Washington aconseja a Israel que retrase su ataque terrestre a Gaza, pero considera que el ejército israelí debe continuar la guerra hasta que consiga sus objetivos, entre ellos la liberación de los rehenes capturados por Hamás y la aniquilación de la milicia islamista que controla ese territorio palestino.

El ejército israelí ha lanzado en los últimos dos días sobre Gaza los bombardeos más intensos desde que comenzó la guerra el pasado 7 de octubre con la matanza de más de 1.400 israelíes a manos de Hamás.

Las fuerzas israelíes indicaron que este martes habían acometido una “operación a gran escala” con más de 400 ataques de misiles, drones y artillería contra las poblaciones palestinas donde piensa que puede haber guerrilleros de Hamás. La propia ONU ha reconocido que Israel ha triplicado sus acciones bélicas en Gaza en el umbral de esta semana.

El resultado ha sido un trágico saldo de más de 700 muertos en las últimas horas, una de las cifras más altas de víctimas entre la población gazatí desde que comenzó la guerra.

Entre los objetivos israelíes figuró un campo de refugiados en la localidad de Jabalia, con más de 60 muertos, aunque el fuego artillero y los misiles de las FDI afectaron también al sur de la Franja, donde se concentran sin salida los cientos de miles de palestinos que hubieron de abandonar el norte de Gaza ante la anunciada invasión israelí de este territorio.

Cientos de miles de soldados de Israel esperan en los límites de Gaza la orden para iniciar esa invasión. El que parecía un ataque inminente se ha ido retrasando ante la dura resistencia de Hamás, las condiciones meteorológicas adversas, la amenaza de que el grupo chií Hizbulá abra un segundo frente desde el sur del Líbano y los consejos de Estados Unidos para que no se apresure Tel Aviv a dar esa orden de avance total sobre la Franja de Gaza.

Más de 2.300 niños muertos por los bombardeos israelíes

La matanza de civiles que se está produciendo en Gaza supera el número de muertes causadas anteriormente en los choques armados de Israel con Hamás desde que en 2007 este grupo islamista se hiciera con el control de la Franja.

Desde que comenzó la ofensiva israelí, han muerto cerca de 5.800 palestinos, de ellos unos 2.300 niños. Ha habido más de 16.000 heridos, muchos de los cuales apenas han podido ser atendidos en los hospitales, afectados por los cortes de la luz y agua impuestos por Israel.

No hay electricidad ni suministros para atender a los heridos más graves y se han empezado a habilitar campamentos de tiendas de campaña para evitar una nueva matanza, como la ocurrida en el hospital de Al Ahli, en la ciudad de Gaza, donde murieron más de 500 personas, aunque aún hay dudas sobre la autoría del desastre.

Desde que empezó el conflicto, una veintena de hospitales han sido atacados por las fuerzas israelíes.

24/10/2023 - Una visión general de la devastación causada por el ataque al Hospital Árabe Ahli, que mató a cientos de civiles.
Una visión general de la devastación causada por el ataque al Hospital Árabe Ahli, que mató a cientos de civiles. Mohammad Abu Elsebah / Europa Press

El director de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Gaza, Thomas White, explicó que el desabastecimiento de comida y agua potable y la falta de lugares para cobijarse en el sur de la Franja están obligando a muchos de los refugiados a retornar a sus hogares en el norte, de dónde los ataques y las amenazas israelíes para su evacuación les habían sacado desde el pasado 13 de octubre.

“No hay ningún lugar a salvo en Gaza”, afirmó White.

En la zona norte de la Franja de Gaza, territorio que está sometido a una mayor intensidad de los bombardeos israelíes, había más de un 1,1 millón de habitantes antes de que Israel declarara la guerra total contra Hamás. Las órdenes de evacuación israelíes forzaron a ponerse en el camino a dos terceras partes de esa población y el resto decidió aguantar la ordalía de destrucción y muerte.

EEUU pide que continúe la cacería contra Hamás

La liberación de los rehenes es razón suficiente para retrasar la invasión

Entre los muertos causados por los bombardeos israelíes se encuentran algunos de los más de 200 civiles secuestrados por Hamás el pasado 7 de octubre. La liberación de estos rehenes es una de las prioridades de Israel y es contemplada por EEUU como razón suficiente para retrasar de momento la invasión, pero también para no detener la guerra y castigar a sus captores.

Este lunes, el portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, indicó que Israel “aún tiene trabajo que hacer para perseguir a los líderes de Hamás”. Kirby repetía las recientes declaraciones del presidente Joe Biden para quien no habrá negociación sobre un eventual alto el fuego si no han sido liberados todos los rehenes, algunos de ellos con nacionalidad estadounidense.

Esta postura de Washington contrasta con las demandas formuladas por la Unión Europea de “pausas humanitarias” en los combates a fin de suministrar ayuda básica a Gaza. La llegada de alimentos, agua y medicinas es una cuestión ya de vida o muerte para cientos de miles de refugiados en el sur de la Franja y que empeoraría exponencialmente si se produjera la invasión.

