Piden no olvidar a los migrantes en navidad/ Ver- Dos migrantes muertas y 30 rescatados tras naufragio entre San Andrés y Nicaragua// Desplazados por la salud, la realidad de los migrantes en Brasil

 

La activista venezolana por los derechos humanos y actual presidente de la ong Wola, Washington office on Latin America, Carolina Jiménez, exhortó a no olvidar a los migrantes en estos días de navidad, fundamentalmente los miles que siguen cruzando por la Selva del Darién.

Jiménez señaló en la red social X que “urgen políticas regionales basadas en #DDHH para protegerles. También necesitamos continuar promoviendo un cambio democrático en #Venezuela para que cesen los “factores de expulsión” de esta enorme y dolorosa migración forzada”.

A través de un video en la misma plataforma, el equipo de Wola confirma que el punto de partida para muchas de estas personas que se atreven a realizar el peligroso recorrido es la poblaicón colombiana de Necoclí, cuyo territorio, afirman, es dominado por la organización criminal el Clan del Golfo.

 

https://x.com/cjimenezDC/status/1738953634652541309?s=20

 

 

Tomado de: Radio Fe y Alegría

 

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Dos migrantes muertas y 30 rescatados tras naufragio entre San Andrés y Nicaragua

 

Al menos dos migrantes fallecieron, entre ellas una niña de cuatro años, y otros 30 fueron rescatados en la víspera al naufragar en el Caribe de Nicaragua la embarcación artesanal en la que viajaban, informó el Ejército de ese país y medios locales.

 

La Armada de Nicaragua confirmó que dos migrantes venezolanas murieron en un naufragio en sus aguas el pasado 23 de diciembre, entre ellas una niña de cuatro años.
La Armada de Nicaragua confirmó que dos migrantes venezolanas murieron en un naufragio en sus aguas el pasado 23 de diciembre, entre ellas una niña de cuatro años. © Cortesía Ejército de Nicaragua
La embarcación navegaba desde San Andrés (Colombia) hasta Nicaragua cuando naufragó a cinco millas náuticas (9 kilómetros aproximadamente) al sureste de la isla ‘Corn Island’, en la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur del país centroamericano, señaló el Ejército de Nicaragua en una nota de prensa.

Esa ruta en el Caribe, entre la isla colombiana de San Andrés y Nicaragua, es usada por los migrantes en su camino hacia Norteamérica para evitar la selva del Darién, la frontera natural entre Panamá y Colombia plagada de peligros naturales y la presencia de grupos criminales.

Este año esa opción marítima ha cobrado fuerza.

En el comunicado se detalla que la “Fuerza Naval realizó búsqueda, salvamento y rescate de 30 personas que naufragaron a bordo de una embarcación desconocida”, al mismo tiempo que “se realizó el hallazgo de 2 cuerpos sin vida, que fallecieron por sumersión”.

La mayoría de las personas rescatadas son de nacionalidad venezolana y también hay de Ecuador, Colombia e India, según el listado publicado por las autoridades nicaragüenses.

Los dos fallecidos son venezolanos, una de ellas era una menor de cuatro años, según la información oficial. A las personas a bordo que salieron con vida “se les brindó atención médica preventiva”.

El Ejército nicaragüense además señaló que “se mantuvo comunicación con la Armada de Colombia sobre el naufragio de la embarcación para que desde sus aguas realizaran el apoyo de búsqueda, salvamento y rescate”.

Las autoridades colombianas han rescatado hasta el pasado mes de noviembre en el mar Caribe a 392 migrantes indocumentados, entre ellos 89 menores, que intentaban llegar a Estados Unidos.

Este año han cruzado la selva del Darién -la ruta migratoria más transitada- 513.782 migrantes, entre ellos más de 100.000 menores de edad, unas cifras récord que evidencian la agravada crisis migratoria en la región.

La mayoría son venezolanos (326.589), seguidos de ecuatorianos (56.328) y haitianos (45.628) con el objetivo de llegar mayoritariamente a EE.UU., aunque también a Canadá, en busca de mejores condiciones de vida.

