La ética de la miserabilidad política: “me importa un carajo”

Por Darío Balvidares.

ecuestrar alimentos, dejarlos vencer, con más de un 17,5% de indigentes y 55,5% de pobres, no es una decisión que se toma en función de una dirección gubernamental; es la manifestación de una ética de la miserabilidad política.

Efectivamente, el proyecto de la hipérbole ministerial, el caso concreto de Capital Humano a cargo de Sandra Pettovello, sobrepasa los límites de la innovación libertaria, que se reafirma como netamente nociva para las necesidades de amplios sectores de la población a causa de las políticas de ajuste implementadas en función de consumar un plan mesiánico que sólo presupone “un futuro apocalíptico” y un presente de sufrimiento en aras de la guerra total contra el “socialismo” de la ficción mileiniana.

Un excelente artículo, publicado en este portal por Daniel Campione, da cuenta del estado de las cosas en el presente de un capitalismo exacerbado en la destrucción. Dice, acertadamente, el autor: “Se intenta hoy imponer una nueva modalidad en la relación entre el Estado y la acumulación capitalista, a partir de una retirada integral del aparato estatal, que privatice organismos y funciones. Con la tónica general de abandonar cualquier política que pueda beneficiar a las clases subalternas. Y la generación de condiciones de “desregulación” que remuevan hasta el menor obstáculo para la concentración y centralización del capital”.

Esa es la síntesis más acertada del marco en que la ética de la miserabilidad se desenvuelve día a día, reproduciéndose a sí misma desde la organización del desguace del aparato estatal, como muy bien fue enunciado por el señor presidente, en su “paseo” reciente por Estados Unidos, en la entrevista con la periodista Bari Weiss del portal de noticias The Free Press, donde expresó claramente: “…amo ser el topo dentro del Estado, soy el que destruye el Estado desde adentro…”. La transcripción escrita de la entrevista en ese sitio web fue publicada el 6 de junio bajo el título: “Argentina’s President Javier Milei Loves Being the Skunk at the Garden Party” (Al presidente de Argentina le encanta ser el zorrillo en la fiesta en el gran jardín).

En sentido literal un topo (el otro animal) tiene un mundo muy particular, no vive sobre la tierra, sino debajo, por lo tanto, su hábitat es la oscuridad; es decir que posee su propia “realidad”, pero al mismo tiempo puede emerger, aunque la mayor parte del tiempo lo pase bajo tierra; una de sus características es la casi total ceguera y su principal atributo es ser un eficaz depredador, considerado como una plaga.

Aunque, por supuesto, el señor presidente utilizó para la entrevista el sentido figurativo de la acepción “topo”, la que refiere a un “infiltrado” en una organización. Así es como ve su propio rol, que le permitirá a través del “odio”, destruir el Estado argentino: “…la reforma del Estado la tiene que hacer alguien que odie al Estado y yo odio tanto al Estado…”.

El odio como motor de su política se ramifica por todo el andamiaje gubernamental, como la estructura rizomática de los túneles donde habita el topo (el otro animal). En esas zonas oscuras, en lo más profundo, construye su madriguera. Los galpones de Villa Martelli y Tafí Viejo del ministerio de Capital Humano ocultaban, en la profundidad de oscurantismo político, los alimentos, los próximos a vencer y otros vencidos, que deberían haber sido distribuidos en los comedores comunitarios ante la necesidad y urgencia de la situación económica y social.

Desde la ética de la miserabilidad política, primero se negó que hubiera alimentos vencidos; luego, frente a la imposición de la justicia, con resolución del juez Sebastián Casanello, de entregar la información, el gobierno decide apelar, aduciendo que no era procedente que la justicia se involucrara en las decisiones políticas del poder ejecutivo, porque de esa manera se inmiscuía en una zona que no le corresponde. Sin embargo, a pesar del rimbombante enunciado seudo republicano, la Cámara Federal, dio curso a la decisión de Casanello.

A esa resolución le siguió la reacción en el ministerio de Sandra Pettovello, por la que el ex Secretario de Niñez, Adolescencia y Familia, Pablo De la Torre, fue denunciado desde la propia cartera en la Oficina Anticorrupción, por la subsecretaria legal, Leila Gianni, que como se expresa en el propio comunicado de Capital Humano:  “por mal desempeño de sus tareas, no han realizado un control permanente de stock y de vencimiento de mercadería”, fundamento central de la denuncia.

De esa manera, estaría esclarecido el hecho y presupondría que Sandra Pettovello quedaría al margen de lo sucedido, sin responsabilidad aparente, sin embargo, los “túneles” de la ética de la miserabilidad se bifurcan y ramifican, no todo se resuelve con estrategias mediáticas, ni con dar de baja algunos funcionarios elegidos por la propia ministra, porque no sólo se trata de los alimentos vencidos o no distribuidos, en donde cabe el encasillamiento de “mal desempeño…”, porque la propia Leila Gianni, con relación al sumario que efectúa el organismo, explicita: “Contrataciones irregulares mediante la OEI. Pago de sobresueldos. Transformación de esos pesos a dólares”, según consta en la denuncia penal efectuada por Alejandro Sebastián Diaz Pascual, miembro de la asociación Civil “Arco Social”, contra la ministra, Sandra Pettovello; el ex secretario de Niñez, Adolescencia y Familia, Pablo De la Torre y Luis María Scasso, director de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI).

