Este 25 de mayo se cumplieron 20 años de la asunción de Néstor Kirchner. Gran parte del FDT desbordó la Plaza de Mayo, aunque la falta de definiciones dejó preguntas e impotencias.

Empecemos por lo descriptivo:
¿Qué pasó? Se juntaron miles de personas de todo el país en Plaza de Mayo.
¿Quién convocó? Cristina Fernández de Kirchner y el sector mayoritario del FDT que ella conduce; además sumó su presencia y algo de concurrencia el Frente Renovador de Sergio Massa.
¿Quiénes se vieron de manera destacada? La primera línea política del “Cristinismo”: Máximo Kirchner, Wado de Pedro, Axel Kicillof, Alicia Kirchner, un poco más atrás el sindicalista Yasky y el funcionario bonaerense Andrés Larroque. Junto a ellos, especialmente parado al lado de Wado, apareció Sergio “ajustando” Massa.

Ahora sí, entrar en el contenido de su discurso, implica pensar un análisis (posible y no exento de errores como cualquier análisis) político un poco más profundo. El de ayer era en la previa un acto cargado de expectativas sobre una posible definición más o menos clara de parte de “la jefa” sobre las candidaturas a la elección presidencial de este año. Para no dilatar, CFK no solo no dio una definición concreta, sino que montó una escena que pone a todos sus alfiles (incluyendo a Massa en esta categoría) en carrera. Sabor a poco para esa porción del pueblo (que excede por mucho esa multitud de la Plaza) que todavía ve en sus definiciones un posible norte a seguir. Es bueno recordar que el peronismo le habla a una clase trabajadora que, tras el ajuste de Macri, viene soportando 4 años de un gobierno que se ató al FMI y a la moderación, y continúa con el ajuste. Dar pocas señales a ese pueblo, o bien imaginar que todo el resto del pueblo tiene el mismo nivel de identificación que la multitud de ayer es “estar en un cumple”, como bien dijera Grabois -quien ayer estuvo muy cerca y en buenos modos con Massa a quien vive criticando, aunque todo parece indicar que él y su gente terminarán aceptando (y militando su campaña que es peor) si Cristina así lo pide.
Re pensar esta no definición pone en evidencia lo que CFK y todo su espacio sabe: no tienen un candidato potable que los ponga al tope de la votación y les garantice un lugar en la segunda vuelta. La posibilidad de saltar las limitaciones del modelo kirchnerista, casi esquizofrénico en estos 4 años del FDT, chocan con cierta reiteración del la actual vicepresidenta en una versión remix de “vamos a hacer lo mismo pero más rápido”. En esta versión “nacional y popular” (viendo Vicentín, el pago de la deuda y el ajuste vía inflación yo revisaría si los conceptos nacional y popular son los adecuados para este espacio), sería algo así: ya pagamos deudas (incluso ilegítimas y desgarradoras para nuestro pueblo), ya crecimos con subsidios, ya hicimos crecer el modelo del agronegocio y de la explotación de recursos naturales… así que podemos hacerlo de vuelta. Quizás porque piensen que ahora sí pueden volver mejores. Quizás porque deduzcan que el único problema fue la tibia traición del ¿presidente? en ejercicio, ese rosquero de palacio llamado Alberto Fernández; quién vacacionaba de finde largo en Chapadmalal mientras CFK hablaba y ni lo nombraba. La tesis de que “los años dorados” de Néstor y CFK pueden repetirse fue la tesis que sostuvo una enorme parte de la militancia en 2019; tesis que fracasó porque la economía argentina y el mundo, tienen realidades muy diferentes.

Ser y no parecer, esa es la cuestión

El de ayer fue quizás el acto más multitudinario e importante del que vaya a participar CFK en este año electoral. Y en ese contexto (y obviando el repaso político/histórico de años pasados) sus definiciones político económicas se centraron en tres conceptos: litio, deuda y salarios.

Del litio no dijo nada nuevo que el peronismo de estas décadas no haya dicho o hecho: explotación, extracción a todo máquina, exportar para ganar dólares, aunque en el pasaje que este autor considera más lúcido de su discurso, por lo menos sumó el matiz de “no te digo que hagas el auto eléctrico acá, pero toda o una parte de la batería hacela acá que te la estás llevando toda”. Por lo menos le tiende la mano de la “industrialización” a esa burguesía nacional que le es, le fue y le seguirá siendo esquiva al kirchnerismo.

