Revista Movimento realizó, en exclusiva, una breve entrevista al economista argentino Eduardo Lucita, miembro del colectivo EDI (Economistas de Esquerda) y activista de la IV Internacional
La entrevista es parte de un esfuerzo por integrar la vanguardia brasileña con la situación actual de Argentina, a partir de la victoria del ultrarreaccionario Javier Milei y sus consecuencias.
1- ¿Cómo valoraste la toma de posesión de Milei y Villaroel y sus significados profundos?
Es una gran derrota política para el movimiento popular. El ascenso al poder político en el país a través de la fórmula presidencial del LLA es producto de un largo proceso que tiene que ver con componentes típicos de una crisis orgánica del capitalismo argentino. Si sus propuestas tienen éxito, podría significar un cambio de era para el país. Sus principales objetivos son de largo plazo y tienen que ver con los postulados de la antigua Escuela Austriaca de Economía, actualizada en los años 70 por el estadounidense Murray Rothbard, creador del “Manifiesto Libertario”, que busca sustituir el Estado por el mercado como una medida del valor de todos los valores, al tiempo que justifica el papel de los monopolios. Por otro lado, las referencias históricas a la Generación del 80 también la sitúan dentro de un planteamiento conservador al que me gustaría volver. En el caso de El vicepresidente es claramente un defensor de la dictadura del 76 que propone revisar los juicios de lesa humanidad y el liberalismo de los militares juzgados y encarcelados.
2- ¿Cuáles fueron las medidas centrales anunciadas por Caputo en el marco del plan Motossera?
El plan anunciado ayer es un típico plan para empezar a estabilizar la economía: devaluación de casi el 120%, liberalización de precios y ajuste fiscal de 5 puntos del PIB para cerrar 2024 con déficit primario cero. Un ataque total a los trabajadores, que busca imponer una relación de fuerzas duradera a favor del capital y una nueva transferencia de rentas a los más poderosos.
3- ¿Cuál es el impacto económico de estas medidas en la población?
Bueno, el principal es el costo de vida. Antes de los anuncios, los precios subieron entre un 50% y un 100% en los últimos 15 días, y ahora, con una devaluación tan fuerte, volverán a subir, especialmente los alimentos. Se estima que la inflación será del 20-40% mensual en los próximos meses. Los jubilados y excluidos de la producción y el consumo se verán gravemente afectados. Cabe agregar que el ajuste en el Estado provocará desempleo, así como la paralización de obras públicas. A medio plazo, la recesión provocará despidos en el sector privado.
4- ¿Hablar de la devaluación del Peso? ¿Por qué sucede esto y cuáles son sus efectos?
Las causas pueden ser diversas, pero la teoría identifica un aumento de la cantidad de dinero en circulación sin un aumento de la riqueza producida. Cuando esto sucede, las reservas no son suficientes para respaldar la emisión de divisas. En el caso específico de Argentina, hay que tener en cuenta que históricamente la industria no genera las divisas que necesita para su desarrollo, por lo que recurre al Estado. Desde la dictadura de 1976, la deuda externa, luego aumentada por el gobierno de Macri, ha jugado un papel decisivo en la demanda de divisas, que se agrava con cada devaluación, en un círculo vicioso sin solución mientras se siga pagando la deuda. sin investigarlo, como hicieron todos los gobiernos desde el 83 hasta ahora.
5- ¿Cómo reaccionarán los diferentes actores? La burguesía y sus fracciones y el movimiento obrero y la burocracia sindical.
Bueno, eso está por verse. Hasta ahora, los principales beneficiarios son, como siempre, el capital financiero y las fracciones del capital que operan con las rentas de la tierra (agrícola, minero, hidrocarburos), es decir, los sectores extractivos. Hasta el momento no existen medidas que favorezcan la industria y la construcción vinculadas a la obra pública, todas las obras que no estaban en ejecución han sido canceladas. Veremos cómo reaccionan estos sectores empresarios.
En relación con los movimientos obreros, la burocracia sindical y los movimientos sociales, todavía no hay grandes declaraciones, pero todos lo esperan con ansias. Hay que esperar a que el ajuste llegue a los bolsillos de los trabajadores y sectores populares y que maduren las condiciones políticas. Los días 19 y 20 de diciembre, cuando se cumplen 22 años del Argentinazo de 2001, se convoca a una gran marcha para conmemorar los levantamientos populares de aquellos días, pero también para decir que aquí estamos. Será una prueba del estado de ánimo y la disposición de la clase.
Tomado de movimentorevista.com.br
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