Tras el rechazo del Congreso a dos propuestas para adelantar las elecciones presidenciales
Perú: exigen la renuncia de Dina Boluarte
El reclamo popular estalló luego del fracaso de las iniciativas legislativas. La presidenta tiene mandato hasta abril de 2024.

En medio de la profunda crisis política e institucional que atraviesa el país, miles de manifestantes en todo Perú reclamaron la renuncia de la mandataria Dina Boluarte luego de que el congreso rechazara dos propuestas para adelantar las elecciones presidenciales.
En la plaza Dos de Mayo de Lima centenares de personas, mayoritariamente de la región andina, marcharon pera pedir la salida de Boluarte y la restitución del exmandatario Pedro Castillo, detenido en diciembre tras su fallido intento de disolver el Congreso y gobernar por decreto.
«El pueblo te repudia»
«Que renuncie (Dina Boluarte) y que sea lo antes posible, y que haya elecciones lo antes posible», dijo Marie Yucra, una ceramista de 30 años de edad proveniente del distrito de José Domingo de Choquehuanca, en Puno, al sur de Perú.
«Por culpa de Dina, vinimos hasta Lima» o «el pueblo te repudia», cantaron los manifestantes, que también apuntaron contra la «prensa vendida» y mostraron su desconfianza hacia los periodistas en general, pues consideran que su cobertura favorece al gobierno peruano.
Decenas de personas se movilizaron a las puertas de los dos principales canales de televisión privados del país para expresar su descontento. Mujeres aimaras del sureste de Perú, algunas con sus bebés a cuestas, coreaban consignas contra la policía, señalada como principal responsable de las más de 50 muertes durante las protestas desde la caída de Castillo.
Las protestas en diversos puntos de Perú mantienen 87 bloqueos de carreteras activos. En Cusco, la capital del imperio Inca, joya del turismo en Perú, tenía lugar un paro de trabajadores y movilizaciones en las calles y la plaza central de la ciudad. En Junín (centro), decenas de ciudadanos mantienen bloqueada la carretera central, principal vía para la llegada de alimentos a la capital.
El Congreso peruano había rechazado este jueves una nueva propuesta de adelanto de las elecciones generales y una consulta sobre un llamado a una asamblea constituyente. El proyecto de ley para realizar elecciones en julio de 2023 había sido presentado por el partido de izquierda Perú Libre. Sin embargo, la propuesta fue rechazada tras dos votaciones con 48 votos a favor, 75 en contra y una abstención.
«La reforma no ha alcanzado el numero de votos (…) en consecuencia no ha sido aprobado» el proyecto de ley, dijo José Williams, presidente del Congreso, tras un debate que se prolongó durante poco más de cuatro horas.
Ante el rechazo al proyecto, criticado desde las bancadas de derecha por incluir una consulta sobre una constituyente, el parlamentario Jaime Quito, autor de la propuesta, dijo que «el Congreso se tiene que cerrar. Lo que va a pasar es que Dina Boluarte va tener que renunciar».
El miércoles el Congreso había rechazado un proyecto que contemplaba elecciones generales en 2023, una decisión que la Presidencia de Perú lamentó y ante la cual presentó «inmediatamente» otra iniciativa para celebrar comicios en octubre de este año. Esta propuesta será analizada este viernes por una subcomisión parlamentaria.
Esa exigencia es repetida por los manifestantes que acudieron de nuevo este jueves a las calles del centro de Lima a protestar contra la mandatario.
Dina Boluarte asumió el mando, en su calidad de vicepresidenta, el 7 de diciembre con miras a completar el periodo de Castillo hasta 2026, pero ante el estallido de protestas para exigir su renuncia pidió al Congreso anticipar los comicios.
En diciembre el Legislativo los adelantó para abril de 2024. Pero en medio de una feroz represión policial y militar y una convulsión social que no da tregua, con bloqueos de rutas que han generado escasez de combustible y productos básicos en varias regiones, Boluarte insta al Congreso a que convoque elecciones este año. También asegura que no renunciará.
