Federico Fuentes*: Cinco razones por las que la derecha radical podría ganar las elecciones presidenciales de Argentina

25 Agosto, 2023

Federico Fuentes*Izquierda Verde

 

Muchos quedaron atónitos por las elecciones primarias del 13 de agosto en Argentina, en las que el candidato libertario de extrema derecha Javier Milei ganó poco más del 30% de los votos emitidos y empujó a la oposición y a las coaliciones gobernantes al segundo y tercer lugar, respectivamente.

El resultado coloca a Milei en una posición privilegiada para avanzar a través de la primera ronda de las elecciones presidenciales del 22 de octubre y en la segunda vuelta. Si gana, Milei ha prometido dolarizar la economía, vender todos los activos estatales, eliminar once ministerios (incluidos salud, educación, vivienda y mujeres), cerrar el banco central y recortar el gasto público en un 15% del producto interno bruto.

Entonces, ¿cómo un candidato, que se postula para un partido, Liberty Advances, establecido hace solo dos años, obtuvo tal apoyo? Si bien su resultado encaja dentro de la tendencia internacional de victorias de la derecha radical, el fenómeno Milei tiene sus raíces en cinco factores locales.

Uno: Es imposible entender la irrupción de Milei en la escena política sin comprender el profundo nivel de descontento causado por una década de estancamiento económico, devaluación de la moneda, una tasa de inflación anual superior al 100%, aumento de la delincuencia y aumento de la precarización de la fuerza laboral.

Estos factores se han combinado para generar una reducción drástica en los niveles de vida, una mayor desigualdad y un aumento de cuatro veces en la tasa de pobreza desde 2018, que ahora supera el 40%.

Dos: El apoyo a las dos principales coaliciones del establishment, que han presidido esta debacle económica, se ha derrumbado.

La coalición peronista gobernante, Unión por la Patria, obtuvo quizás sus peores resultados electorales desde el fin de la dictadura en 1983.

Durante la mayor parte de las últimas dos décadas, Argentina ha sido gobernada por el kirchnerismo, una corriente de centroizquierda dentro del peronismo que toma su nombre de la pareja Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, que ganaron las sucesivas elecciones entre 2002 y 2011.

Al igual que otros gobiernos sudamericanos de centroizquierda e izquierda a principios de siglo, el kirchnerismo representó una ruptura parcial con el neoliberalismo, con sus políticas de intervención estatal moderada y programas de bienestar social ampliados.

Pero el fracaso en la implementación de las reformas prometidas hizo que el apoyo del kirchnerismo disminuyera. Después de su derrota en las elecciones de 2015, el peronismo optó por un candidato más moderado, Alberto Fernández, en las elecciones presidenciales de 2019. Con Cristina como candidata a la vicepresidencia, la fórmula peronista ganó con el 48% de los votos.

Este año, el peronismo solo reunió un 27% combinado de los votos, dividido entre el actual ministro de economía (y antikirchnerista) Sergio Massa (21%) y el disidente kirchnerista Juan Grabois (6%). Grabois se unió a la campaña en un último intento de reunir a los progresistas reacios a votar por Massa, incluso a pesar del apoyo de Cristina hacia él.

A la coalición opositora de centroderecha, Juntos por el Cambio, que estuvo en el poder bajo Mauricio Macri en 2015-19, no le fue mucho mejor. Después de haber tratado de presentarse como el único vehículo viable para derrotar al peronismo, la coalición en general obtuvo menos votos que Milei, con su base fuertemente dividida entre la línea dura Patricia Bullrich (17%) y el moderado de centroderecha Horacio Larreta (11%).

Otra señal de este colapso fue el nivel récord de abstención, con más del 31% de los votantes eligiendo quedarse en casa (7% más que en las elecciones anteriores), y el 5,5% que emitió votos en blanco o nulos.

Tres: En medio de esta crisis económica y malestar político, el voto de Milei representó un rechazo de estas dos coaliciones y una expectativa de cambio.

Escribiendo en Le Monde Diplomatique, José Natanson dijo que, después de haber castigado al kirchnerismo en 2015, al macrismo en 2019 y al peronismo en 2021, “esta vez [la sociedad argentina] buscó algo nuevo”.

