SPB. CUENTOS MAFALDA 2024- El CASTILLO DEL SUR: Capítulo 1. Buscando en el “Castillo del Sur” a los 3 Reyes Magos o juguetes para regalarle a Niñas y Niños que hoy los necesitan

6 Enero, 2024

El CASTILLO DEL SUR

 

Necesaria o inecesaria explicación:

A muchos  niñas y niños hoy no les van a llegar sus regalos. No van a tener juguetes nuevos y/o vestidos que estrenar. Los de Palestina y Ucrania, la gran mayoría no lo recibiran. Tampoco, los hijos, niños y niñas, que quedaron en sus respectivos países de origenes, pero que sus padres y hasta madres tuvieron que migrar, en busca de empleos con salarios que le alcance para enviaeles dinero que ayuden a cubrir la alimentación  de sus hijos y al resto de su famila, que no pudieron viajar con ellos.

Otros como quien suscribe este corto cuento, tiene todos sus nietas, sobrinas y sobrinos, en edades de niños y niñas, regados en varios países, lo que dificulta también, hacerles llegar sus regalos para este día y compartir este y otros día con ellxs. Esa angustia, junto a otras más que nos pican en el cuerpo, inspiró este capítulo. Disculpen que brotaran tantas explicaciones, se relataran muchas causas y se dieran jutificaciones. La intención es que este sea, el 1er capitulo de un cuento más largo (Castillo del Sur) ya en proceso. La causa planteada en este capítulo es por las niñas y niños sin regalos, en una narración y llamado de atención para adultos, sobre todos, si somos de esos que seguimos llevando los niños y niñas por dentro. SPB

 

______________________________

Stalin Pérez Borges*

 

Capítulo 1. Buscando en el “Castillo del Sur” a los 3 Reyes Magos o juguetes para regalarle a Niñas y Niños que hoy los necesitan

 

Y, creí que despertaba anoche cuando estaba en un Castillo. No sé si me encontraba en “Modo Pesadilla”, que es así como le digo ahora a los momentos de las noches al no lograr conciliar el sueño. Con frecuencia la mayor parte del tiempo en la cama, me la paso revolcándome, preso de insomnios. Es decir, en “Modo Pesadilla”. Esto del uso del calificativo de “Modo”, viene a lugar, porque cuando estoy en otros estados de ánimo o condiciones, tengo otras maneras de llamarles: “Modo Diablo”, (al estar muy molesto o ebrio) y así tengo otros “Modos” de estar.

 

Sí, de verdad, por fa, créanme. No tenía plenamente claro de qué “modo” o estado estaba, cuando ya había cruzado la puerta de entrada de ese Castillo. Por supuesto, como todas las infraestructuras que llevan ese nombre, este era inmenso también. Que yo sepa hasta ahora, no hay Castillos de tamaño pequeños. Razón por lo que, los países en donde hay Castillos, lo utilizan para la promoción del turismo. Los que están en situación de abandono, lo usan los Ciudadanos y Ciudadanas, dadas a difundir los cuentos de mitos, a decir que son Castillos habitados por hadas, brujos/as, o cualquier otro argumento de misterio. En donde yo terminé penetrando no daba a pensar que tuviese rasgos de misterio.

 

Ya ubicado tan sólo en la entrada, se podía divisar hasta donde alcanzaba cubrir mi vista, pasillos tras pasillos, viéndose en ambos lados de ellos, puertas y más puertas, muchas veces interrumpidas por espacios vacíos, lo quedaba a imaginar que eran salones abiertos. Contarlos era como perder el tiempo.  Además, en las condiciones de tantas dudas e inseguridad en que me sentía, tenía muchas otras cuestiones que clarificar: cómo o de qué manera llegué a dar a la puerta de este Castillo; porqué razones penetré su puerta.

 

Mis deseos o aspiraciones eran y siguen siendo, en cualquiera sea el “Modo” en que me haya, despierto o en “Modo Pesadilla”, es recorrer, conocer y disfrutar la inmensidad de este país, ubicado también al Sur de nuestro Continente, con variedad de bellezas geográficas y con sus habitantes portadores de múltiples culturas. Ya con algunas tradiciones ancestrales perdidas, pero con muchas otras a valorar y rescatar. Ese es el fuerte impulso de querer emprender este viaje. Pero, aquí está el, pero, “¿cómo y para qué me encuentro acá?”

 

Lo más probable, vine viajando por tierra. Debería haberlo efectuado en auto, moto o bice. No creo que lo hice en auto stop, mucho menos a pie. Tampoco creo cabalgando  caballo, burro, u otra clase de animal. ¿Por aire? Menos, supongo.