«Mi renuncia no está en juego. No vamos a ceder al chantaje político», dijo este jueves en una rueda de prensa, en la que señaló que el adelanto de elecciones «está en la cancha» del Congreso.
Fuente: Página/12
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PERÚ: LA REBELIÓN CONSTITUYENTE
Christian Gómez*
A la fecha, luego de tres semanas de movilizaciones y represión crecientes, no sabemos con certeza -¿70?¿100?- cuál es el número de ciudadanos que han sido asesinados por las fuerzas policiales y militares; que hoy obedecen a un gobierno que acrecienta la deslegitimación con la cual nació. Además, hay centenares de heridos.
Las masacres de los cuerpos represivos en las provincias, ya tienen expresiones en Lima, la capital. De los hospitales policías uniformados entran a golpes y porrazos contra los presentes y se llevan detenidos a los heridos de las manifestaciones. Los organismos de “inteligencia” realizan redadas contra supuestos ‘terroristas’ en cuyas casas se buscan libros de Marx o Lenin como prueba para arrestarlos y procesarlos. Cualquiera es acusado de vandalismo y detenido en medio de este Estado de Emergencia. Tal crueldad represiva no ha logrado disminuir -como pretendía- sino incrementar la movilización y la protesta social.
La brutalidad de las fuerzas del “orden” y la continua llegada a la capital de nuevos contingentes de las diversas comunidades campesinas, indígenas, mineros y de los pueblos en general, dan cuenta de que la crisis de Perú, no es para nada un tema coyuntural de simpatizantes del presidente depuesto y detenido. Es, más bien, la clara evidencia de aquella frase de las crisis, descrita hace más de un siglo: “los de abajo no quieran… y los de arriba ya no pueden seguir gobernando como antes lo hacían” (Lenin)
Como lo decía también Lenin, no basta con esta premisa para que se genere la situación revolucionaria, deben también dotarse los de debajo de un programa, de consignas que busquen salida a la crisis; pero esta vez, no para volver a la “paz” previa, sino una salida a la crisis estructural. En el caso del Perú de hoy, la crisis de un modelo político y económico colonial, heredero de una dictadura genocida, entreguista al extraccionismo trasnacional y profundamente racista, que implantó hace tres décadas Fujimori,
Suramérica viene desde el 2019 movilizándose en insurrecciones populares, incluyendo Perú en 2021. Ahora resurge la movilización social con una fuerza que tiene incidencia grande ya en la capital, a diferencia de casos como el colombiano, donde el pueblo logró incluso controlar ciudades como Cali pero sin repercusiones decisivas en Bogotá.
Las masas tomaron las calles espoleadas por la represión de la dictadura de Dina Boluarte, implantada después que la oposición burguesa impusiera un escenario de ingobernabilidad absoluta del presidente electo Pedro Castillo. La ingobernabilidad del profesor Castillo, estuvo marcada desde la propia elección, la burguesía generó toda la incertidumbre necesaria para que la fragilidad fuese un sello distintivo de su gobierno. El proceso social que llevó a Pedro Castillo a la presidencia, aunque de ascenso rápido, no era un fenómeno electorero oportunista y pareciera que el propio nuevo presidente era el primer sorprendido. El proceso reflejaba un clamor social producto del descontento de todo un pueblo al despojo y humillación histórica agudizada por las cada vez más entreguistas políticas de atracción del capital.
Entender la naturaleza del movimiento social que se colocó electoralmente detrás de Castillo, nos hace rápidamente entender por qué no ha sido fácil para el Estado burgués hacer regresar a sus casas a los peruanos levantados,
La consigna que movilizaba por aquel momento de la campaña estaba popularizada: “Asamblea Constituyente”. No se trataba solamente de una reivindicación o en contra del alza de algún servicio público. Esta consigna no ha abandonado la conciencia de los peruanos, y tras tantos intentos de buscar la “gobernabilidad” por parte del presidente, desligándose de la fuerza inercial que significaban los movimientos sociales que lo acompañaron, terminó siendo víctima de la casta política quienes no temblaron para despojarlo del poder cuando intentó, aún saltándose la capacidad de movilización latente, poner “orden”
Así que la situación, que parecía para la burguesía, cuestión de días para que las “viudas” del depuesto fuesen calmándose, ha terminado por ser una crisis, donde cada medida de fuerza por contener la lucha parece ser gasolina al fuego.
