Argentina – Morales, el sátrapa de Jujuy

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Las satrapías fueron una forma de gobierno establecida cinco siglos antes de Cristo por el Imperio Persa para la administración sus territorios. El sátrapa era designado directamente por el monarca para recaudar, mantener el orden y reprimir. Ahora  el sátrapa es elegido en  una democracia ficcional, amañada y manipulada y el  monarca es reemplazado por el conglomerado de corporaciones extractivas y financieras para los cuales gobierna el sátrapa jujeño.  Morales se garantiza  el control político con un mecanismo perverso de alianzas dentro de su espacio y con la supuesta oposición, y cuenta con una  estructura nepotista, donde más de 20 familiares  se distribuyen cargos rentados  en las instituciones provinciales y nacionales.

Para cumplir con las exigencias de los que vienen por el litio, necesita darle seguridad jurídica a la apropiación de tierras de los pueblos originarios y construir un andamiaje  formal, que le permita escudado en sus leyes,  reprimir ferozmente a quienes se le enfrentan, violando sistemáticamente los  DDHH, como lo está haciendo en la actualidad  La reforma constitucional tiene esa principal motivación y  la de asegurarse el dominio de los negocios  y prebendas que su corte y  aliados, el peronismo jujeño y el de extramuros , reciben  a cambio de sus servicios.

No contaban con la resistencia de los maestros y de los ignorados, las comunidades indígenas, hartas de humillaciones y racismo,  que defienden sus tierras, la naturaleza y la vida, no solo para  ellos sino por todos nosotros, para  aquellos que habitan  en las grandes  ciudades y parecen no entender lo que se juega en cada batalla contra el extractivismo  depredador y sus lacayos políticos.

Mientras tanto el  gobierno nacional, se enoja por Twitter,  pero no toma ninguna medida concreta para detener la salvaje represión.  Claro, también es parte de la cesión  del litio y otras joyas del subsuelo  a la megamineria.

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Su trayectoria de concesiones a la derecha hacía previsible esta conducta. Carece, nunca se lo propuso, de toda construcción  y ejercicio militante capaz de torcerle el brazo al sátrapa vociferante, allí está Milagro Sala para dar testimonio. Una política que  solo apostó siempre a mantener la gobernabilidad por encima de los intereses populares,  incluido el sometimiento al FMI, que entre sus exigencias  tiene  continuar con  la entrega de nuestras riquezas.  Ni siquiera el miedo a perder el gobierno, los impulsa a cambiar el rumbo, un camino que le facilita la tarea a quienes, desde  la derecha de todo pelaje y en concordancia con el sátrapa, aplaude la represión y se propone llevarla a todo el territorio y contra todos los que resistan su política.

Tomado de contrahegemoniaweb.com.ar

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