Modesto Emilio Guerrero*
Buenos Aires. 20.12.32
La jornada de acciones con ocupación de Plaza de Mayo, rompió la norma.
Entre seis y ocho movimientos de la izquierda desafiaron la Amenaza de Bullrich y la puesta en escena policial, rompieron algunos cordones y marcharon desde el Obelisco y puntos adyacentes, hasta Plaza de Mayo.
Eso no estaba previsto por el gobierno.
Marcharon, se concentraron, gritaron, hablaron y cuando les dio la gana… Se fueron.
El gobierno planificó lo opuesto.
Este resultado desafió, trastocó y derrotó lo planeado por el gobierno.
La Ministra y el Presidente debieron ver (y soportar) desde su montículo de generales burlados, en el Comando Policial de la calle Belgrano, que sus posiciones de poder –calles y Plaza de Mayo– eran tomadas por y convertidas en tribunas de desafíos a la prepotencia del poder.
No sé sumaron los 50 mil esperados (quizá 20 o 22 mil)… Pero tampoco los 3 mil que dijo la ministra.
Estos dos resultados no dieron victoria para el movimiento, pero… tampoco para el gobierno.
La norma dice que en un empate nadie gana, nadie pierde.
Esa norma se rompió cuando una de las partes desafió al poder y obtuvo algo no previsto.
Esta dialéctica indica que resultó un empate favorable al movimiento.
Es un punto de partida muy bueno para amalgamar la resistencia.
Se demostró que se puede. Igual que pudieron las pocas Madres que desafiaron el poder militar en los años 70.
Este empate abre una perspectiva de rebelión contra este gobierno de engendros y engendras.
Esto dependerá de por lo menos dos o tres condiciones.
A. Que las dos centrales obreras sumen sus fuerzas al desafío, como parece indicarlo la CTA de Cachorro Godoy.
La CGT hundirá su destino si completa el pacto iniciado con el Gobierno.
B. Que a la próxima jornada se sumen los movimientos del Kirchnerismo y el peronismo, con su tradición popular y experiencia y
C. Que la prepotencia del poder comience a resquebrajarse.
La mejor demostración de que el Empate sirvió a la resistencia para galvanizar el odio al gobierno, fue el cacerolazo de la noche.
Cierto que no fue como los de 2001 en la calle.
También es cierto que miles dieron continuidad al desafío desde sus balcones, postes de luz y patios.
Ya no era “la izquierda”…
Fue gente de la clase media de la Capital y otras ciudades que sumaron su desafío.
Estos dos hechos valen 100 veces más que las declaraciones de prensa y superaron la pusilanimidad de diputados y senadores opositores, ablandados por Miley y Bullrich.
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21 Diciembre, 2023
De Miley a De la Rúa
M. Emilio Guerrero*
Cientos de miles de espectadores sintieron a las 9 y algo de la noche, lo mismo que sintieron 20 años atrás a la misma hora cuando De la Ruta decretó un Estado de Sitio que fue abortado por el pueblo en la calle.
Está vez el pueblo no marcho en masa a la plaza de los dos Congresos, ni ocupó en masa la Plaza de Mayo para vaciar el poder de la Casa Rosada en una sola noche.
No, eso no ocurrió, aunque la sensación parecida.
La gente sintió, percibió en forma primaria, difusa, que este psicópata le estaba amputando algo al sistema político, a eso que llaman “democracia”.
Con esa sensación difusa, como la de algo poco digerido… reaccionaron con el arma más independiente que tienen a mano, sin control estatal: sus cacerolas, su tiempo, sus postes de luz, sus barrios.
Todo eso lo amasaron en rabia y la suma de esas rabias se convirtió en una reacción masiva, limitada pero masiva, contra el DNU.
Con esa reacción acompañaron la acción de la izquierda horas antes en la calle y la plaza y le gritaron de varias formas a la casta de la CGT que llegó la hora de una huelga general.
Con esos dos mensajes, la “clase media” argentina se puso en movimiento.
Ahora necesita carril, banderas, programa, consignas y dirección propia y honesta.
Veremos…
Está vez la mayoría fue asaltada por la sorpresa y la novedad.
Lo nuevo es la promesa mesiánico de un político excéntrico de hacer un cambio total contra la “casta“.
La clase media comenzó a comprender que la fulana casta era ella, sus prepagas, vacaciones y educación privada.
Eso explica que las cacerolas hayan sonado fuerte en barrios ricos o privilegiados como Villa Urquiza, Belgrano o Villa Crespo y otros de capitales del interior.
Pero es algo que apenas comienza. Cómo todo proceso se rige por tiempos y ritmos.
De la Rúa cayó después de dos años en el poder y un gobierno que la mayoría ya no digería desde mediados del 2001.
El impacto ideológico y emocional de este 20/12/23 fue parecido. Pero apenas comienza. Debemos respetar sus ritmos para ir respetar la falsa legitimidad oficial.
Hay dos diferencias con la rebelión que tiró a De la Ruta y sus cuatro sucesores.
La primera es que la digestión apenas comienza.
La segunda es que la gente trabajadora y de “clase media” profesional o rentista, apenas sale de un gobierno que la hastió de inflación, indiferencia y abulia .
En ese contexto y dinámica es que gana relevancia el impacto psico político de las 9pm ante un psicópata político como Miley.
La reacción que les dictó su memoria los condujo a las cacerolas y los postes de luz. Necesitan gritar aquí estamos y no nos callaremos.
Lo que sigue o puede seguir es la rebelión político social en cualquiera de sus múltiples formas históricas.
*Modesto Emilio Guerrero: Es periodista, escritor y conferencista. Nació en la península de Paraguaná, Venezuela (1955). En 1983 fue electo diputado. En 2012 ganó en Caracas el Premio Nacional de Literatura Stefania Mosca, género Crónica. Por Reportaje con la Muerte (la biografía del reportero argentino que filmó su asesinato en Chile). Escribió columnas para los periódicos Miradas al Sur y Página 12 (Argentina), Época (Bolivia), Liberación (Uruguay), Rebelión (España). Actuó en las insurrecciones del Caracazo (1989), en el Argentinazo (2001-2002), en la huelga general de Colombia (1976) y en los sindicatos PT en Sao Paulo (1991). Otros libros: Panamá, soberanía y revolución (Maracay, 1990); Haití, el último Duvalier (1986); Después del 4-F (Valencia, 1992); Morir es la noticia (coautor, Chile, 1998); El Mercosur y la Revolución Bolivariana (Caracas, 2006); Venezuela 10 años después (Buenos Aires, 2009); El chavismo después de Chávez (en imprenta); La izquierda latinoamericana después del Muro (coautor, La Habana, 2012); Venezuela en el Mercosur (Caracas, 2012).¿Quién inventó a Chávez? y es autor de “Crónica de un Magnicidio”, que documentó el asesinato de Hugo Chávez.
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