Al respecto se manifestó este martes el portavoz del ejército israelí, Daniel Hagari. El responsable militar corroboró que su país está listo para la siguiente fase de la guerra y que solo estaba esperando instrucciones del Gobierno de Netanyahu.

Otro militar, el jefe del Estado Mayor de Israel, teniente general Herzi Halevi, afirmó que “solo queda el camino de los ataques implacables, dañando a Hamás en todas partes y de todas las formas posibles“. Halevi repitió que el ejército israelí “está bien preparado para las operaciones terrestres” en la Franja de Gaza, aunque reconoció que la invasión se está retrasando por “razones tácticas y estratégicas”.

¿Razones políticas tras el retraso de la invasión?

Algunos medios de prensa israelíes han informado sobre la existencia de discrepancias entre Netanyahu y la cúpula militar de Israel en torno al momento más adecuado para lanzar el ataque terrestre.

El primer ministro sería favorable a retrasar este golpe demoledor sobre Gaza mientras exista una mínima esperanza de recuperar a los rehenes. Netanyahu también defendería la opinión de que la fase inicial de la guerra aún no se habría completado.

La seguridad de los rehenes, no “obstaculizaría” la ofensiva terrestre, según políticos israelíes

Otros políticos han sido menos comprensivos con la suerte de los rehenes y han cerrado filas con los generales. En una entrevista con el periódico alemán Bild, Israel Katz, ministro de Energía de Israel, subrayó que se hará todo lo posible para traer a los rehenes a casa, pero que eso no “obstaculizaría” la ofensiva terrestre. El redoble de los bombardeos parece apuntar en esta dirección, pues no parece tener muy en cuenta la seguridad de los rehenes retenidos en los complejos subterráneos que atacan los misiles israelíes.

Preocupado por la estrategia israelí, EEUU envía asesores

Citando fuentes de la Casa Blanca, el diario estadounidense The New York Times ha puesto de relieve la preocupación que existe en la Administración del presidente Joe Biden sobre la consistencia de la estrategia israelí para acabar con Hamás y la manera de plasmarla militarmente sobre el terreno.

El propio John Kirby reconoció que EEUU había estado consultando con Israel desde que comenzó esta crisis para determinar las intenciones del ejército israelí.

Para respaldar al Gobierno de Benjamín Netanyahu en su cruzada contra Hamás, además de dinero, armas de ataque y sistemas de defensa, la Casa Blanca ha enviado a Tel Aviv a la flor y nata del generalato del Pentágono. El objetivo es prestar asesoramiento de cara a la siguiente etapa de la ofensiva israelí contra Gaza, que podría incluir esa invasión por tierra de la Franja palestina.

Entre los militares que han viajado a Israel “para ayudar a reflexionar sobre las difíciles decisiones que tienen por delante” (según una declaración del Pentágono) figura el general James Glynn, del Cuerpo de Marines de Estados Unidos. Glynn es experto en la guerra urbana, una de las pesadillas que se encontrarán los israelíes si entran en una Franja de Gaza horadada por kilométricos túneles y con cada edificio en ruinas convertido en una trampa de minas y francotiradores.

Hace unos días también viajó a Israel el comandante del Mando Central de Estados Unidos (CENTCOM), general Michael “Erik” Kurilla, quien se vio precisamente con el general Halevi.

Macron pide una coalición internacional contra el terrorismo

No solo EEUU ha acudido a Israel para poner su grano de arena en la lucha contra Hamás. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha visitado este martes Tel Aviv, donde ha propuesto que la coalición internacional que combate al Estado Islámico desde 2016 en Irak y Siria luche también contra Hamás en Gaza, dado el carácter “terrorista” de esa milicia palestina, según el líder galo.

La reducción de la crisis a una confrontación con un grupo terrorista elude el problema de base

La equiparación de Hamás con el ISIS, como también insiste el Gobierno israelí, y la reducción de la crisis actual a una confrontación con un grupo terrorista corre el riesgo de eludir el problema de base que subyace en la lucha de décadas del pueblo palestino contra la estrategia de apartheid israelí.

Macron habló en Jerusalén sobre la necesidad de que esa lucha contra Hamás “sea sin piedad, pero no sin reglas”. El presidente francés parecía olvidar que buena parte de la victoria sobre los yihadistas del Estado Islámico en Siria se debió al apoyo militar “antiterrorista” de Moscú al régimen de Bashar al Asad y a la destrucción implacable de localidades y distritos urbanos por la aviación y los misiles rusos, sin entrar a valorar las víctimas civiles causadas.

Una estrategia que parece estar repitiendo Israel en Gaza y que quizá le evite mandar a sus soldados a ocupar un territorio arrasado totalmente por las bombas.

Tomado de publico.es