Francia – Acciones contra los hipermercados y la industria agroalimentaria

Por Sophie Chapielle.

Mientras la FNSEA [sindicato agrario mayoritario, de derechas y defensor de un modelo agroindustrial intensivo] anuncia un asedio a la capital, otros agricultores prefieren apuntar a las multinacionales agroalimentarias y de supermercados que obstaculizan su justa remuneración y les impiden vivir de su trabajo.

La cólera de la comunidad agrícola no ha disminuido tras los anuncios del primer ministro Gabriel Attal el viernes 26 de enero. Los agricultores de la FNSEA y de Jeunes Agriculteurs (JA) -cercano a las posiciones de la FNSA de la región del Gran París han anunciado que iniciarán un “asedio a la capital” el lunes 29 de enero. En las horas que siguieron al discurso de Gabriel Attal, también se llevaron a cabo una gran variedad de acciones dirigidas contra la industria agroalimentaria y los supermercados.

Entre las principales medidas anunciadas por el jefe del gobierno figuraban la supresión del aumento del impuesto sobre el gasóleo agrícola, la aceleración del pago de las ayudas de urgencia y la puesta en marcha de un proyecto de simplificación [de la normativa derivada de la UE]. Pero para la Confédération Paysanne [sindicato que forma parte de Vía Campesina], tercer sindicato de agricultores, “los anuncios de Gabriel Attal no ofrecen ninguna respuesta en términos de ingresos ni de protección del trabajo para las y los agricultores”. Varias acciones se dirigieron contra las grandes cadenas de supermercados y las multinacionales agroalimentarias.

En Châteauroux, en el departamento de Indre, miembros de la Confédération paysanne colocaron una pancarta sobre la entrada de un hipermercado para llamar la atención sobre los bajos ingresos que obtienen con sus productos: “Con Leclerc, nuestro trabajo no vale gran cosa”, rezaba. En Chauvigny, en el departamento de Vienne, se celebró una operación tipo Robin Hood en un hipermercado Auchan. El lema: “Trabajamos casi gratis todo el año, ¡hoy le toca al grupo Auchan!

70 personas de la Confédération paysanne, junto con la CGT, bloquearon las cajas del hipermercado durante unos minutos para que los clientes pudieran irse con sus carritos de comida sin pagar. “Una verdadera salida del modelo pasa necesariamente por un cambio de modelo”, afirman los agricultores impulsores de la acción, que pretenden denunciar sus bajos salarios frente a la industria agroalimentaria y los supermercados.

“Los márgenes de los pequeños productores no han dejado de erosionarse
En el centro de este movimiento de indignación están los bajos precios que se pagan por sus productos. La disminución de los ingresos agrícolas forma parte de una larga historia que va mucho más allá de Francia. Desde hace más de un siglo, “los márgenes de los pequeños productores no han dejado de erosionarse”, afirma Alessandro Stanziani, historiador económico y director de Estudios de la École des Hautes Études en Sciences Sociales1/. En todo el mundo, el porcentaje del precio de venta que se destina a los agricultores ha caído del 40% en 1910 al 7% en 1997, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

“A lo largo del siglo XX, en los países del Norte, los supermercados y los intermediarios comerciales tomaron el control, imponiendo márgenes extremadamente limitados a quienes los producen”, explica el historiador. Pueden hacerlo porque se trata de un mercado en el que el comprador tiene prácticamente el monopolio. Si no haces negocios con estos grandes compradores, estás fuera del mercado. Ése es el sistema. Imponen precios y calidad estandarizados, y ambos van de la mano.

“La liberalización económica ha entregado la agricultura a las leyes del mercado. Estamos en competencia con otros agricultores de aquí y con nuestros colegas de Europa y de más allá”, afirma Laurence Marandola, portavoz de la Confédération paysanne. Nos enfrentamos a grandes dificultades para vivir de nuestro trabajo, con grandes desigualdades en el sector. Mientras que unos pocos tienen ingresos muy sólidos, una gran mayoría vive con ingresos muy bajos. El 18% de las y los agricultores franceses viven actualmente por debajo del umbral de la pobreza. La industria agroalimentaria bloquea el aumento de nuestos ingresos.

Durante sus primeros cinco años de mandato, Emmanuel Macron prometió aumentar los ingresos de las y los agricultores. La Ley Alimentaria (conocida como ley Egalim) adoptada en octubre de 2018 pretendía garantizar un mejor reparto del valor dentro del sector (nuestro análisis). En concreto, el presidente propuso invertir la forma en que se construyen los precios: no a partir de los márgenes que los transformadores y distribuidores quieren obtener a costa de las y los productores, sino que sea sagrado en cuenta los costes de producción para garantizar una renta a los agricultores.

