Hiroshima y Nagasaki, la tragedia vista en letras/ Ver- Sobrevivientes de Hiroshima mantienen vivo el recuerdo

78 años de la bomba atómica de Hiroshima y Nagasaki
78 años de la bomba atómica de Hiroshima y Nagasaki
Foto: AFP
6 ago 2023

Hiroshima y Nagasaki, la tragedia vista en letras

REDACCIÓN CULTURA

Hoy se cumplen 78 años de la bomba atómica sobre Hiroshima. La primera arma nuclear en ser utilizada sobre una población civil inspiró varias historias literarias que recordamos en este artículo.

 

A partir de las tragedias de Hiroshima y Nagasaki, surgió una corriente literaria conocida como Genbaku bungaku (literatura de la bomba atómica) a las puertas del renacimiento de un Japón pacifista con el polémico artículo 9 de la Constitución de 1947 impuesta por su verdugo.

La literatura de esta época está escrita básicamente por los ‘hibakusha‘, que es como se conoce a los supervivientes de las bombas atómicas que decidieron narran sus propias experiencias de la tragedia.

Me salvé porque estaba en el lavabo…“. Así comenzaba Flores de verano (Impedimenta), un relato de apenas veinte páginas de la escritora Hara Tamiki, publicado en 1947 y donde expresaba el desastre de Hiroshima con crudeza.

Ôta Yôko escribió las novelas Ciudad de cadáveres (1948), Harapos humanos (1951) y Medio humano (1954), también testimonio de Hiroshima.

La literatura del ataque nuclear también abarca la poesía de Tôge Sankichi en su recopilatorio Poemas de la bomba atómica y los Huevos negros de Kurihara Sadako.

La literatura ha servido como catalizador del dolor en una sociedad considerablemente hermética a la hora de manifestar públicamente los sentimientos. Más allá de las publicaciones que vieron la luz inmediatamente después del desastre, autores que no fueron testimonios directos, escribieron obras posteriores a modo de reflexión.

Es el caso del premio Nobel de Literatura japonés en 1994, Kenzaburô Ôe, que publicó Apuntes de Hiroshima en 1965 invitando a la reflexión sobre el uso de la energía nuclear como base del desarrollo económico. También Ibuse Masuji escribió Lluvia negra (Libros del Asteroide, 1966) en recuerdo a la explosión atómica de Hiroshima.

Por otro lado, Oda Makoto, un escritor relacionado con la izquierda política nipona, escribió Hiroshima (1981), donde criticaba el papel victimista que adoptó su país tras la catástrofe y su sumisión a los norteamericanos.

Fukushima renace el dolor y la duda

Dos bombas atómicas que demostraron lo que el ser humano era capaz de hacer. Se filtró el temor entre la población mundial dando origen al conflicto de la Guerra Fría, bajo la sombra de una gran amenaza nuclear.

Tras el desastre de Fukushima, el terror resurge de nuevo y los japoneses se replantean, por enésima vez, si la energía nuclear es una buena opción.

Le recomendamos: Hiroshima: el artículo que reveló cómo se vivió la bomba de Oppenheimer

Con motivo del reciente 66 aniversario de la bomba atómica de Hiroshima, el Asahi Shimbun resumió la inquietud de gran parte de la sociedad japonesa en una pregunta: “¿Qué tipo de efectos a largo plazo tiene la exposición a la radiactividad sobre la salud humana?”.

 

Fuente: EL ESPECTADOR

_____________________________________________________________________

Sobrevivientes de Hiroshima mantienen vivo el recuerdo

Aimie Eliot
5 de agosto de 2023

Mientras la ciudad se prepara para rendir homenaje el 6 de agosto a las 140.000 víctimas del bombardeo nuclear de 1945, nuevas generaciones luchan contra el olvido del horror.

Hiroshima Peace Memorial Museum Ausstellung
Sobrevivientes de la bomba atómica a menudo comparten sus memorias en el Museo Memorial de la Paz de Hiroshima, donde se exhiben fotografías del suceso.Imagen: Aimie Eliot/DW

“A menudo comparo la explosión con un tifón mil veces más fuerte”, dice Sadae Kasaoka, de 91 años, mientras sube al escenario del Museo Memorial de la Paz de Hiroshima. Su voz es clara y potente, aunque a veces teñida de tristeza o rabia, mientras cuenta su historia en el gran auditorio del museo.

Su discurso se ve interrumpido a veces por breves momentos de silencio. Cierra los ojos como para recordar mejor el incomprensible dolor de aquella mañana de agosto de 1945 en la que su vida dio un vuelco a partir del estallido de la bomba atómica en Hiroshima.