De la deuda lo ya enunciado: “la de ustedes la pagamos los Kukas”, dijo haciendo alarde de esa fascinación peronista por salir a salvar los robos de la burguesía argenta a costa de las riquezas que la propia clase trabajadora genera. Nada contundente se enunció como suspender el pago, investigar esa estafa y dejar de pagarles. Dos apuestas, el litio y la deuda; otra vez con la idea de que a la burguesía le tenés que ofrecer garantías y buenos modales, así reparten un poco las migajas. Una mención histórica pero clave para entender porqué estamos como estamos: sigue rigiendo la Ley de Entidades Financieras del liberal Martinez de Hoz, quien transformó al país en una timba financiera y junto a los 10 años de menemismo rompieron el sistema productivo nacional. Leyes, concesiones a privados (puertos y control del Paraná) que en los 12 años de kirchnerismo y en estos 4 de frentetodismo, nadie cambió.

Para cerrar, se vio la contradicción casi border que maneja el cristinismo en estos cuatro años, cuando habló del salario. Obviamente hizo mención a la inocultable inflación que saquea los bolsillos laburantes ¿este mes será de dos dígitos? Quizás la CGT no fue al acto porque están organizando al movimiento obrero en todo el país, para salir a luchar y deten… jajajaja no, mala mía. Lo raro, lo increíble, lo casi cínico, es que CFK habló con el ministro de economía ¿y su candidato a presidente? Sergio Massa en primerísima fila. Justamente la cara visible del ajuste en el presupuesto y de la inflación en subida que nos hace a todxs lxs laburantes cada día más pobres. Y de paso se acomodó en este rol de comentarista con un sin fin de funcionarios rodeándola. Aviso por si ella y la multitud no se acuerda, Cristina es ni más ni menos la vicepresidenta y la principal dirigente política del actual gobierno. Gobierno que a estas alturas compite en el podio con el ajuste del desastroso gobierno macrista.

¿Y ahora?
CFK habló, dejó casi todo abierto y mostró que la que sigue mandando en el peronismo es ella. Y si alguien le quiere discutir algo, que llene una Plaza de Mayo. Y quizás eso sea parte del límite político de este peronismo light, lleno de simbolismos pero carente de capacidad para hacer aunque sea un cambio estructural más o menos serio.

Cristina pidió que nadie ande exigiendo a otros lo que no están dispuestos a hacer. Seguramente espera una militancia que salga a “enamorar” al pueblo para que los vote, tarea que por lo que hacen esos mismos dirigentes allá arriba y la falta de audacia por abajo, parece difícil que lo puedan conseguir. Vale recordar que ella y todo el peronismo lleva años llamando a inmovilizar: “hay 2019” (en plena crisis macrista del 2018), el encierro casi de monja de clausura durante dos años pandémicos, la campaña despolitizada y desmovilizada del 2021. Pedirle a esa base que vive en eterna situación de espera -base que bastante cómoda se la vio rosqueando, ocupando sillones gubernamentales y no saliendo a la calle ni organizando al pueblo por abajo- que ahora sea lo que no viene siendo hace años es, cuanto mucho, un riesgo. Está en esa militancia y en sus dirigentes ver si les da el cuero para salir de la enunciación “si la tocan a Cristina que quilombo se va a armar” (chiques le gatillaron en la sien, está supuestamente proscripta y hay menos quilombo que en torneo de bochas) y asumen un rol político protagónico.

No mirés por favor y no prendas la luz

Ahora bien si el peronismo es todo eso que acabamos de describir, las distintas corrientes opositoras son menos serias que Roncaglia jugando de 4. Ayer por ejemplo, los tuiteros dirigentes de Juntos por el Cambio (mención aparte a “Mariu” Vidal y su torpeza para explicitar que sabe comprarse de golpe un depto en la zona más cara de CABA, pero no se tiene confianza para armar sola un tuit, que encima era bastante básico) hacían gala de su cinismo y amnesia política, como si nada tuvieran que ver luego de 4 años desastrosos en donde arruinaron las condiciones materiales de la clase trabajadora. A su vez el protofascista de peluca Javier Milei se aferra al Dipy en La Matanza (qué país más generoso que es este…) y al ex ministro menemista Roque Fernández. Porque de casta y de brutos está echa la aventura mediática del liberalismo argentino.

Como si fuera poco, en el FIT andan más en la rosquita interna y las chicanas por las redes, en vez de intentar hacer algo más que un frente electoralista, que huele cada vez más a oportunismo y bolsa de gatos. Así nos encuentra como clase este 2023 donde hay más sombras y nubarrones que horizontes donde ilusionarse. Quizás también este escriba piensa que va siendo hora de que todxs nos hagamos cargo como clase de aquello que no supimos revertir, ni el horizonte utópico que seguimos sin encontrar, sin convidar sin transitar.