Argentina- Eduardo Lucita*: Cada cual atiende su juego, mientras dejan pasar el ajuste/ Ver- Argentina dislocada- Carlos A. Villalba*: La riqueza se construye en base a pobreza/ Catedrático panameño saluda victoria de Cuba frente a bloqueo EEUU

 

Eduardo Lucita*

La política en su laberinto

Las dos grandes coaliciones que dominan la escena política nacional están encerradas en disputas internas que tienen como telón de fondo tanto la crisis como las perspectivas electorales.

El Frente de Todos y Juntos por el Cambio parecieran haber perdido el eje que las aglutinaba, lo que ha terminado desatando fuertes disputas internas que hacen más intrincado el laberinto del que por ahora no encuentran salida.

Coaliciones limitadas

En el FdT la alquimia electoral resultó eficiente para derrotar al macrismo, pero impotente para enfrentar la crisis del capitalismo local, agudizada por la pandemia y por la guerra. En JxC el frente antikirchnerista tuvo éxito electoral el año pasado, pero va perdiendo eficacia producto de que la identidad kirchnerista se va diluyendo y a que su propuesta económica se desdibuja. El programa de equilibrio monetario y fiscal (ajuste) ha sido tomado ahora por el FdT de la mano de Massa y el FMI.

Tanto los actos del 17 de octubre, como el debate por la eliminación de las primarias o la votación por el presupuesto 2023 son indicadores del intrincado laberinto en que están metidos el oficialismo y la oposición mayoritaria.

La fecha más que simbólica para la liturgia peronista, tradicionalmente unificadora de multitudes, no fue este año unificadora, mucho menos convocó multitudes, al menos no las esperadas, sí dejó expuesto el serio conflicto al interior del FdT. El debate por las PASO muestra a JxC amarrado a su defensa como forma de resolver sus conflictos internos, mientras que en el FdT el kirchnerismo aboga por su eliminación, se supone que esto le daría ventajas para la conformación de las listas frente a otras tendencias internas, como Los Cayetanos y su partido Los Comunes, o la corriente en formación, de centro izquierda de base socialcristiana que formó parte del acto en Plaza de Mayo. Finalmente se impuso la realidad: no se puede modificar reglamentos electorales sin las suficientes mayorías. La votación sobre el presupuesto del año entrante arrojó una total de 180 votos positivos, lo que significa un aporte importante de la oposición derechista que dividió su voto.

Esta votación parece reflejar el mensaje del embajador norteamericano Stanley “Acordar para avanzar”, algo que puede emparentarse con el lema del último coloquio de IDEA “Ceder para crecer” que podría entenderse que frente a las altas tasas de ganancias de estos años algo podrían hacer para bajar la inflación. Adicionalmente conviene tener en cuenta la visita del lobbysta de los capitales españoles, Felipe González, que vino invitado, en el momento justo, por las cámaras empresarias (G6) a disertar sobre “El pacto de la Moncloa”. En síntesis algo parece se está cocinando en las alturas.

Pesimismo y Optimismo

El pesimismo electoral cunde en las filas oficialistas cuando ven la debilidad del gobierno que no puede poner en caja a los empresarios para controlar los precios, tampoco pudo con los trabajadores del neumático que le asestaron un duro golpe político. Muchos dirigentes prefieren replegarse sobre sus territorios, apostar a un triunfo en 2023 no les entusiasma demasiado. Este pesimismo alimenta a las distintas fracciones del FdT. Por el contrario es el optimismo, la convicción de que ya tienen ganada la elección, lo que alimenta las disputas entre candidatos de JxC.

Así tanto el oficialismo como la oposición parecen estar jugando al Antón Pirulero, en el que “cada cual atiende su juego”. Hay distintas miradas y propuestas frente a la crisis, que se extiende en el tiempo abarcando a los dos gobiernos y ninguna de las dos coaliciones, ni sus fracciones internas, puede despegarse de ella. El acuerdo con el FMI, que no está caído ni se están renegociando sus pautas, es una muestra. No hay dudas que fue este gobierno quien hizo el actual acuerdo con el FMI y lleva adelante al ajuste que este impone, pero al mismo tiempo también es inocultable que fue el gobierno anterior quién tomó esta irresponsable deuda que hipotecó al país por muchos años por delante.

Hasta ahora la fuerte polarización mantenía unificado a cada uno de los polos, pero ha comenzado a insinuarse una tendencia a la despolarización con la emergencia de otras fuerzas por derecha (ultra) y por izquierda (clasista), que están lentamente modificando el escenario político. Esto también es fuente de fragmentación al interior de los polos que, por si fuera poco, no muestran liderazgos absolutos que impongan autoridad sobre el conjunto de la fuerza. El PRO parece haber lograod una tregua, pero todavía falta arreeglar con los radicales que tienen aspiraciones fundadas. En el FdT las tensiones siguen escalando…
Cansancio, hartazgo, desaliento…

Muy alejada de estas disputas la realidad cotidiana muestra que los ingresos populares perdieron 23 puntos desde el 2016 a la actualidad, que el promedio de las paritarias apenas le emparda a la inflación, que la precarización es creciente y que la distribución del ingreso, cada vez más favorable al capital, muestra que la desigualdad social está en ascenso. Sobre este cuadro social opera el ajuste impuesto por el FMI.

Cansancio frente a una crisis que se extiende en el tiempo, hartazgo frente al dantesco espectáculo de las internas, desaliento frente a la ausencia de futuro. Esto es lo que surge de diversos “focus groups”, especialmente entre los jóvenes que terminan alimentando a la derecha extrema. El reciente discurso de CFK en la UOM buscó levantar el ánimo, pero salvo el justo reclamo por una suma fija para los trabajadores y un llamado a recuperar la alegría, no hubo ninguna propuesta concreta de futuro. Así la percepción que “la política” solo atiende su juego, que “los políticos” tienen intereses propios de una corporación que se protege a sí misma, que no hay capacidad de gestión ni de regulación del mercado, está muy instalada.

Al ciudadano común aprisionado por la crisis y la carestía de la vida poco le interesa el aumento de miembros de la Corte Suprema, la composición del Consejo de la Magistratura, si habrá o no PASO, mucho menos el espectáculo del internismo electoral. Sí les preocupa la ausencia de futuro y esta realidad política distanciada de las penurias y necesidades de un vasto sector de la sociedad.

La incertidumbre domina tanto el escenario económico como el político, y este depende del primero.

*Eduardo Lucita: Integrante del colectivo EDI –Economistas de Izquierda-

 

 

 

Argentina dislocada: La riqueza se construye en base a pobreza

 

Catedrático panameño saluda victoria de Cuba frente a bloqueo EEUU

 

 

Visitas: 5

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

RSS
Follow by Email