 

De haber venido por medio vehicular, pudo haber ocurrido que quedé sin nafta, o no cargaba llanta de repuesto, o tuvo un desperfecto mecánico y no tenía herramientas. ¿Y, de quién sería el medio vehicular qué utilicé? No tengo ninguno. Por este lugar en donde está ubicado el Castillo no transitan ningún tipo de transporte público, privados o colectivos. Menos que menos, me hace pensar, que llegué por agua. Aunque se nadar ya desde muy chico, y por ello me decían que me muevo como “un pez en el agua”, hasta llegarme a creer que soy un “Tiburón”, siendo que mis preferidas son las Ballenas, no me encontraba mojado mi ropa, porque estaba vestido y en zapatos. ¿Aterricé a este lugar transportado en un Dron? ¿Atraqué metido en un submarino? ¿Porque lado está ubicado el puerto?

 

Definitivamente, este Castillo no es monumento cargado de misterios. La manera de como llegué a él sí. Vean el tiempo que he pasado en querer comprender el cómo y no he podido encontrar respuesta firme y contundente. Ya es historia común saber, que a nosotros los humanos nos pasa a cierta edad, de llegar a un lugar determinado sin saber la forma de haberlo hecho, y los motivos que los llevó hasta allí. Y, ello no es por causa de alguna enfermedad o patología terminal.  Hay historias e historietas, que los mismos contadores de ellas, ni cuentan se dan de los daños que han causados, llegar a una situación predeterminada sin haberlo previsto, siendo que había muchas evidencias o amenazas, que lo daban a entender. A veces se reportan como daños colaterales, sobre todo, cuando abusamos de frases, que terminamos convirtiendo en cliché.

En el momento justo en que estaba haciendo esas reflexiones, es cuando soy abordado por dos mujeres y un caballero dentro de este Palacio.  Todos vestían de negro con camisas cruzadas por el centro de ellas con unas franjas rojas de bordes blancos y logotipo pequeño, en forma de la letra L, que no logré distinguir con claridad. Me hice referencia de inmediato, de los colores rojinegro de los anarquistas en distintas partes del mundo, que franqueaban esos colores al inicio de su aparición como corriente histórica.

 

Mire Ciudadano, “que hace Ud aquí”; “quién lo invitó y lo trajo acá”; fueron las frases o preguntas que escuché al unísono de parte de estas tres personas que me abordaron. Mientras balbuceaba tratando de buscar que repuesta dar, me volvieron a indagar ya en un tono mucho más amenazante, e indicando: “¿Es decir, Ud no habla o es que no quiere responder nuestras preguntas?Es que estoy ahora más obnubilado, que cuando ingresé por la puerta”, atiné soltar tartamudeando. “Quééé, qué es eso de venirnos a decir desvergonzadamente, que por la Ley Ómnibus que impera constitucionalmente en nuestro Palacio, Usted no pueda responder”. “A qué Ley Ómnibus se refieren Ustedes Señores y Señora funcionarios de seguridad? “Tan sólo comenté que estoy algo obnubilado, o sea, me siento confundido o difuso”, expresé. “Ciudadano, desconocido e intruso, no nos respondas con ese juego de palabras. Lo que está haciéndonos es una provocación para que armemos un escándalo público, buscando la manera de no responder lo ya preguntado, evadir nuevas preguntas, y hasta conseguir la manera de escaparse”, alcanzó a formular uno de los funcionarios varones.

 

Nosotros no somos de ningún cuerpo de seguridad, eso lo debe tener presente Usted. Somos integrantes capacitados de la Secretaría de Atención a las Visitas y Residentes”. “Ya pronto va a tener la presencia y ocasión de conocer la actuación honorable de nuestros miembros de la Secretaría de Seguridad. Le advertimos que ellos no le harán preguntas y su manera de persuasión es expulsarlo a como dé lugar de los recintos de este Castillo”. Al instante de hacer esas últimas aclaratorias, se comunicaron por medio de unos diminutos móviles, que supuse eran con algunos de los integrantes de la Secretaría de Seguridad (SS), cuando escuché que dijeron: “Le informamos de la presencia de un peligroso intruso que está  perturbando la paz y tranquilidad de nuestro Palacio”.