 

https://www.france24.com/es/am%C3%A9rica-latina/20231225-dos-migrantes-muertas-y-30-rescatados-tras-naufragio-entre-san-andr%C3%A9s-y-nicaragua

 

Fuente: FRANCE 24

 

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Desplazados por la salud, la realidad de los migrantes en Brasil

 

Brasil ya es el tercer país de acogida de migrantes venezolanos en la región, después de Colombia y Perú, de acuerdo con los datos de R4V, la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela. Los venezolanos son desplazados por una crisis humanitaria compleja sin precedentes, que los ha obligado a intentar sobrevivir en el país vecino. Este flujo migratorio ha puesto a prueba y al límite al Sistema Único de Salud de Brasil, uno de los de mayor alcance en el mundo, pero con grandes limitaciones para absorber la demanda creciente. Solo en agosto de 2023, se documentó la mayor cifra de ingresos de venezolanos desde 2020 cuando inició la pandemia por COVID-19

Brasil

María Ramírez Cabello y Clavel Rangel Jiménez/Correo del Caroní

Miraima, Eglis, Yury y Ezequiel son hermanos. Iraida Mota y Egair Betancourt, sus padres. Los seis adultos junto a cuatro bebés (y uno en gestación) cruzaron la frontera entre Venezuela y Brasil en junio de 2023. Son 10 en total más el bebé en camino de Miraima.

La cabeza de esta familia es Iraida, una mujer morena de 56 años, oriunda del estado Monagas, uno de los reservorios petroleros del oriente venezolano. Hace dos décadas,  formó una familia con Egair, un albañil de 69 años, y se residenciaron en la populosa parroquia Unare de Ciudad Guayana, en el estado Bolívar. Todo marchaba relativamente bien, hasta que a Egair le dio una trombosis, una afección que ocurre cuando se forma un coágulo de sangre en una vena profunda que puede causar una enfermedad grave, una discapacidad e, incluso, la muerte.

La afección los sorprendió en uno de los años de mayor crisis económica en Venezuela, la nación con las reservas petroleras más grandes del mundo. 2018, de hecho, fue el año pico de la espiral hiperinflacionaria: 130.060% de alza de precios, según el Banco Central de Venezuela y 1.698.488%, de acuerdo con los cálculos de la Asamblea Nacional, un promedio de 4% de subida de precios al día. Los precios de los servicios de salud subieron 167.925%, según cifras oficiales.

La familia Betancourt Mota sobrevivió con las remesas que enviaban los hijos varones que antes habían migrado a Brasil. Pero el dinero no alcanzaba. “Recortábamos la comida de todos para comprarle a él (Egair) y hacerle su dieta baja en sal y grasas, pero a veces pasábamos hambre. Cuando mi hermano no mandaba, pasábamos hambre toditos. Si comíamos pollo hoy, ya mañana no podíamos”, recuerda Miraima.

Entonces, tras cinco años de penurias y en el momento en el que Egair requería de asistencia médica y una nutrición balanceada, decidieron migrar a Brasil, en la frontera sur venezolana. Entraron por Pacaraima, la puerta al estado brasileño de Roraima, o la línea, como la conocen los venezolanos que en décadas prósperas viajaban a este punto limítrofe por turismo. Allí se llega tras recorrer por más de 15 horas una carretera de curvas, tramos de tierra y huecos profundos, causados por años de desinversión y el incesante tráfico de gandolas cargadas de alimentos brasileños y combustible que, en los últimos años, se desvía hacia las minas a cielo abierto que han proliferado en la zona protegida del Parque Nacional Canaima.

Google Maps estima un trayecto de casi 10 horas en vehículo, pero el viaje es una travesía que puede prolongarse por hasta 16 horas o más, cuando hay protestas en medio de la vía o derrumbes que interrumpen el tráfico.

