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Las satrapías fueron una forma de gobierno establecida cinco siglos antes de Cristo por el Imperio Persa para la administración sus territorios. El sátrapa era designado directamente por el monarca para recaudar, mantener el orden y reprimir. Ahora el sátrapa es elegido en una democracia ficcional, amañada y manipulada y el monarca es reemplazado por el conglomerado de corporaciones extractivas y financieras para los cuales gobierna el sátrapa jujeño. Morales se garantiza el control político con un mecanismo perverso de alianzas dentro de su espacio y con la supuesta oposición, y cuenta con una estructura nepotista, donde más de 20 familiares se distribuyen cargos rentados en las instituciones provinciales y nacionales.
Para cumplir con las exigencias de los que vienen por el litio, necesita darle seguridad jurídica a la apropiación de tierras de los pueblos originarios y construir un andamiaje formal, que le permita escudado en sus leyes, reprimir ferozmente a quienes se le enfrentan, violando sistemáticamente los DDHH, como lo está haciendo en la actualidad La reforma constitucional tiene esa principal motivación y la de asegurarse el dominio de los negocios y prebendas que su corte y aliados, el peronismo jujeño y el de extramuros , reciben a cambio de sus servicios.
No contaban con la resistencia de los maestros y de los ignorados, las comunidades indígenas, hartas de humillaciones y racismo, que defienden sus tierras, la naturaleza y la vida, no solo para ellos sino por todos nosotros, para aquellos que habitan en las grandes ciudades y parecen no entender lo que se juega en cada batalla contra el extractivismo depredador y sus lacayos políticos.
Mientras tanto el gobierno nacional, se enoja por Twitter, pero no toma ninguna medida concreta para detener la salvaje represión. Claro, también es parte de la cesión del litio y otras joyas del subsuelo a la megamineria.
Su trayectoria de concesiones a la derecha hacía previsible esta conducta. Carece, nunca se lo propuso, de toda construcción y ejercicio militante capaz de torcerle el brazo al sátrapa vociferante, allí está Milagro Sala para dar testimonio. Una política que solo apostó siempre a mantener la gobernabilidad por encima de los intereses populares, incluido el sometimiento al FMI, que entre sus exigencias tiene continuar con la entrega de nuestras riquezas. Ni siquiera el miedo a perder el gobierno, los impulsa a cambiar el rumbo, un camino que le facilita la tarea a quienes, desde la derecha de todo pelaje y en concordancia con el sátrapa, aplaude la represión y se propone llevarla a todo el territorio y contra todos los que resistan su política.
Tomado de contrahegemoniaweb.com.ar
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