El escenario es electoral. Unas elecciones profundamente políticas, como hemos vivido este siglo, con el Revocatorio contra Chávez en 2004 y con la elección de Arce, por nombrar dos ejemplos. Elecciones que sin salir del marco de las instituciones burguesas representan como evento y, sobre todo, en sus consecuencias, modificaciones cualitativas de la correlación de fuerzas entre las clases sociales.
El campo de batalla electoral es Brasil, pero la batalla política se extiende a toda Latinoamérica.
Se refleja y se reflejará en los reagrupamientos políticos y reacomodos institucionales e ideológicos de las burguesías y castas privilegiadas de los países de la región para mantener y profundizar sus privilegios basados en la explotación del trabajo.
Se refleja y reflejará también en la batalla que se libra en la conciencia de la clase trabajadora y demás sectores oprimidos que se siguen movilizando en defensa de sus derechos.
No le entregamos nuestras banderas de luchas y nuestra confianza política a Lula. Pero hoy nos toca hoy unir esfuerzos contra el fascismo o neofascismo bolsonarista, que es unir esfuerzos para frenar la contrarrevolución en todo el Continente.
Desde Venezuela LUCHAS. Un colectivo en construcción, 2 de Octubre 2022
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