Brasil, tercer país de acogida

Como esta familia, más de 7,7 millones de venezolanos han salido del país en varios períodos que se sintieron con fuerza a partir de 2014. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) asegura que la de Venezuela sigue constituyendo una de las mayores crisis de desplazamiento y migración del mundo.

En concreto: el undécimo país de origen de los migrantes internacionales en 2020, de acuerdo con el Informe sobre las Migraciones en el Mundo de la OIM y el segundo de origen de refugiados, después de la República Árabe Siria.

Aunque el corredor bilateral de migración se da principalmente con Colombia, Brasil ya es el tercer país de acogida de migrantes venezolanos en la región, después de Colombia (2,8 M) y Perú (1,5 M), según los datos de R4V, la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela.

Evolución de las cifras en los 17 países R4V

Si bien la pandemia de COVID-19 ralentizó el flujo migratorio entre 2020 y 2021, no lo detuvo. R4V destacó en su reporte anual 2021 que, ese año, la población total de refugiados y migrantes venezolanos en Brasil creció a 305.076. Y como el número de venezolanos que esperaban regularización en Pacaraima superó la capacidad de procesamiento de las autoridades, alrededor de 4.000 refugiados y migrantes se quedaron sin hogar en la ciudad fronteriza en diciembre de 2021.

Por el aumento de las llegadas de migrantes durante el primer trimestre de 2021, la Plataforma R4V apoyó a la Operación Acogida, un programa creado en 2018 por el gobierno brasileño para atender el flujo migratorio venezolano. Con ese respaldo, abrieron cinco nuevos albergues en Pacaraima y Boa Vista, la capital de Roraima, y ampliaron las dos instalaciones existentes, aumentando en 4.510 plazas la capacidad total de los albergues en Roraima. Pero la falta de financiamiento afectó la asistencia directa, especialmente de las pequeñas organizaciones en la primera línea de respuesta.

Superada la pandemia, las cifras siguen siendo elocuentes. No todos los que migran se quedan en el gigante amazónico. Algunos solo lo usan como tránsito, otros regresan a Venezuela, mientras que alrededor de un 50% permanece, esto es 499 mil 650 venezolanos hasta agosto de 2023. 80% de este grupo tiene autorización de residencia.

Solo en el caso de las comunidades indígenas, la población creció 870% entre 2018 y 2019. Al cierre de 2021, eran 2.227 indígenas venezolanos, de acuerdo con el informe anual del Observatorio de las Migraciones Internacionales (OBMigra). Organizaciones como Kapé-Kapé, AC y líderes waraos, sin embargo, hablan de entre 5.000 y 6.500 waraos en Brasil.

2023 muestra signos de una aceleración de la migración. En agosto de este año, hubo la mayor cifra mensual de entrada de migrantes desde 2020, cuando inició la pandemia. R4V lo resume de la siguiente forma: en el tercer trimestre de 2023, en promedio 16.000 personas refugiadas y migrantes de Venezuela llegaron al mes a Brasil, 2.000 más que las que llegaron en el mismo periodo de 2022.

“El bendito Venezuela se arregló, eso fue una fantasía. Y bueno, lo que estamos viviendo ahora es precisamente la consecuencia de que, no habiendo cambiado las razones que dan origen al éxodo de venezolanos, pues la gente sigue saliendo”, señala la socióloga y defensora de derechos humanos Ligia Bolívar.

Entrada y salida – Control migratorio

                               Anual                                                          Mensual

 

En busca de bienestar y salud

La necesidad de buscar empleo en otro país era, en 2022, la principal razón de emigrar, destaca la Encuesta Nacional sobre Condiciones de Vida (Encovi), una radiografía social construida desde 2014 por tres universidades venezolanas. La reagrupación familiar, educación y salud le siguen entre las motivaciones.

En la historia de Isabel Sánchez, una venezolana de 58 años dedicada a la minería, se resumen los factores económicos y de salud como impulsores de la migración. Ella trabajaba en la mina Arenales cercana a El Dorado, en el municipio Sifontes, al sur de Bolívar. A su hijo de 25 años, Niolber, había que operarlo de una hernia inguinal, pero le pedían 1.700 dólares americanos, el equivalente a 472 salarios mínimos en Venezuela, de acuerdo con el tipo de cambio oficial de finales de noviembre de 2023.