Encontraron esto en Milei, quien en las semanas previas a las elecciones, perfeccionó su discurso extremista, que mezcla el discurso anticomunista y antifeminista con políticas libertarias salvajes, como el apoyo a un mercado libre para la compra y venta de órganos humanos, sobre medidas económicas concretas y ataques a la “casta” política.

Esta dinámica se exhibió en los mítines de cierre y victoria de Milei, que vieron a grandes multitudes coreando: “Tírenlos a todos, cada uno de ellos”, un canto asociado con el levantamiento de 2001 que derrocó a cinco presidentes en una semana y precipitó el ascenso del kirchnerismo.

Cuatro: El discurso de Milei tocó la fibra sensible de un tercio de los votantes, y no puede considerarse simplemente como un voto de protesta, o simplemente el resultado del respaldo de los medios o las empresas. Tampoco se debió a un dramático giro hacia la derecha en la sociedad: varias encuestas de opinión han demostrado que incluso la mayoría de sus propios votantes rechazan sus políticas más extremas.

Más bien, más allá de un sentido generalizado de protesta y cambio, el discurso de Milei pudo aprovechar los sentimientos dentro de sectores crecientes de la fuerza laboral: principalmente trabajadores informales, empleados precarios, aquellos en industrias nuevas y no sindicalizadas y jóvenes en la economía gig.

A Milei le fue mejor entre estos sectores, y no necesariamente entre los votantes conservadores tradicionales. Su voto fue más una reorganización de la derecha desde abajo que una reorganización desde arriba.

Entre estos sectores, las ideas de emprendimiento, autoempoderamiento, riesgo y “libertad” -todo lo cual abarca el libertarismo antiestatista de Milei- parecen mucho más de “sentido común” y convincentes que los conceptos de colectivismo y sindicalismo y las promesas grandiosas de la misma vieja casta política.

Tal vez como era de esperar, el protagonismo de Milei comenzó a aumentar en medio del largo confinamiento impuesto en Argentina durante la pandemia de COVID-19, cuando su discurso de “libertad” fue visto de manera diferente dentro de aquellos sectores que no tenían otra opción que salir de casa para trabajar y sobrevivir.

Cinco: La capacidad de Milei para canalizar este sentimiento de descontento fue facilitada por la aquiescencia de los sindicatos y movimientos sociales del país. En medio de la crisis, e incapaces de ofrecer una visión para estos sectores emergentes de la fuerza laboral, han buscado en gran medida priorizar las negociaciones con el gobierno peronista a cambio de mantener la paz en las calles.

Sin una salida extraparlamentaria para expresar su enojo o desesperación, millones lo hicieron en las urnas.

A pesar de los buenos resultados anteriores, el radical Frente de Izquierda y Trabajadores-Unidad (FIT-U) fue incapaz de capitalizar este descontento. Esto se debió en parte a la campaña de Grabois, que canalizó votos hacia el peronismo, y al hecho de que el FIT-U realizó unas primarias divididas, disputadas por dos boletas cuyas diferencias eran en gran medida incomprensibles para la mayoría.

Milei puede finalmente no ganar la presidencia: la historia reciente muestra que los resultados en las primarias no reflejan necesariamente el voto en las elecciones presidenciales. Pero incluso si Milei no gana, ya ha cambiado la política como de costumbre y su partido casi seguramente tendrá una presencia importante, si no decisiva, en el parlamento.

 

*Federico Fuentes: Es miembro del colectivo editorial de Green Left y editor de la revista LINKS International Journal of Socialist Renewal. Integrante del Consejo Editor de 1resisto.com

 

Imagen destacada: El candidato libertario de extrema derecha, Javier Milei, obtuvo poco más del 30% de los votos en las elecciones primarias de Argentina del 13 de agosto. Foto: Wikipedia (Tomada de Green Left) 

Izquierda Verde, https://www.greenleft.org.au/content/five-reasons-why-radical-right-could-win-argentinas-presidential-elections

 

 

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