Desafíos ambientales para Venezuela en 2023: controlar la minería ilegal en la Amazonía y mitigar riesgo de deslaves

Para Venezuela, 2023 comienza con promesas gubernamentales inéditas. La presencia del presidente Nicolás Maduro en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), en Egipto, le permitió mostrar una postura nunca antes vista: la de férreo defensor de una Amazonía que él, a través del decreto del Arco Minero del Orinoco en 2016, transgredió al poner el extractivismo por encima del ambiente. La propuesta es examinada por científicos y activistas que, a la expectativa de detalles que den luces sobre hacia dónde apunta la estrategia del gobierno, afirmaron que cualquier plan debe incluir acciones que el mandatario y su equipo probablemente no estén dispuestos a cumplir.

En la cumbre COP27, Maduro fue uno de los líderes que aupó el acuerdo para el financiamiento de pérdidas y daños climáticos, porque en breve su gabinete presentará solicitudes de recursos económicos para proyectos ante el Fondo Verde del Clima, un mecanismo financiero creado en 2010 por las Naciones Unidas para ayudar a países en desarrollo en su adaptación y mitigación del cambio climático. Expertos opinan que, para alcanzar esos recursos, Venezuela debería comprometerse con el desarrollo de una economía más verde y aminorar los riesgos a los que millones de venezolanos se exponen ante las lluvias torrenciales que solo en 2022 dejaron al menos un centenar de muertos.

A estos desafíos para el nuevo año se suman la insistencia en la defensa de las áreas protegidas, donde las construcciones ilegales no cesan, y de los pueblos indígenas acorralados por el extractivismo.

Los retos de 2023 se deben cumplir en un país carente de cifras y datos oficiales en materia ambiental.

En el Arco Minero del Orinoco se desconoce oficialmente cuántos venezolanos se dedican al extractivismo ilegal. Además no hay un organismo oficial que lleve la cuenta de la cantidad de derrames petroleros que anualmente afectan al país. Asimismo se desconocen los detalles de los informes de impacto ambiental que se presentan ante el Ministerio de Ecosocialismo cada vez que se planifica hacer una nueva construcción dentro de un parque nacional. Las pocas estaciones meteorológicas operativas no recolectan los datos suficientes para predecir las lluvias y prevenir desastres. Ante esta ausencia de información, planificar soluciones acorde con la realidad es más complejo.

Para hablar de los desafíos ambientales que Venezuela tiene en el 2023, Mongabay Latam conversó con activistas, ambientalistas y científicos. Ellos están convencidos en su tarea de documentar y denunciar lo que pasa en el país.

Tomado de correodelcaroni.com

Visitas: 2

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

RSS
Follow by Email