La salud ha sido uno de los sectores más impactados por la crisis humanitaria compleja en Venezuela, y no ha habido reversión.

La Encuesta Nacional de Hospitales 2022 describe la situación de la atención hospitalaria como “un periodo de oscuridad difícil de comparar en la historia moderna de Venezuela”. En 2022, solo funcionó la mitad de los quirófanos disponibles en el país, lo que elevó las largas listas de espera para cirugías electivas. Hubo 261 muertes atribuibles a fallas eléctricas y, aunque hubo una mejoría en la valoración de desabastecimiento, “la posibilidad de no encontrar un medicamento básico para una emergencia está cercana al 50%”. La traducción directa, señalan, es que los pacientes deben llevar o adquirir estos insumos en condiciones de premura y asumiendo costos importantes con fondos propios.

“Tal situación tiene un impacto especialmente grave en las personas en situación de vulnerabilidad, en los pacientes que padecen enfermedades crónicas o infecciosas, así como en el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos”.

Fue por eso que a Freddy Báez, un hombre de 66 años residenciado en El Paují en las entrañas del estado Bolívar, le recomendaron viajar a Brasil, apenas el médico palpó un bulto en el bajo abdomen. “No te vayas para Puerto Ordaz, que te va a salir muy caro. Mejor vete a Boa Vista”, le dijeron los médicos del ambulatorio de su comunidad en territorio indígena pemón y de una clínica privada en Santa Elena de Uairén, capital del municipio Gran Sabana, fronterizo con Brasil.

La frágil línea sanitaria

Al salir de suelo venezolano, te despide una nueva obra con guacamayas y los colores del tricolor nacional justo frente al histórico monumento de las banderas. Al entrar a Brasil, además de decenas de gandolas cargadas de alimentos, te recibe un paisaje que remarca la crisis de Venezuela: decenas de carpas para migrantes y refugiados.

Así, el estado brasileño de Roraima es el destino, al menos la primera parada —y a veces, última— de quienes migran. No en vano su población creció 41% de 450.479 habitantes en 2010 a 636.707 personas en 2022, de acuerdo con cifras del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).

La Operación Acogida es la respuesta humanitaria y la recepción que brinda el Gobierno Federal de Brasil en Roraima, “uno de los Estados menos poblados y menos desarrollados de Brasil, en respuesta al flujo histórico de migrantes y refugiados que han estado llegando desde Venezuela desde 2017”. Sus tres pilares son: (1) Gestión de fronteras, con servicios de recepción, identificación, documentación, cuidados médicos básicos e inmunización; (2) Alojamiento en las ciudades fronterizas, incluyendo alimentos, educación, salud y protección social; y (3) Reubicación voluntaria a otras zonas de Brasil en donde tengan mayores oportunidades económicas y de integración. Este último es conocido como el proceso de interiorización.

7.273 venezolanos están en abrigos (albergues o refugios), de acuerdo con datos de noviembre de 2023 de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur). Están distribuidos en 8 abrigos: 6 en Boa Vista y 2 en Pacaraima. Los de la capital de Roraima (Alojamiento Rondón 2, Jardín Floresta, Pricumá, Rondón 1, Rondón 5 y Waraotuma a Tuaranoko) constituyen el complejo de abrigos más grande de la región.

Están ubicados en una explanada de arena clara en el centro de Boa Vista. Allí, las carpas blancas con los emblemas de Acnur son la indicación de que este es un campo de migrantes y refugiados. Según el monitoreo de la agencia de Naciones Unidas, 14,84% de los migrantes tienen un problema médico grave, la mayoría en los refugios Pricumá y Rondón 1.

