvalía, no es necesaria la dialéctica en los análisis sociales y políticos, los cambios deben ser evolutivos, y el marxismo será superado por la socialdemocracia, más nuevos acogimientos progresistas: las ciencias son progreso, la alternativa es individual, los problemas de la sociedad son culpa de los sujetos, el Estado es el equilibrio social, el capital es ilimitado (El fin de la historia), la fuerza de trabajo y la naturaleza son infinitos, las guerras pueden ser una necesidad, el capital tiene un lado humano y humanizable, el derecho burgués es mejorable, la democracia burguesa y su régimen electoral es la única y mejor vía hacia la democracia y la justicia. Estos y otros “argumentos”, son parte de sus concesiones al capital. El presidente electo de Brasil Lula, lo expresa claramente: “no queremos más discordias”. ¿con quiénes será la concordia? El capitalismo se inicia con el saqueo colonial, hoy los progresistas les piden que vuelvan; aún quedan riquezas para expoliar. “El fin justifica los medios”.

Los progresistas de aquí y los de allá, en nuestro continente ya están confrontándose: Boric, Maduro, Petro, AMLO, Lucho Arcia, y Fernández se lanzan dardos. El de Nicaragua yo “ni lo ignoro”. Lo de Cuba me tiene en dudas. Pedro C, “traicionó antes del amanecer, antes del canto del gallo” a su clase, a sus ideas iniciales. El Papa Francisco dijo: “que le pasará al Perú, que sus presidentes cuando no están presos, la policía los anda buscando”. En verdad, los gobiernos y líderes progresistas, no le hacen daño al capitalismo; lo sacan de apuros.

Algunos progresistas se colocan a la moda; son posmodernistas: La historia como fragmentación, no hay totalidad histórica, no hay verdad lógicas, no hay lógica, todo es discurso, no hay futuro solo presente, deconstrucción de todo lo moderno, no hay un hilo conductor, ni el de Ariadna, no al mito del progreso( cómo harán con esto), el mercado, lo individual, el presente, lo inmediato, el éxito personal, evolución y no revolución, reformas y no radicalismos, la naturaleza como mercancía, la plusvalía como lícita y necesaria, el despilfarro energético es normal, el capitalismo vende ilusiones, su separación y condena a grandes relatos como el marxismo son claras, llegando algunos a pasar de no querer el socialismo a ser anticomunistas completos. La producción y el consumo son reglas obvias y otras modas más. En fin, acomodan la teoría a sus interpretaciones.

También el fascismo es un “relato” transitorio y corto. Cierto, el marxismo no es un destino, pero es una herramienta poderosísima para los pueblos, por eso el capital le teme. La teoría es un momento de la práctica, y la naturaleza ha sido convertida en campo de batalla. Hay que repetirlo: la totalidad marxista de lo concreto, debe ser comprendida desde la praxis, esto es desde la consciencia de clase.

Solíamos decir que dependíamos del clima, ahora el clima depende de nosotros; de la depredación que el capital le está ocasionando. Los progresistas que solo oyen por el oído derecho, prefieren algunos “cantos de sirena” inmediatos, y no se amarran a ningún mástil, ni se tapan los oídos; que el modelo los seduzca. No atacan al mercado, la competencia les resulta necesaria y justa, aunque ésta genere crueles desigualdades. ¿Cómo pretender disminuir la pobreza sin confrontar con el capital? Todo lo que ocurre les parece un destino; hasta “la zanahoria y el garrote”, por lo que las relaciones desiguales de dominación del capital les resulta normales. La racionalidad capitalista es ideología (“falsa consciencia”), es dominación, es control social. El mercado como centro. EL CAPITALISMO ES FINITO, Y ESTÁ HOY EN SEVERA CRISIS ESTRUCTURAL. La izquierda está de vacaciones.

Amigas y amigos lectores, amigos todos. Este es mi último artículo por este año (salvo emergencias). Salud, toda la salud posible en lo que queda de este año y de sus vidas. Paz, mucha paz familiar.

VIVA Chávez. SU LEGADO ES RETO.LA HISTORIA YA LO ABSOLVIÓ.

*Jesús M. Vivas P.: Profesor Universitario con 45 años de servicio docente. PhD en Historia, egresado de la Universidad Complutense de Madrid. Más de 700 Artículos publicados a nivel nacional e internacional, mas de 60 años en la lucha revolucionaria, soy Jesus “Chucho” Vivas

Imagen: El Confidencial
Fuente: Aporre.org

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