ARGENTINA- La plaza de Javier Milei aplaudió a la policía y al ajuste- La convocatoria fue menos de la esperada por el círculo del Presidente/ Ver-Javier Milei: La libertad de ignorar toda alternativa a un ajuste salvaje

Los asistentes festejaron los anuncios de recortes y coincidieron en ensalzar la antipolítica. La calse media fue mayoría. Algunos llegaron en micros.

Laura Vales
Por Laura Vales

En la plaza que festeja la asunción de Javier Milei no hace falta preguntarle a nadie sobre el ajuste. El tema aparece solo:

 

Ningún gobierno arregla esto con un ajuste de un año… y dos años, la verdad, tampoco alcanzan… pero yo tengo esperanzas, estoy con expectativas -dice por ejemplo Ana. Se acercó a las vallas sin remera libertaria ni nada que la identifique, aunque una vez junto a las vallas, mientras habla, saca de su bolso una bandera argentina. Se la acomoda en los hombros, haciendo a un costado el pelo largo y lacio, teñido de un rubio ceniza. Se presenta como “comerciante independiente”. 

-¿Y estás preparada para ajustarte?

Estoy dispuesta a hacer el sacrificio que haga falta.

-¿Pasar seis meses, ponele, comiendo arroz?

-A mí me gusta el sushi -relativiza con una carcajada.

Incluso hay quienes plantan cara y estiman el ajuste en más: “cuatro años” o “de cuatro a seis años”. Hablan con el tono de quien dice “me banco todo” o “voy a llegar hasta el final”.

Está claro que la plaza que reúne Milei frente al Congreso, para su discurso de asunción, vino dispuesta a aplaudir el anuncio del ajuste. Y de hecho, eso es lo que hace.

La gente aplaude cuando el presidente, que ha elegido dar su discurso de espaldas al Congreso, arranca planteando que “las ideas del colectivismo” generaron “pobreza, estancamiento y miseria” . Aplaude cuando dice que “no existe otra solución viable que atacar el déficit fiscal”, por lo que su gestión hará “un ajuste en el sector público nacional de 5 puntos del Producto Bruto Interno”. Y festeja, más previsiblemente, el cierre de esa idea: la promesa de que “a diferencia del pasado, el ajuste caerá casi totalmente sobre el Estado y no sobre el sector privado”.

“Tiene miedo, la casta tiene miedo”, canta la plaza. Son muchos los dispuestos a replicar que no será para tanto y que les encanta el sushi.

Trompetistas

¿Quiénes fueron al Congreso a escuchar el discurso de asunción? Aunque había un poco de todo, claramente no estaban los últimos de la fila; la mayoría de los que entrevistó este diario contaron que tenían trabajo -en relación de dependencia o de manera “independiente”- y si bien se definieron como apretados o muy apretados en lo económico, sus respuestas sonaron a clase media, real o con esa aspiración.  Comentarios que remarcaban “hay gente con más necesidades que yo”, o “yo toda mi vida trabajé” en las personas de más edad. Menciones a que “vamos a tener que competir más” en los jóvenes.

La antipolítica fue el sello del día. Si bien se vieron banderines libertarios -los amarillos con una serpiente y la advertencia “No me pises”- y remeras con el dibujo de un león y el slogan Milei 2023, predominaron las banderas y remeras argentinas. En lugar de batucadas, el sonido que se escuchó en la plaza fue el de las trompetitas de plástico del merchandising del mundial de fútbol.

-Esto parece un recital – le comentó un treinteañero a su mujer.

-Pero estamos acá por la nación, no por un recital -contestó ella.

La mujer contó Página/12 que tienen tres hijos y que vino decidida a festejar “porque por fin no me va a gobernar alguien que se llene los bolsillos con mi plata”.

No estaba preocupada por la anunciada caída de la actividad, del empleo y del salario (“lo gratis se paga”, apuntó), ni porque el ajuste va a implicar despidos. “No sé si va a haber despidos; va a haber gente que tendrá que buscarse un trabajito independiente, de ventas, de hacer pastelitos como ya hacen tantos otros”. Lo dijo amablemente, sin que el odio se le notara en la voz.