Migrantes en abrigos

Perfil de los migrantes por sexo y edades

Pese a los cupos disponibles en los albergues de la Operación Acogida, buena parte de los migrantes deciden vivir en invasiones o en la calle. La mayoría: mujeres y menores de 18 años. Hasta septiembre de 2023, 3.201 venezolanos estaban fuera de los abrigos en Boa Vista —el mayor registro en los 12 meses previos y un aumento de 15,61% con respecto al mes anterior— y  2.585 venezolanos en Pacaraima. En total, entre ambas localidades, ONU Migración cuenta 30 asentamientos informales (o ocupaciones espontáneas, como las denomina la ONU).

Las principales enfermedades en Boa Vista son gripe (44%), enfermedades cutáneas (33%) y respiratorias (23%). En Pacaraima se mantiene la tendencia con gripe en primer lugar (45%), pero se agrega diarreas y vómitos (29%). Sus principales necesidades son alimentación, acceso a salud, productos de higiene y artículos infantiles y trabajo.

La precaria situación en la que llegan los migrantes, principalmente cuando viajan con alguna condición de salud, los hace más vulnerables. La respuesta del sistema sanitario brasileño se convierte en la línea entre la vida y la muerte. Pero la migración venezolana ha puesto a prueba al Sistema Único de Salud (SUS), un modelo descentralizado amparado por la Constitución Federal de 1988. Entre sus principios, especifica la Ley 8.080, está el acceso universal en todos los niveles de atención y la igualdad, sin prejuicios ni privilegios de ninguna especie.

Esa línea entre vivir o morir se ha vuelto cada vez más delgada y las autoridades brasileñas han atribuido la sobrecarga de la demanda a la migración venezolana. “El flujo continuo de personas que buscan protección ha ejercido una presión adicional sobre los recursos y servicios disponibles en los municipios y el estado de Roraima”, indica un informe de la Secretaría de Planificación y Presupuesto del gobierno local.

Sin embargo, instituciones como el Consejo Federal de Medicina, Datafolha y la Asociación Paulista de Medicina han alertado de las precariedades desde años previos a la intensificación de la migración venezolana. Un estudio de 2014 revela valoraciones del SUS de pésima a regular y difícil acceso, de acuerdo con más del 50% de los consultados, a cirugías, procedimientos específicos, hospitalizaciones, consultas con médicos, atención de emergencia en módulos y exámenes de laboratorio.

“Todos los aspectos de la atención del SUS tienen una imagen insatisfactoria entre la población brasileña, desde hospitales, centros de salud, salas de emergencia, número de profesionales (…) sería necesario ampliar mucho la prestación de servicios para satisfacer adecuadamente la demanda”, concluye el estudio. Ya en ese año, 2014, los tiempos de espera para asistencia médica podían alcanzar más de seis meses.

La distribución geográfica de médicos en el norte de Brasil, en donde está el estado de Roraima, es de 1,45 médicos por 1.000 habitantes, una tasa inferior a la nacional de 2,6 médicos, precisa la Demografía Médica 2023. La oferta de médicos especialistas, así como la oferta de médicos generales, sigue un patrón similar de desigualdad de distribución al observado en el número total de médicos en el país, agregan.

Médicos por cada 1.000 habitantes, según regiones de Brasil (2022)

Fuente: Scheffer M. et al., Demografía Médica de Brasil 2023
En enero de 2023, Brasil tenía 2,60 médicos por cada 1.000 habitantes, tasa inferior al promedio de los países evaluados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que es de 3,36, precisa la Demografía Médica de Brasil 2023.

Un estudio sobre el impacto de la migración venezolana en la rutina de la maternidad del estado de Roraima, publicado en 2020 en el repositorio científico SciELO, también desmonta la narrativa oficial de las autoridades brasileñas. La investigación con datos levantados en 2019 constata el aumento de la demanda, la precariedad del centro hospitalario y la sobrecarga de trabajo, pues los equipos de profesionales no crecieron, pero recalca que “la inmigración sólo acentuó problemas ya crónicos”.

“El hacinamiento, las malas infraestructuras, la falta de profesionales y de camas de UCI, que además no se ampliaron adecuadamente en proporción al crecimiento demográfico en Roraima, eran evidentes desde hacía mucho tiempo, incluso sin tener en cuenta la reciente ola migratoria”.