Hoy el Perú profundo realiza cierre de vías, huelgas, barricadas, el interior sigue dirigiéndose a Lima y la salida no la tiene el Congreso. Ese Congreso, prolongación histórica de la dictadura fujimorista, que ha funcionado y funciona hoy como un Senado romano, donde los clanes burgueses se disputan los espacios de poder y de negociados a mordiscos y arañazos; pero siempre cuidando que los esclavos asalariados y los campesinos e indígenas empobrecidos no tengan posibilidad de liberarse de su dominio. Un congreso más odiado por las masas que el propio ejecutivo… y que no tiene la menor intención de autoecharse. Eso justamente es lo que significaría una Asamblea Constituyente Soberana: echar abajo el Estado inviable y asesino de la Oligarquía Limeña y abrir la oportunidad de instaurar un Estado de Justicia Social, refundando a un país al que la segunda independencia se le ha negado siquiera en pensar.
La crisis política es hoy en extremo aguda y el margen de maniobra del gobierno muy limitado. El pueblo se está politizando a una velocidad que no permite generar distracción ni dilaciones en la protesta, no es mayor alivio para nadie la salida de Dina, pues ella es claramente una ficha en toda esta maniobra de la burguesía peruana y su Congreso, avalado directamente por el imperialismo yanqui.
También son ellos los que están sosteniendo a Dina, los que están detrás del golpe de Bolivia y que han matado a miles durante décadas en Colombia… Los de Pinochet, los de Videla, los que sostienen a Lasso y los de Fujimori. En fin… La mano detrás de cada títere fascista es la misma… Las transnacionales y sus gobiernos del Norte.
No pudiendo derrotar la insurrección popular con la salvaje represión, se ha incrementado el ataque ideológico sobre supuestos planes de dividir al Perú, por una conspiración boliviana.
La idea de dividir el Perú solo beneficia a la burguesía limeña… La mayoría del pueblo peruano, incluyendo el de Lima es víctima de esta oligarquía gobernante. Por el contrario, la solución es unificar el pueblo de a pie para que todo el Perú sea para los que nos ganamos la vida con nuestro trabajo y acabar con los privilegios de estos parásitos y sus títeres en el Congreso.
La consigna que transversaliza todo el proceso, como hemos visto desde antes de que incluso el nombre de Pedro Castillo estuviese en escena ha sido la Asamblea Constituyente, ahora bien, no ha faltado por supuesto la desacreditación por parte de los actores del estatus quo, claramente opuestos con la más brutal de las fuerzas, pero también con su campaña ideológica para desinflarla.
Las masas humildes peruanas se han apropiado de la consigna constituyente, para que haya leyes en función de las necesidades del pueblo y no la de la casta política que ha llevado al país y a los pueblos del Perú a esta situación. Para acabar con los rasgos coloniales profundamente, clasistas, racistas y excluyentes consagrados en las leyes y constitución vigente, en una sociedad con un alto mestizaje originario, africano y con profundas tradiciones ancestrales de las cuales hoy se trata de desarraigar como entelequia que frena el “desarrollo”
Para plasmar derechos sociales de los trabajadores y de las comunidades que son casi inexistentes en la Constitución vigente de Fujimori.
Para impulsar la participación popular tanto para la elección de los que formarán parte de la constituyente como para la constitución que de ahí surja generada por debates en el pueblo con los voceros y refrendadas con el voto.
Para que la voluntad popular sea respetada y no que un aquelarre de mafias diga quien gobierna, con quién y que política debe ser o no implementada.
Para que el Perú deje de ser el paraíso de las saqueadoras transnacionales sin dejar mas que miseria, destrucción y sudor obrero.