La estudiante perdió a sus padres en el bombardeo nuclear que asoló su ciudad. Cuenta la suerte que tuvo de quedarse en casa, situada a más de 3 km del llamado hipocentro del impacto de la bomba. Luego viene el recuerdo de los cristales rotos de las ventanas que estallaron penetrando su piel; la imagen de su padre que al principio no fue capaz de reconocer, y la espera del regreso de su madre a la que nunca volvió a ver.

Sentada a su lado, Norie Hosomitsu no puede apartar los ojos de Kasaoka, como si quisiera grabar su imagen y sus palabras en su memoria. Perteneciente a una generación conocida como los sucesores de Hiroshima, Hosomitsu se ha comprometido a transmitir las historias de los hibakusha (“sobrevivientes del bombardeo”) para que el mundo no olvide.

Japan 78. Gedenktag des Abwurfs der Atombombe in Hiroshima
Sadae Kasaoka tiene vívidos recuerdos del 6 de agosto de 1945Imagen: Rodrigo Reyes Marin/ZUMAPRESS.com/picture alliance

Inspirada por los supervivientes de Hiroshima

Esta sexagenaria participó en un programa puesto en marcha por la ciudad de Hiroshima, en el que los candidatos escriben un guión basado en la vida de un sobreviviente y aprenden a presentarlo en público. Lleva nueve años contando la historia de uno de ellos, incluso a alumnos de secundaria.

“Me conmovió la personalidad de Sadae Kasaoka y su testimonio”, afirma Hosomitsu. “Cuando nos conocimos, sentí una conexión entre nosotras”. “La paz no llegará sentándonos a esperar, cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de crear la paz”, le gusta añadir.

Dado que la edad promedio de los sobrevivientes alcanzará los 85 años en 2023, es fundamental formar a más sucesores para que propaguen la memoria. Según Dan Shioka, del Departamento Internacional de Promoción de la Paz de Hiroshima, el número de hibakusha se ha reducido drásticamente con el paso del tiempo.

“Es urgente transmitir esta herencia antes de que se extinga la memoria”, dijo, y añadió que el tiempo de formación de los sucesores es ahora más corto para facilitar una mayor participación.

Lucha por el desarme nuclear

Cuando Hiroshima inició el camino de la reconstrucción poco después de la tragedia, también empezó a luchar por la paz. En 1955, la ciudad creó la red Alcaldes por la Paz, que hoy reúne a más de 8.000 municipios partidarios de la abolición de las armas nucleares.

Reafirmaron su postura en una carta abierta a los jefes de Estado del G7, reunidos en Hiroshima el pasado mes de mayo. La red exigía “una acción inmediata para reducir los arsenales nucleares y poner fin a su modernización”.

Pero la Visión de Hiroshima sobre el desarme nuclear, adoptada el pasado mayo, aunque se muestra a favor de la abolición de las armas atómicas, no ha convencido a los hibakusha, ya que no contiene planes concretos sobre el desarme nuclear.

“Me decepcionó”, dice Norie Hosomitsu. “Pero francamente, no tenía grandes expectativas desde el principio”, dijo.

Japan Erinnerung an die Überlebenden des Bombenangriffs Hiroshima von 1945
Otras generaciones aprenden las historias de los sobrevivientes para preservar lo que ocurrió hace 78 años Imagen: Aimie Eliot/DW

Corre la voz

A la espera de medidas reales a favor de la prohibición total de las armas atómicas, los sobrevivientes y sucesores (más de 250 han recibido formación hasta ahora) siguen difundiendo el mensaje a través de impactantes testimonios y charlas diarias organizadas en el Museo Memorial de la Paz de Hiroshima.

Renovado en 2019, el recinto contextualiza los testimonios de los sobrevivientes a través de imágenes, objetos y textos.

Pero para Norie Hosomitsu, no hay nada como un encuentro en persona: “Ya tenemos muchos videos de los testimonios, pero las charlas que hacemos son cara a cara, expresamos nuestra pasión, nuestra emoción, a través de nuestro rostro y nuestra respiración; y cada charla es una puerta abierta al diálogo, a la interacción”.

Sadae Kasaoka, que sufrió discriminación como muchos hibakusha durante décadas, habló en público por primera vez hace veinte años. Desde entonces, nunca se ha callado.

De niña tenía sueños, quería ser maestra de escuela. Pero con una sola bomba atómica, los sueños, las esperanzas y el futuro volaron por los aires; pensé que mi papel era transmitir la memoria de esa tragedia y asegurarme de que no volviera a ocurrir nunca más“, dice antes de mirar a Hosomitsu. “Quiero vivir para siempre y que mi historia se siga transmitiendo. Los sucesores lo hacen posible“.

(ee/mn)

 

Tomado de: DW           

Visitas: 3

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

RSS
Follow by Email