“Por lo tanto, se puede rechazar la idea de que la intensa inmigración aislada de venezolanos a Roraima sea la fuente de los problemas de salud que experimenta el estado”, afirman los tres investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Estadal de Roraima.

El secretario adjunto de la Secretaría de Salud del estado Roraima, Edson Castro, coincide. “Decir que la migración venezolana es la que causa las fallas en el sistema de salud de Brasil no es verdad (…) obviamente aquí hay de 100 a 150 mil migrantes, no puedo decir que eso no interfiere, claro que interfiere, hay un aumento de consultas, de atención médica, de la demanda de medicamentos, de cirugías, pero estamos hablando de un sistema de salud que ya tenía esos problemas, que precisa mejorar porque hubo un impacto y no estaba preparado para eso pero no está fallando porque hubo un aumento de la inmigración”, explicó durante una entrevista concedida en diciembre de 2023 a la Red de Periodistas de la Amazonía venezolana.

La barrera del idioma, las diferencias culturales, los costos de bolsillo no cubiertos por el sistema de salud, además de las fragilidades del SUS, impactan en el acceso a la asistencia médica.

La tasa de médicos por cada 1.000 habitantes en Roraima es de 1,64, menor al promedio nacional. Roraima, Acre, Amazonas, Maranhao y Pará son los estados con menos presencia de médicos. En Brasilia, la tasa es de 5,53 médicos por cada 1.000 habitantes.

Seis años de atención de urgencia

“Si se dice que la migración venezolana es forzada, la migración de venezolanos por motivos de salud es triplemente forzada”, considera Alba González, una de las promotoras del Movimiento para la Paz y la Ciudadanía Voz Migrante, quien llegó al brasileño estado de Roraima en 2015 en busca de salud y ha vivido en carne propia las deficiencias del sistema sanitario. No en una, sino en cinco oportunidades: en experiencias maternas, durante la enfermedad y muerte de su madre y durante el fallecimiento de un familiar por cáncer.

“Existen, sí, migrantes de salud. Aquí en Roraima hay muchos venezolanos que vienen solo por eso, y vienen por eso hace mucho tiempo y a pesar de que están llegando no se ha dado una solución específica y es un público extremadamente vulnerable. Vienen generalmente con enfermedades crónicas y no tienen nada más que hacer que ser atendidos, y ¿cómo van a trabajar? y ¿dónde van a vivir? y ¿de qué se van a alimentar?”.

González sostiene que la atención emergencial de la Operación Acogida lleva cinco años, por lo que pide atender a los migrantes de salud de forma prioritaria, atendiendo a sus miedos, vulnerabilidades y expectativas. “Después de tantos años ya tendríamos que pasar a un nivel de entender esas transformaciones de este flujo migratorio y esas experiencias que hemos tenido nos demuestran que existen nuevas necesidades”.

La travesía migratoria suma una capa más de vulnerabilidad a los migrantes. “Los refugiados y migrantes a menudo se enfrentan a peores resultados de salud en los países de tránsito y destino debido a múltiples obstáculos, como las diferencias lingüísticas y culturales, la discriminación institucional y el uso restringido de los servicios de salud”, señala la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, añade, el derecho internacional garantiza el acceso universal en consonancia con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

“Los sistemas de salud deben incorporar las necesidades de los refugiados y migrantes en las políticas nacionales y locales de salud y en la financiación, planificación, ejecución, seguimiento y evaluación de los programas de salud. En las respuestas de emergencia rápidas y eficaces, a veces puede ser necesario prestar los servicios de salud en el marco de una estructura paralela al sistema nacional de salud, pero a largo plazo la salud de los refugiados y migrantes debe integrarse en los servicios existentes”, destaca la OMS.

Periodismo en Alianza

 

 

https://www.el-carabobeno.com/desplazados-por-la-salud-la-realidad-de-los-migrantes-en-brasil/

 

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