Para que nuestro futuro se empiece a escribir con nuestras propias manos, a veces con errores, más veces con aciertos pero eso si infinitamente más democrático que el presente que hoy se defiende asesinando a cerca de un centenar de hermanos…
La constituyente que se lucha en las calles y campos de Perú es una oportunidad para demostrar que el pueblo peruano es capaz de elaborar una propuesta de sociedad infinitamente más democrática e incluyente que la que nos dejó un genocida y que hoy defienden sus herederos.
Se debe hacer lo correcto, no lo fácil, Lo fácil es entregar el poder a cualquier oportunista que nos va a traicionar, Lo correcto es que un pueblo movilizado tenga confianza en sus propias fuerzas, genere liderazgos y que ese liderazgo sea vinculante con el pueblo a través de asambleas populares.. hacer que las propuestas y decisiones sean en esas instancias, que los voceros sean eso, voceros…
Conformar una constituyente no es una garantía de que no habrá oportunismo ni traidores intentando mantener el estatus quo, pero tendrán el control popular, es un ejercicio de democracia directa necesario para cambiar el esquema colonial y burgués hasta ahora regente… Es un aprendizaje necesario para las etapas de profundización que debemos avanzar para impedir la avanzada fascista que hoy nos acribilla, para tomar la iniciativa, ya la estamos tomando con la llegada a Lima desde el Perú profundo, ahora se trata del control político, ellos no se despojarán de su poder solo, se les debe echar…
En éstos momentos ya está activa la Asamblea Nacional de los Pueblos. Con esta instancia de transición (de una manera más ampliada) podemos formar gobierno de transición y llamar a elecciones constituyentes… Que sea la ANP quienes decidan democráticamente desde sus bases si durante la transición se debe o no asumir la constitución del 79, mientras se genera el debate constituyente y se legisla, puesto que tendrá la potestad, de generar las herramientas de gobernabilidad, nos dirán que no es viable, nos dirán que está en contra de la constitución del Genocida, si, es por ella que vamos, a enterrarla y sus herederos no lo van a validar jamás.
Saludamos la iniciativa de la Asamblea Nacional de los Pueblos de hacer un llamado a las organizaciones del interior, es un paso importante en el camino de la unidad pero aún es insuficiente, es indispensable impulsar la convocatoria a una gran asamblea nacional en la que participen todos los sectores en lucha y que se elabore un plan nacional hasta lograr la caída de la dictadura de Boluarte, el cierre del congreso, el adelanto de elecciones, junto con impulsar la Asamblea Constituyente.
NO DEBEMOS DETENERNOS SIQUIERA CON LA RENUNCIA DE DINA (QUE LA PEDIMOS)
DE FORZARLA A HACERLO ES SOLO EL INICIO DE UN PROCESO PARA IMPEDIR LAS INTENCIONES DE REVERTIR ESTE PROCESO REVOLUCIONARIO.
ELLOS DIRÁN QUE SOMOS INCONFORMES Y OBSTINADOS, PERO ES QUE DINA ES EL TITERE Y LA MANO ES EL CONGRESO, LAS TRASNACIONALES Y EEUU.
MANTENGAMOS COMITÉS EN CADA COMUNIDAD, PARA DISCUTIR LAS ACCIONES, LOS APOYOS LOGISTICOS A LOS QUE ESTÁN AL FRENTE Y REPORTAR LAS SITUACIONES RELEVANTES.
Y SON ELLOS LOS ASESINOS INTELECTUALES DEL PUEBLO, NO ES OBSTINADO PEDIR QUE SE VAYAN TODOS LOS QUE HAN MASACRADO A MAS DE 70 PERUANOS, SE LLAMA JUSTICIA Y SE LLAMA IR A LA RAIZ DEL PROBLEMA.
ELLOS NO CONVOCARAN A UNA ASAMBLEA CONSTITUYENTE, SERÍA SU PROPIA EXPULSIÓN DE SU PODER Y SUS PRIVILEGIOS
SON A ELLOS A LOS QUE DEBEMOS SACAR CON UNA CONSTITUYENTE QUE GENERE OTRA ARQUITECTURA DEL PODER DONDE EL PUEBLO SEA EL PROTAGONISTA.
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