 

En fracciones de minutos se presentaron al lugar donde estábamos ubicados, 5 personas de la SS. Se componía de 4 hombres y 1 dama. Vestían al igual que los 3 funcionarios que me habían detenido en primer momento y decína ser de la Secretaría de Atención a las Visitas y Residentes (SAVR). Pantalones y camisas rojinegras, con las diferencias que calaban botas altas y gorras y pasa montañas coloreada de manchas negras y verde militar. Sin todavía recibir información de todo lo que había pasado entre los 3 integrante de la otra Secretaría (SAVR) y yo, “el intruso”, 2 miembros del pelotón de la SS, cada uno de ellos se adueñaron y guindaron de mis brazos, templando cada uno para su lado, el otro hombre de la comisión me tomó e inclinó la cabeza hacía mi espalda. La mujer que era parte de la SS, sólo expresó: “Ud es un peligroso intruso y va para fuera de nuestro Castillo y, si se resiste, será trasladado a un calabozo, después juzgado sumariamente, sin derecho a ninguna defensa”.

 

Al decirles, “yo no soy ningún intruso peligroso, ya lo he reiterado, no sé de qué manera recalé a este lugar y ni sabía de su existencia”, mis brazos y cabeza fueron jaladas con una violencia tal, que llegué sentir que esas partes de mi cuerpo se desprendían. Suceso que provocó que mis pies, buscaban para delante y para atrás y, hacia la derecha y hacía la izquierda. Lo último que sentí fue caer en el piso.  Al despertar, lo hacía en medio de fuertes dolores en todas partes, con mayores intensidades en los brazos y cabeza.

Sin embargo, me imaginé que no había pasado mucho tiempo inconsciente. Continuábamos en el mismo lugar en donde siempre estuvimos, desde el primer momento que fui abordado por 3 miembros de la SAVR). A partir de este despertar, llegué a entender que había estado por largo tiempo dormido en “Modo Pesadilla”.

No obstante, ¿cómo fue qué si estaba dormido (Modo Pesadilla), sentía la intensidad de estos dolores del cuerpo, y todos los hechos contados hasta ahora, como acontecimientos vividos y sufridos, lo setía en carne propia? El que haya estado dormido y haber llegado a este ese lugar (Castillo), se puede entender como un despliegue en condiciones de sonámbulo. En la medida que me seguía recuperando del estado y de las malas condiciones del que estaba anteriormente, me inyectaron rafas de recuerdos. Sí, recién estamos entrado en los primeros días del mes de enero. Recordé que hace apenas 7 días cuando celebramos la entrada de este nuevo año y la despedida del anterior. Por cierto, me reconfortó y energizó, al acordarme que fue una tranquila cena familiar, acompañando también el cumpleaños de mi nuera, esposa de mi hijo menor, junto a mi pareja y/o compañera de vida, también con una de mis nietas y un primo de ella. Y seguí hilando recientes recuerdos. Fue el día 2 cuando logré salir por primera vez fuera de casa. Lo hice para comprar unas empanadas rellenas de carne, pollo y queso, envueltas en harina de maíz.

 

Me disculpo por dar tantos detalles y hacer más cansón este relato, pero es que este último evento es el que me abrió más la memoria para argumentar con cierta astucia, ante los que conforman las respectivas Secretarías del Castillo, lo que me motivó acercarme a lo que yo consideraba era un Palacio propiedad de alguna familia millonaria de este lugar montañoso del país. Disfrutando al estar comiendo las empanadas, volvía a recordar, quise ordenar la agenda de los primeros días del año, para estar más pendiente que los años anteriores, de los compromisos familiares y sociales, al igual que mis actividades de pedagogía humanitaria. El día anterior había visto un flayer con mi ídola histórica, Mafalda, que decía algo parecido a: “No esperes que el 2024 cambie, pero tu si puedes cambiar” . Y, dije para mí, que atendería este año esa recomendación. Hoy 2, me acordé el cumpleaño de la nieta mimada de mi Papá. A esta sobri, sólo le pude felicitar; otra nieta, mimada mía, cumpliría el día 6, mi único nieto el día 11, primer sobrino/ahijado el  13 y mi primera hija el 15 y así fue recordando fechas y regresé a los recuerdos del 6 de enero, día de los Reyes Magos.

Ya para el día 2 en la noche, empecé a cabalgar la crisis, al saber que no tenía dinero para comprarles regalos a mis pequeñas nietas y sobrinas. Siendo niño, disfrute de regalos que me hacían mis padres, madrinas y padrinos en las muchas celebraciones del día de los Reyes Mago.