Muchos de los que fueron al Congreso para escuchar el discurso de asunción eran sueltos, no pertenecían a organizaciones. Los organizados eran grupos chicos, como por ejemplo los que viajaron desde el interior en colectivos, o desde el gran Buenos Aires, en transportes escolares, que los hubo como en cualquier otra movilización. La transmisión televisiva evitó los planos abiertos, que hubieran mostrado los huecos en la plaza del Congreso, detrás del monumento a La República y la fuente de agua. Sería necio decir que hubo poca gente, pero lo real es que tampoco hubo tanta como la que esperaban los mileístas. El operativo de seguridad valló la avenida de Mayo hasta la Casa Rosada y las personas esperaron para ver pasar al presidente en el descapotable. Milei,  camino a la Casa Rosada se bajó del vehículo para saludar; su custodia lo rodeó, él tocó algunas manos extendidas. Más adelante se volvió a bajar para saludar a un perro escapado de su dueña.

“No tiene que saberlo todo”

-Me conquistó porque ama a los animales -, dijo Alejandra entre el público. Usaba una remera con la cara de un gato con cabellera de león. Un  gran recorte de felpa hacía de melena, que había sido agregada a la prenda por ella misma. La entrevistada aclaró que hay cosas que no le gustan del presidente: “no estoy de acuerdo en la negación del cambio climático, él ahí se equivoca. Pero como dice un amigo: Milei mete la pata pero la saca rápido”. En su caso, lo perdona: “no tiene la obligación de saberlo todo”.

La transmisión oficial de las palabras de asunción, como es lógico, no llegaban a captar todo lo que decía o coreaba la plaza. Para escuchar los comentarios, las consignas y los cantitos había que estar ahí.

Milei dijo: -El kichnerismo hoy nos deja déficits gemelos del 17 por ciento del PBI

Los cantitos respondieron:- Hi-josdeputa, hi-josdeputa

Milei: – …la solución implica un ajuste en el sector público nacional del 5 por ciento del PBI…

Cantitos: -Uuuuhhhhh!!! (aplausos) Viva la libertad, carajo!

Milei: -…aún cuando hoy dejemos de emitir dinero seguiremos pagando los costos del desmadre monetario del gobierno saliente

Cantitos: -Hi-jos de puta, hi-jos de puta.

Milei: -…lamentablemente, tengo que decirselos de nuevo: no hay plata

Cantitos: – No-hay-plata, No-hay plata!

Milei: -…por ende, la consecuencia es que no hay alternativa al ajuste y no hay alternativa al shock, y naturalmente eso impactará de modo negativo en el nivel de actividad, el empleo, los salarios reales y la cantidad de pobres e indigentes.

Un pibe se agarra la cabeza y se ríe, como quien dice por no llorar. Está junto a una amiga, también de 20 años, que menea la cabeza y comenta: “Si no hay, no hay..”. Desde atrás se contagia un cantito: “todos presos, que vayan todos presos”.  

Mano dura

Otro tema a preguntar es la represión de las protestas. Milei habló sobre eso en su discurso.

-Llegado el punto, si se reprime lo que está fuera de la ley, estoy de acuerdo- opinó en la plaza Guillermo, autopercibido ajustado pero no tan mal como están otros.

-¿Por qué estaría de acuerdo?

-Porque estoy cansado de vivir como viví, esclavo de los que no trabajan.

Milei anunció que gobernará para construir “un país en el que el que las hace las paga”. Y citó también a Julio Argentino Roca, el presidente de la campaña del desierto. Una parte del público, en la plaza, coreó: “ma-no dura, ma-no dura en esos pasajes. Vale apuntar que la consigna no llegó a prender del todo, que se apagó en el intento, desvaída de apoyos. Pero algo permea. Lo que sí se escuchó, cuando habló de la inseguridad fue una sola palabra entonada al unísono: “po-li-cía/po-li-cía”.

La expectativa puesta en el gobierno de Milei fue explicada de maneras muy diversas y, en general, sin argumentos políticos. Para Micaela, de 20 años, estudiante de bioquímica, de la nueva era anunciada por MIlei espera “poder decir lo que pienso y que me respeten”. Para Cristian, de 31, programador, es la oportunidad de volver a comprar dólares, porque el sistema no se lo permite desde que en la pandemia cobró parte del  sueldo con ATP. Para Demián, de 30, la esperanza es que Milei pueda “hachar el gasto público”, que asocia con una maldición histórica y con “la clase política”. Para Andrea es “el camino para que no vuelva el kirchnerismo”. Que la situación económica y social se agrave, como el presidente anticipó en la plaza, no los preocupa. La respuesta se repite: se van a bancar, dicen, lo que haya que bancarse.

 

*Laura Vales: Periodista. Escribe en la sección El País de Página/12. 

