Francia – “Ley de extranjería: un pacto fáustico a costa de los inmigrantes”

Por Gisti (Grupo de Información y Apoyo a Inmigrantes)

En una desafortunada coincidencia del calendario, el día después del Día Internacional del Migrante, destinado a “  disipar los prejuicios y celebrar sus contribuciones  ”, el Senado y la Asamblea Nacional adoptaron el texto más hostil hacia los extranjeros desde la Liberación. El mismo día, los estados miembros de la Unión Europea adoptaron el pacto sobre asilo e inmigración, ultimando la construcción de la Fortaleza Europa.

Al igual que el pacto europeo, el proyecto de ley se basa en una dialéctica nociva: alimentar los temores al pretender ofrecer un remedio, sea cual sea el coste de la política que, al emprender el camino de la retirada, abre el de la xenofobia y el racismo al mismo tiempo que ella está imbuida de ello.

La responsabilidad principal de este desastre recae en el Presidente de la República que, esta vez aprovechando encuestas de opinión que soberanamente había ignorado para imponer su reforma de las pensiones, insistió obstinadamente en poner sobre la mesa este enésimo proyecto de ley, sin ignorando nada de la vía que ofrecía a una derecha desenfrenada.

Lo comparten una Primera Ministra [Elisabeth Borne] y un Ministro del Interior [Gérald Darmanin] que, para vender un proyecto de ley supuestamente equilibrado, realizaron negociaciones sórdidas, cancelando la medida que quería ser emblemática de su “ humanidad”, la regularización de trabajadores en profesiones escasas. Sin mucho margen en el proyecto inicial, casi no queda nada una vez pasado por el molino de la comisión paritaria paritaria: la arbitrariedad de los prefectos seguirá reinando como ya reina para la aplicación de la “circular de Valls” [ de 2012 , que especifica los términos y condiciones para la expedición de permisos de residencia en Francia].

Esta capitulación por sí sola lo dice todo sobre la falta de convicciones de una mayoría parlamentaria que, preocupada únicamente por salvar la cara de su presidente, fue cediendo progresivamente en todos los frentes, para acabar movilizando la Agrupación Nacional: principio de cuotas, preferencia nacional por numerosos subsidios. , el cuestionamiento de los derechos sobre la tierra, el restablecimiento del delito de residencia ilegal y el compromiso de reformar la AME [Asistencia médica estatal] son ​​sólo las manifestaciones más visibles de esta capitulación general.

Y el cinismo está en su apogeo cuando este proyecto de ley condiciona el derecho de permanencia al respeto de los “principios de la República” que estas disposiciones pisotean: ¿qué “modelo de integración” conlleva este proyecto que somete a las personas a “principios” ajenos a los que la ciudadanía ¿Las propias autoridades se eximen del respeto para imponerles mejor un control permanente?

Menos comentada, la referencia omnipresente a la noción de amenaza al orden público –eliminar la garantía del derecho a llevar una vida privada y familiar prevista por el artículo 8 del Convenio Europeo de Derechos Humanos– establece definitivamente en nuestro derecho la figura del extranjero delincuente que el Ministro del Interior ha agitado hasta la sed. Al mismo tiempo, pone a disposición de los prefectos un arma formidable para rechazar o retirar el derecho de estancia y para mantener alejados a los “indeseables”.

Pero nadie ignora hoy que este gobierno está comprometido con las tesis de quienes quieren deshacerse de las conquistas de los derechos fundamentales y de las instituciones que los protegen: burlándose de una decisión del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y negándose a ejecutar el del Consejo de Estado que sacó las consecuencias, todo ello, sin hacer estremecer a nadie en su propio campo, el Ministro del Interior ya ha fijado el rumbo para una deconstrucción del Estado de derecho cuyo principal objetivo son los extranjeros.

¿Cuáles serán en última instancia los efectos de este texto? No invertirá el inevitable movimiento migratorio: las parejas franco-extranjeras se casarán, los extranjeros traerán a sus familias a costa de dificultades cada vez mayores, las personas perseguidas vendrán a buscar asilo arriesgando sus vidas, OQTF [Obligación de abandonar el territorio francés] ilegales o inaplicables seguirán distribuidos masivamente, los inmigrantes indocumentados seguirán siendo explotados en las cocinas de los restaurantes o en las obras de construcción, los estudiantes vendrán a las universidades, los menores no acompañados buscarán protección y un futuro mejor, etc. Lo que cambiará, sin embargo, es el grado aún mayor de humillación, represión y sufrimiento que estas personas tendrán que soportar para poder vivir en suelo francés.

“  Queremos a los que trabajan, no queremos a los que roban  ”, afirmó el Ministro del Interior, para justificar todas las disposiciones de su proyecto, que asesta los golpes más duros a la inmigración familiar y estudiantil. Proporcionó así la prueba de que la única necesidad de aire es la del racismo, la que el Ejecutivo deliberadamente quiso alimentar a lo largo de esta desastrosa secuencia. (Esta columna fue publicada el 22 de diciembre en el  sitio web de Obs )

Tomado de alencontre.org

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