Argentina: CARTA A LXS AMIGXS DE IZQUIERDAS QUE PIENSAN VOTAR EN BLANCO O NO VOTAR EN LAS PRÓXIMAS ELECCIONES- Si querés sumarte a esta carta mandanos tu adhesión

08 Noviembre, 2023

 

León Trotsky, en medio de la campaña electoral en Alemania en que competían Hitler y Brüning, canciller del gobierno de centroderecha desde 1930, y ante el peligro del ascenso inminente del nacionalsocialismo, discute con la posición comunista de plantear que Brüning y Hitler son lo mismo:

Todo trabajador consciente, y con mayor motivo todo comunista, debe darse cuenta del vacío, la nulidad y la podredumbre de las discusiones de la burocracia estalinista cuando se afirma que Brüning y Hitler son la misma cosa. ¡Mezclan ustedes todo! (les respondemos nosotros). Embrollan ustedes todo de forma vergonzosa porque tienen miedo de las dificultades, de las tareas importantes” (La lucha contra el fascismo, “¿Y ahora?”, 1932, p. 81)

Nosotros, como marxistas, consideramos tanto a Brüning y a Hitler, como a Braun, como los representantes de un único y mismo sistema. El problema de saber cuál de entre ellos es un ‘mal menor’ carece de sentido, porque su sistema, contra el cual luchamos nosotros, necesita de todos sus elementos. Pero hoy estos elementos están en conflicto, y el partido del proletariado debe utilizar absolutamente este conflicto en interés de la revolución.

En una gama hay siete notas. Preguntarse cuál de las notas es la mejor, si do, re o sol, no tiene sentido. Sin embargo, el músico debe saber cuándo y qué tecla golpear. Preguntarse quién es el mal menor, si Brüning o Hitler, carece también de sentido. Pero hay que saber cuál de estas teclas golpear. ¿Está claro? Para los que no lo comprendan, tomemos un ejemplo más. Si uno de mis enemigos me envenena cada día con pequeñas dosis de veneno, y otro quiere darme un tiro por detrás, yo arrancaré primero el revólver de las manos del segundo, lo que me dará la posibilidad de terminar con el primero. Pero esto no significa que el veneno sea un ‘mal menor’ en comparación con el revólver.
La mala suerte ha querido que los jefes del partido comunista alemán se hayan colocado en el mismo terreno que la socialdemocracia, contentándose con invertir los signos: la socialdemocracia vota por Brüning calificándolo de mal menor; los comunistas, que se niegan terminantemente a confiar en Brüning y Braun (y tienen toda la razón), han descendido a la calle para apoyar el referéndum de Hitler, es decir, la tentativa de los fascistas de derrocar a Brüning. Así, han reconocido que Hitler es un mal menor, puesto que una victoria en el referéndum llevaría al poder a Hitler, y no al proletariado. ¡A decir verdad, uno se siente un poco embarazado de explicar una cosa tan elemental!” (La lucha contra el fascismo, “Por un frente obrero contra el fascismo”, 1931, p. 64).

Los sabios que se pavonean de no ver la diferencia ‘entre Brüning y Hitler’, dicen de hecho: importa poco que nuestras organizaciones existan todavía o que estén ya destruidas. Bajo esta fanfarronada pseudoradical se esconde la pasividad más innoble” (La lucha contra el fascismo, “Y ahora”, 1932, p. 80)

“La pasividad más innoble”, dice Trotsky, para señalar a quienes no quieren ensuciarse las manos manteniéndose al margen de esta contienda histórica equiparando a ambos candidatos. Se nos va en esto demasiado: confrontamos la posibilidad concreta de que la extrema derecha neofascista tome el poder en la Argentina. No es menor el riesgo, y lo sabemos bien -como personas que nos reconocemos de izquierdas- no solo por la devastadora experiencia histórica del nazismo, sino también porque Brasil acaba de atravesar cuatro nefastos y dañinos años de gobierno de Bolsonaro.

Los partidos que componen el FITU han declarado, de cara al balotaje, que Milei y Massa no son lo mismo. Sin embargo, no están dispuestos a utilizar de manera táctica esta elección, para llamar a elegir al enemigo que más convenga a las luchas de la clase trabajadora para los próximos cuatro años, desprotegiendo así a sus propios representados. Suponer que la coherencia ideológica se traicionaría llamando a elegir con qué enemigo disputar es perder de vista no sólo la gravedad de la situación, sino la función coyuntural de una herramienta de la democracia burguesa. Lo dijo también Trotsky en el marco de debates análogos a los nuestros: “¡Marchar separados, golpear juntos!” (La lucha contra el fascismo, “Por un frente único obrero contra el fascismo”, 1931)

Si Milei y Massa no son lo mismo, no cabe resguardarse en la pureza ideológica (como si las elecciones fueran un fin en sí mismo, y no una herramienta en un proceso de lucha) a costa de permitir que gane la versión más concentrada y peligrosa del enemigo. Muchísimo menos, suponer que un triunfo de Milei precipitará condiciones pre-revolucionarias, sino por el contrario, una mucho más rápida y violenta destrucción de las condiciones de nuestras luchas.

Que gane Milei o gane Massa no da lo mismo: hoy podemos intentar quitarle el arma de las manos al fascismo para salvar la vida, y seguir luchando colectivamente contra las dosis de veneno que poco a poco nos consumen la vida.

Por supuesto que tenemos muchas y sustantivas diferencias con Massa, pero también sabemos que su gobierno sostendrá la posibilidad de seguir peleando por construir otros modos de vida. Hoy tenemos la responsabilidad de elegir con qué enemigo batallar los próximos cuatro años.

No equivoquemos la nota musical, ni enmudezcamos el instrumento (electoral). Con el viejo Trotsky y por el porvenir, ¡marchemos separadxs pero golpeemos juntxs!, votemos al Brüning de nuestra coyuntura, ¡votemos a Massa!

Luis Ignacio García, Ana Longoni, Gabriela Cabezón Cámara, Mariela Scafati, Ana Laura Pérez y Julián López

PD: Si querés sumarte a esta carta mandanos tu adhesión en un comentario, y sentite libre de replicarla o apropiártela para debates con tus amigxs, ¡adelante!

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