También por el pago de sobresueldos Pettovello tiene otra denuncia penal efectuada por el abogado, Leandro Martínez Herrero, pero no es la única que realizó, sino que se suma la del 5 de junio sobre otro convenio con la OEI por el cuál esa institución se hace cargo de “la licitación y compra de aceite de girasol y lentejas por un valor de 6.772.500.000 con lo cual esa organización se quedaba con el 6% de comisión (luego se rebajó al 5%) por esta compra. Lo tercerizaron, gastaron más y compraron mercadería al doble de lo que está en el mercado (…) La ministra incumplió la normativa de contratación del Estado, el monto por el que se firmó lo tenía que firmar el Jefe de Gabinete”, según lo refirió el propio Martínez Herrero en una entrevista a AM 530 en el programa La Vuelta Completa.

La presentación del abogado incluye que cualquier compra del Estado que supere los 2.700 millones de pesos necesita la firma del jefe de Gabinete, el eyectado Nicolás Posse al momento de la contratación de la OEI, sin embargo, no fue así y la firmante fue Sandra Pettovello.

Los problemas siguen para el ministerio de Capital Humano, mientras la Cámara Federal ordena cumplir la cautelar del juez Casanello en relación con los alimentos haciendo lugar a la denuncia de Juan Grabois en la que afirma que el ministerio de Capital Humano no dispone “la entrega de alimentos en comedores barriales y comunitarios de toda la República Argentina, violando así, normas que ordenan garantizar el alimento a quienes están padeciendo situaciones de extrema pobreza e incumpliendo sus obligaciones como ministra con competencia directa…

El desencadenante fue que en el ministerio de Capital Humano firmaban un convenio con la fundación CONIN, cuyo titular es el reconocido antiderechos Abel Albino, para la entrega de la leche a las propias sedes, como lo expresa textualmente en el convenio marco de colaboración (Nº CONVE-2024-12935327-APN-SSL#MCH), celebrado el 5 de febrero del presente año por el cual el ministerio que tiene “la provisión de productos alimenticios en sus Centros de Distribución con el fin de atender emergencias o situaciones catastróficas, siendo el objetivo la población afectada por tales eventos. Sin embargo, se encuentra con existencias cuya fecha de caducidad operará en los meses de julio y agosto de 2024, resultando coordinar con CONIN, para que, a través de sus centros de distribución y sus comederos y merenderos apadrinados, facilite la provisión de alimentos a los sectores sociales vulnerables de manera expedita y eficiente”, lo que se firma luego como “convenio específico”, para la distribución inmediata ordenada por el poder judicial y así CONIN recibirá en sus centros la leche próxima a vencer con la logística a cargo del Ejército argentino.

Algunas dudas, acaso no hubo “emergencias y catástrofes” con el temporal en Bahía Blanca y la inundación en Concordia, Entre Ríos.

La continuidad política de la tercerización es una práctica que tiene muchos años y que el gobierno libertario también asume en la prolongación del dispendio de los dineros públicos, apelando a las ya poco creíbles argumentaciones de la eficacia y la eficiencia del sector privado en una asociación público-privada de muy dudosa transparencia, como lo estamos viendo en el breve recorrido de casi 7 meses del ministerio de “la billetera abierta”, como había afirmado el señor presidente, a la sazón el “topo”; lo que permite la pregunta: ¿Abierta para quién?

En el mismo orden de los hechos, la secretaría de Educación a cargo de Carlos Torrendell, también está bajo los efluvios de este polémico maridaje público privado. Conviene recordar que la concepción de la educación estatal del ahora secretario era permeada por su ideología de clase cuando afirmaba que: “…la educación estatal fue utilizada en reiteradas oportunidades y ámbitos para imponer opciones ideológicas. En este sentido, el Estado se ha constituido en un ámbito privilegiado para que se aniden grupos de interés que sobreviven gracias al poder y al erario público imponiendo a los sectores sociales a su alcance su agenda y cosmovisión. Podríamos decir que lo público estatal se convirtió en “privado-sectario”… mucho más “privado” aún que lo público de gestión privada pues se camufló exitosamente bajo el manto de lo “neutro y laico“, son algunas de las consideraciones que realiza en su ensayo “School Choice: entre la libertad de enseñanza y la libertad de mercado”, como mostrábamos en un artículo publicado en diciembre de 2023 con el título de “Educación: pase el que sigue”.

Como decíamos en aquel entonces, en la concepción de Torrendell es necesario el desplazamiento del Estado para dar lugar a la “sociedad civil”, lo que se traduce en lo que venimos anunciando hace más de 30 años, la injerencia de las ong , fundaciones e instituciones de derecho privado asumiendo el poder de decisión, en lugar del Estado.

Y así son las cosas, ahora por negligencia o impunidad, se revelan los significados de estas espurias relaciones público-privadas que exponen la ética de la miserabilidad política.

Como sucedió con la secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia y los convenios con la OEI, el secretario de Educación, también fue salpicado por los contratos realizados bajo el mismo convenio con la OEI.

Hace un par de días atrás, Carlos Torrendell aseguró en una entrevista en La Nación+ que: “Contratos OEI hay en todas las secretarías; en las de Niñez, Cultura y Educación. No sé si en todos los ministerios, pero es una modalidad vigente desde hace 20 años, por lo menos, en el área que yo conozco”, reafirmando la naturalización de esos convenios y negando la existencia de sobresueldos: “Que yo sepa no hay ninguno y estoy muy seguro”, concluyó.

Pero la seguridad de Torrendell no convence, porque dos días después de la entrevista, renuncian cuatro funcionarios de su cartera.

Las ramificaciones de los túneles del topo conducen a la madriguera; la ética de la miserabilidad política, también.

“Es la ética a la que le corresponde determinar qué clase de hombre hay que ser para tener derecho a poner la mano en la rueda de la historia”. Max Weber

Alguien podrá decir “me importa un carajo” y otrxs podremos contestar, “cosa de topos, en la superficie los pueblos no se suicidan y suelen combatir las plagas”.

Tomado de tramas.ar

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