 

 

Fuente: Página/12

 

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El Presidente estrenó su mandato repitiendo que “no hay plata” y que recortará el gasto público

 

Javier Milei: La libertad de ignorar toda alternativa a un ajuste salvaje

 

Después de asumir, Milei habló ante los manifestantes que se movilizaron al Congreso y luego ante quienes lo acompañaron a Casa Rosada. Sin precisar medidas, apeló al argumento de “la pesada herencia” e insistió varias veces en que “no hay alternativa al ajuste y al shock”. Admitió que “eso impactará de modo negativo sobre el nivel de actividad, el empleo, los salarios reales, la cantidad de pobres e indigentes y habrá estanflación”. El Presidente recurrió a una frase símbolo del macrismo y prometió: “Habrá luz al final del camino”.

Melisa Molina
Por Melisa Molina
 (Fuente: Leandro Teysseire)
. Imagen: Leandro Teysseire

De espaldas al Congreso de la Nación, y frente a un público que vitoreó y festejó las cinco veces que prometió un ajuste brutal, el presidente Javier Milei dio el discurso inaugural de su gestión. En las escalinatas del Congreso, tras jurar en el recinto, y rodeado de algunos presidentes y dirigentes de otros países, dijo sin eufemismos: “No hay plata, por eso no hay alternativa al ajuste y al shock. Naturalmente eso impactará de modo negativo sobre el nivel de actividad, el empleo, los salarios reales, la cantidad de pobres e indigentes y habrá estanflación”. Los presentes, que lo escuchaban desde la Plaza del Congreso, aplaudían efusivos.

Luego de 32 minutos de discurso, el Presidente de ultraderecha se subió a un auto convertible con su hermana Karina Milei y se dirigió a Casa Rosada. Allí, asomado al balcón del despacho presidencial, agregó: “Los argentinos de bien hemos decretado el fin de la noche populista“. En ningún momento hizo mención a las leyes que enviará al Congreso. Tampoco dio detalles de su programa económico, más allá de anticipar que traerá pobreza y desocupación, no habló de otras medidas que impulsará, ni de política exterior.

“Hoy damos por terminada una larga y triste historia de decadencia. Los argentinos, de manera contundente, han expresado una voluntad de cambio y ya no hay retorno“, arrancó el flamante Presidente. Luego cuestionó que “durante 100 años los políticos han insistido en defender un modelo que lo único que genera es pobreza, estancamiento y miseria”. Dijo: “Así como la caída del Muro de Berlín marcó el final de una época trágica para el mundo, estas elecciones han marcado el punto de quiebre de nuestra historia”.

Milei se tomó varios minutos para hablar de la “herencia” que recibirá “del kirchnerismo”. “Nos dejan déficits gemelos por 17 por ciento del PBI”, dijo y expresó que “la solución implica un ajuste fiscal de 5 puntos del PBI en el sector público nacional que, a diferencia del pasado, caerá casi totalmente sobre el Estado y no sobre el sector privado”. Y añadió: “El gobierno saliente nos ha dejado una hiperinflación y nuestra máxima prioridad es hacer todos los esfuerzos para evitar semejante catástrofe. No hay solución alternativa al ajuste“, insistió.

Minutos después, por si no se había entendido, Milei agregó que “debe quedar claro que no hay alternativa posible al ajuste”, pero la segunda vez especificó: “Tampoco hay lugar a la discusión entre shock y gradualismo. En primer lugar -argumentó-, porque todos los programas gradualistas terminaron mal”. En segundo lugar, “porque si un país carece de reputación, como es el caso de la Argentina, los empresarios no invertirán hasta que vean el ajuste fiscal”. En tercer lugar, añadió que “para hacer gradualismo es necesario que haya financiamiento y no hay plata”. El público aplaudía. “La conclusión es que no hay alternativa al ajuste y al shock”, disparó por tercera vez el Presidente y prometió que “este es el último mal trago para comenzar la reconstrucción de Argentina”.

“Milei, querido, el pueblo está contigo”, cantaban sus seguidores. Habían comenzado a congregarse en la Plaza del Congreso desde las 10 de la mañana. A lo largo de la Avenida de Mayo había vendedores ambulantes con banderas amarillas, muñecos con la cara de Milei y remeras con distintas frases: desde “Viva la libertad carajo”, “No hay plata” y “Elijo creer”, hasta “Dios, motosierra y trabajo”. Otros vendían banderas mitad de Argentina y mitad de Estados Unidos y también algunas con la imagen de un dólar gigante con la cara de Milei. No faltaron las de Corporación América.