En su momento, el ejecutivo encargó a las interprofesiones la elaboración de los planes sectoriales. Sin embargo, las negociaciones fueron bloqueadas por los industriales y los minoristas, particularmente en el seno de la interprofesional de la carne de vacuno. Estos últimos utilizaron su derecho de veto para bloquear cualquier cálculo. Alrededor de la mesa se encontraba, por ejemplo, el grupo Bigard, que se agrupa bajo la bandera de Culture viande.

“Algunas organizaciones tienen derecho de veto, y ése es el caso de Culture viande. Con la federación de distribuidores, bloqueaban todo en cada reunión, ya fuera el método de cálculo, la inclusión de los costes, etc.”, explicó un agricultor presente en las negociaciones.

Márgenes indecentes en los supermercados
Desde la adopción de la ley Egalim, nada ha cambiado para los productores. Los precios de sus productos bajan, o incluso se hunden en algunos sectores. Tomemos la leche, por ejemplo. En 20 años, el precio por litro para el consumo ha pasado de 55 a 83 céntimos de euro sin impuestos. Las distribuidoras y la industria agroalimentaria se han beneficiado ¡aumentando sus márgenes brutos un 188% y un 64% respectivamente! Las y los ganaderos reciben un 4% menos por la venta de su leche…

La Fondation pour la nature et l’homme, que publicó en septiembre un informe sobre la subida del precio de los productos lácteos, destaca la “asimetría de poder existente”: ocho empresas distribuidoras venden el 98% de la leche producida en Francia, mientras que tres empresas agroalimentarias –Lactalis (Lactel, Président, Bridel, etc.), Sodiaal (Candia, Yoplait, Entremont, etc.) y LSDH (Laiterie de Saint-Denis-de-l’Hôtel)– envasan el 70% de la leche vendida en Francia. El precio pagado a las y los productores sigue siendo la principal variable de ajuste, en un momento en el que la industria agroalimentaria obtiene márgenes récord. Entre finales de 2021 y principios de 2023, ¡la tasa de margen de la industria agroalimentaria pasó del 28% al 48%!

Un centro de Lactalis, líder mundial de los productos lácteos, fue objeto de un ataque el 23 de enero en Haute-Saône. Alrededor de 70 agricultores vertieron una veintena de contenedores llenos de estiércol delante de la empresa, calificando a Lactalis de “mal pagador”. El gigante industrial, el mayor grupo lácteo del mundo, les sigue pagando 40 céntimos de euro por litro, mientras que otra cooperativa de la zona paga unos 48 céntimos. “Me parece que cuando eres el número uno del mundo, lógicamente eres capaz de pagar correctamente a tus productores”, lamentó a France Bleu el presidente de la Union nationale des éleveurs livurs Lactalis (Unell).

Las ventas del gigante lácteo superarán los 28.000 millones de euros en 2022, y su director general, Emmanuel Besnier, es el sexto hombre más rico de Francia.

Prohibir todas las compras por debajo del precio de coste
“Muchos ganaderos y ganaderas no obtienen precios que cubran sus costes de producción y la remuneración de su trabajo”, afirma Laurence Marandola, de la Confédération paysanne. No es justo que trabajen y no reciban una remuneración adecuada. En respuesta al enfado de las y los agricultores, el ministro de Economía, Bruno Le Maire, acaba de prometer sanciones contra los distribuidores y fabricantes que incumplan la ley Egalim. “Sólo les daré unos días para cumplir la ley Egalim, de lo contrario serán sancionados con el 2% de sus ventas”, ha declarado.

Estas sanciones ya estaban previstas en la ley Egalim, en caso de incumplimiento de los procesos de negociación. “Lo que esperamos son las medidas estructurales, con precios mínimos garantizados, regulación del mercado, incluso en Europa, y control de los volúmenes”, subraya la Confédération paysanne. Pedimos que se prohíban todas las compras por debajo del precio de coste [precio que incluye los costes de producción y la remuneración], y que Francia se comprometa solemnemente a cesar todas las negociaciones encaminadas a firmar nuevos acuerdos de libre comercio”, explica Laurence Marandola. Sentimos que estamos al final de un sistema. Es hora de dar un futuro a la agricultura”.

29/01/2024

Basta

Traducción: viento sur

Actualización del 30/1/2024: las centrales de compra y las plataformas logísticas de la gran distribución están siendo bloqueadas el martes 30 de enero por las secciones departamentales del sindicato Confédération paysanne en Loire-Atlantique, Rhône-Alpes y Vaucluse.

Notas

1/ Alessandro Stanziani es el autor de Capital Terre, Une histoire longue du monde d’après (12e-21e siècle), publicado por Payot y Rivages, 2021.

Tomado de vientosur.info

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