Cuando estallaban todos esos sentimientos en mis pensamientos, a las horas de dormir desde el día 2, es cuando vuelvo a sentir los estremecimientos de mis hombros y piernas, provocado por movimientos realizados por los agentes de las Secretarías varias veces nombradas del Castillo. Con palabras en tono alto, casi todos ellos manifestaron: “Ya está usted recuperado del yeyo o pataleo que le dio, diga que actividades vino a efectuar o cual saboteo terrorista se propone provocar dentro de este Castillo, que espira ser dentro de 15 años, el mejor Castillo del Sur y en igualdad de condiciones y prosperidad con los mejores del mundo”.  No habían todavía concluido con sus intervenciones estos funcionarios, cuando ya les estaba respondiendo en firme y cortés voz: “Les confieso y juro que me acerqué a este Palacio pensando que acá moraban una próspera y adinerada familia, que, muy bien explicando mi situación económica, me pudieran ayudar con dinero para comprarles regalos a mis niñas nietas, sobrinxs y ahijadxs o me hicieran entregas de algunos juguetes directamente para yo hacérselos llegar”, y así me extendía en argumentar, “si no existe esa familia adinerada, que he imaginado estaba ubicada en este Palacio, sólo aspiro que entonces, en este lugar habiten los 3 Reyes Magos. Quisiera conversar con alguno de ellos, para darle las direcciones, nombres y edades de mis Niños y Niñas de mi familia y también de amigxs cercanos para que les hagan entrega de sus regalos. No importando que no lo hagan a mi nombre”, y seguí y seguía pronunciándome: “También quisiera aprovechar la oportunidad, si ustedes tienen la grandeza de concederla, para recomendarles a Gaspar, Melchor y Baltazar que tengan mucho cuidado en este 6 de enero en Palestina, cuando estén llevándoles regalos a niñas y niños, porque el gobierno de Israel como que ya ha decidido acabar con todxs, lxs niñxs, viejx y adultxs que viven en Gaza y otras partes de las vastas tierras ancentrales árabes. Supongo y está muy justificado, si así lo hicieron, que para los recientes días de 24 y 25 de diciembre del 2023, ellos tomaron la prevención de no llegarse hasta Belén para celebrar el nacimiento de Jesús o Yavé. Ese mismo cuidado debe prever, si tienen que viajar hasta Ucrania porque el presidente Putin está enfurecido bombardeando y bombardeando, creyendo que está acabando con los nazis y la OTAN y lo que vemos son imágenes de destrucciones de hogares y muertes de Niños y Niñas, mientras que los capos fascistas y representantes de la OTAN, están en la ONU o en otra madriguera, evaluando las prolongaciones de estas guerras. Lamentablemente, estás desgracias están ocurriendo en otros países y continente.

 

Bueno, ¿o usted es un retrasado mental o es un provocador profesional?”, furibundos y llenos de cólera, los miembros de ambas Secretarías, mientras me empujaban a la puerta de salida del Castillo, me gritaban a todo pulmón: “Esto es el Castillo del Sur, ya le hemos dicho, bendecido por Dios y el cielo, con un gobierno recién elegido, un respetado y dulce Rey, protector de los hombres y bienes de bien y de buena voluntad”. “Fuera!! Fuera!! y, no le queremos ver a los alrededores y fronteras de este Castillo”, continuaron increpándome y, me lanzaron fuera del recinto del Castillo. Ya en el momento que cerraban la puerta,  ” Váyase a reportar a la Casta e Imperio que representa y lo envió a espiarnos y sabotear la armonía y el buen vivir que estamos disfrutando aquí desde la reciente  asunción del Rey.

 

Sentado todavía al frente de la puerta fuera del Castillo es que puedo salir del estado de shock en el que mantuve durante todo el tiempo que permanecí dentro de él. Sabiendo de la rabia causada   y recordando de las amenazas recibidas, hice todos los esfuerzos para levantarme y caminar entre los árboles que rodean las estructuras de ese inmenso Castillo. Ya eran horas de la noche, se divisaban los reflejos de luces que se cruzaban recorriendo por sobre los matorrales. Hasta relumbraban luces ultrarrojas. En el desplazamiento para alejarme del lugar, todo exhausto, volví a recordar el lugar donde fui a comprar las empanadas, y en las que estando desayunando, me inspiré para mi agenda de este año, asumiendo como mi gran primer compromiso, lograr conseguirles los regalos del día de los Reyes Magos a mis niñas nietas, sobrinxs, ahijadx,e hijxs de amigxs. Qué casualidad, ironía y misterio, ese establecimiento se llama Castillos del Sur y recuerdo, me dijo uno de sus empleados, que aspiraban de expandirse por todo el país. Este Castillos del Sur no se parece en nada al Castillo del Sur en donde habitan el Rey y sus Secretarías de las tinieblas.   

 

 

06 de Enero, 2024.

 

*Stalin Pérez Borges: Editor de Red de Reportes 1resisto.com

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Visitas: 10

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

RSS
Follow by Email