También hubo varios que confeccionaron sus propios carteles. Uno, por ejemplo, decía “No a la agenda 2030”. Otro tenía una bandera gigante que consignaba: “No te metas con mis hijos”. “Tenemos mucha expectativa. La situación está mal y estamos de acuerdo con todo. Hay que aguantar el cimbronazo. No queda otra, lo otro era una mentira”, decía un hombre que cargaba en sus brazos a su hija. Una señora de unos 60 años, que no dejaba de tocar la corneta, agregaba: “Hay que bancársela, no queda otra. No podemos cambiar en un día lo que se hizo mal en cien años. Dieciocho años de kirchnerismo en los que se robaron todo. Por supuesto que nos la vamos a aguantar”.

Sobre las escalinatas, Milei intentaba esbozar su plan: “Luego del reacomodamiento macro que vamos a impulsar, el cuál será menos doloroso cuanto mayor sea la caída del riesgo país y cuanto mejor sea nuestra contención desde el Ministerio de Capital Humano, la situación comenzará a mejorar”. “Habrá luz al final del camino”, se ilusionó el libertario, apelando una frase símbolo del gobierno de Mauricio Macri, pronunciada en 2016 por la entonces vicepresidenta Gabriela Michetti.

El Presidente contrastó sus planes con “la propuesta sensiblera progresista”, a la que equiparó “con la oscuridad de la Venezuela de Chávez y Maduro”, y aprovechó para introducir, por cuarta vez, su anuncio de ajuste: “No pueden quedar dudas de que la única opción es el ajuste. Un ajuste que caiga con toda su fuerza sobre el Estado y no sobre el sector privado“, repitió. El público seguía con los aplausos. Milei admitió que los tiempos que vienen “serán duros”, y citó a Julio Argentino Roca: “Nada grande, estable y duradero se conquista si no es a costa de supremos esfuerzos y dolorosos sacrificios”, dijo.

El “libertario” enumeró la situación en otras áreas, pero no hizo propuestas. Empezó por seguridad: “Argentina se ha convertido en un baño de sangre. Los delincuentes caminan libres mientras los argentinos de bien se encierran tras las rejas. El narcotráfico se apoderó de nuestras calles. Nuestras fuerzas de seguridad han sido humilladas”, dijo y aseguró que “se acabó con el siga siga de los delincuentes”. Los manifestantes en la plaza gritaban: “Policía, policía”.

Sobre educación, un ministerio degradado a secretaría, Milei dijo: “Solo el 16 por ciento de nuestros chicos se reciben en tiempo y forma en la escuela”. Sobre salud, otra de las áreas recortadas, cuestionó: “El sistema se encuentra completamente colapsado, los hospitales destruidos, los médicos cobran miseria y los argentinos no tienen acceso a salud básica”, dijo y criticó el manejo del gobierno de Alberto Fernández durante la pandemia. Entre los planes de Milei, según trascendió, está liberar el precio de las cuotas de la medicina prepaga.

No buscamos ni deseamos las duras decisiones que habrá que tomar, pero lamentablemente no nos han dejado opción“, se victimizó Milei. Los presentes cantaban: “Sí, se puede”. “La situación empeorará, pero luego veremos los frutos de nuestro esfuerzo”, volvió a advertir. Casi al final citó al que considera “máximo prócer de las ideas de la libertad”, Alberto Benegas Lynch (hijo): “El liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión, en defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad, cuyas instituciones fundamentales son la propiedad privada, los mercados libres de intervención estatal, la libre competencia, la división del trabajo y la cooperación social”. Ese, aseguró,es “el nuevo contrato social que eligieron los argentinos”, para “un país en el que el que las hace las paga y el que corta la calle no recibe asistencia”.

Por último, adelantó que no perseguirá “a la clase política”, y que no viene “a saldar viejas vendettas ni a discutir espacios de poder”, aunque advirtió: “No vamos a tolerar que la hipocresía, la deshonestidad o la ambición de poder interfieran con el cambio que los argentinos elegimos”. Invitó a sumarse a su proyecto “a todos los dirigentes políticos, sindicales y empresariales que quieran”. La gente cantaba: “Olé, olé, olé, olé, Milei, Milei”. El Presidente recordó que era el día de la fiesta de Janucá -omitió que también era el Día de los Derechos Humanos- y finalizó: “Dios bendiga a los argentinos y que las fuerzas del cielo nos acompañen en este desafío. Será difícil, pero lo vamos a lograr. ¡Viva la libertad, carajo!”. “¡Viva!”, corearon desde la plaza.

 

https://www.pagina12.com.ar/693818-javier-milei-la-libertad-de-ignorar-toda-alternativa-a-un-aj

 

*Melisa Molina @MelisaMolina93: Licenciada en Ciencias de la Comunicación (UBA) y periodista de la sección El País

 

Fuente: Página/12

 

 

 

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