Diferentes colectivos feministas de la izquierda mexicana han lanzado un comunicado condenando la dictadura nicaragüense que encabezan los traidores a la Revolución sandinista, Daniel Ortega y Rosario Murillo. Casi al mismo tiempo, el diario mexicano La Jornada entrevistó a la comandante sandinista Mónica Baltodano, perseguida por el régimen orteguista.
Desde Comunistas consideramos que la divulgación de la realidad nicaragüense enfoncada desde una perspectiva de izquierdas es muy útil para Cuba y el mundo, por lo cual republicamos ambos textos. Precisamente de Mónica Baltodano ya habíamos publicado en noviembre de 2022 el artículo Ortega ¿Peor que Somoza?, el cual apareció originalmente en Estación Finlandia. Pero en Cuba estas informaciones cobran una especial importancia pues la traicionada Revolución sandinista fue un hecho que estuvo muy ligado a la clase trabajadora cubana. Desgraciadamente, hoy la situación en Cuba es muy similar a la nicaragüense y en ambos gobiernos tienen estrechas relaciones políticas, lo cual habla de una complicidad mutua.
Cabe señalar que el gobierno orteguista no tiene una postura antimperialista, sino que se opone a Estados Unidos simplemente porque Washington es hostil a su régimen. Si Estados Unidos le propusiera a Ortega desembarcar sus transnacionales en Nicaragua inmediatamente desaparecería todo discurso antimperialista. A Ortega no le interesa combatir el imperialismo yanki, sino mantenerse en el poder a costa de lo que sea necesario. Ya en Comunistas Cuba nos hemos solidarizado con la oposición de izquierda nicaragüense cuando exigimos la liberación de la comandante sandinista Dora María Téllez (quien aparece con su uniforme guerrillera en la foto de portada) cuando sufría condiciones inhumanas en la injustificada prisión orteguista. Insistimos e insistiremos en la liberación de los presos políticos nicaragüenses que sin ser pagados por Estados Unidos -como difama de ellos el régimen orteguista- luchan por la liberación de su país. Por último, pero no menos importante, agradecemos al compañero mexicano José Luis Ayala, sin quien no hubiera sido posible esta publicación.
Pronunciamiento feminista por Nicaragua
Ciudad de México, octubre de 2023
Se ha calculado que el triunfo de la Revolución Sandinista costó alrededor de 60 mil nicaragüenses muertos; 30 mil al triunfo en 1979 y otros 30 mil entre 1980 y 1990 en la lucha contra los Contras. Fueron 60 mil personas que murieron por terminar con la atroz dictadura somocista. Sin embargo, irónicamente, el derrocamiento de un dictador permitió el encumbramiento de otro, llamado Daniel Ortega, quien falsamente se asumió como un comprometido hijo de Sandino durante la lucha guerrillera del Frente Sandinista. Ahora Ortega también le ha empezado a sumar a la lista de muertos por la dictadura.
Ortega y su esposa Rosario Murillo, otra falsa sandinista, han establecido un régimen dictatorial al estilo de lo que en el siglo pasado se llamó peyorativamente una República Bananera. Mientras Ortega y su círculo cercano se han convertido en los nuevos burgueses, gracias a la corrupción con la que permiten que empresas extranjeras dominen la economía y sigan saqueando al país, la mayoría de la población vive en pobreza. De hecho, Nicaragua es una de las naciones más pobres de Latinoamérica.
Lo que se vive en Nicaragua es un régimen de terror en el cual las mínimas libertades y derechos humanos se violan cotidianamente. Por ejemplo, incluso una fiesta puede ser disuelta por la policía si se sospecha que es una reunión para atacar a la dupla dictatorial; las manifestaciones son disueltas a sangre y fuego; los opositores son encarcelados en condiciones infrahumanas; y en el menos malo de los casos (quién sabe), se les termina desterrando, suprimiendo su nacionalidad, confiscando todo bien, incluidas pensiones de vejez; y haciendo cuánto sea necesario para castigarles y callarles. Fue lo sucedido a los 300 nicaragüenses, entre ellos varios dirigentes sandinistas, que se atrevieron a oponerse y denunciar la incongruencia y descomposición de un régimen que se autonombra de izquierda y que paradójicamente surgió de una revolución popular. Es el caso de la excomandante sandinista Mónica Baltodano, exiliada en Costa Rica, quien se ha mantenido activa denunciando la terrible realidad del régimen Ortega-Murillo; como lo hizo en su gira por México en octubre del presente año.
Pero si con la dictadura de Ortega el pueblo nicaragüense ha sufrido una gran pérdida de derechos, para las mujeres nicaragüenses la pérdida ha sido aún mayor. A partir de la llegada al poder de Ortega en 2006, el gobierno ha impuesto una política retrógrada y machista de eliminación de derechos de las mujeres, como la prohibición absoluta del aborto (incluso terapéutico), el desmantelamiento de la Unidad Especializada de Delitos contra la Violencia de Género, la reducción de las penas por violación sexual, así como la disminución del tiempo de prescripción de este tipo de delitos. Y es que Ortega no sólo es un dictador, además es un depredador sexual pederasta quien violó a su propia hijastra (la hija de Murillo) cuando ésta tenía sólo 11 años. Ahora se sabe que siempre usó sus cargos de dirigente sandinista para tener acceso a mujeres adolescentes, con la complicidad de su perversa esposa Rosa Murillo, quien incluso le defendió ante las acusaciones de su hija.
Y no es que Ortega se torciera tras el triunfo de la Revolución Sandinista al llegar al poder. A su hijastra la violó en 1978, un año antes del triunfo. Ya estaba torcido, pero lo había sabido ocultar bien.
Esta deshonrosa desviación de la Revolución Sandinista que han hecho Ortega y Murillo nos indigna en extremo como feministas socialistas, comunitarias, autonomistas y de distintas corrientes de la izquierda que luchamos por un mundo más justo. Por ello, nos pronunciamos en apoyo del pueblo nicaragüense y de las y los verdaderos sandinistas, quienes mantienen la congruencia con los principios de la Revolución por la construcción de una Nicaragua socialista, de una Nicaragua justa. Desconocemos y repudiamos al dictador Daniel Ortega y a la codiciadora Rosario Murillo y a los claudicantes sandinistas, convertidos hoy en los que antes combatieron: parásitos y explotadores de su propio pueblo.
¡Fuera Ortega-Murillo de Nicaragua!
¡Justicia para las y los 300 nicaragüenses exiliadxs y desnacionalizadxs!
¡Libertad a las presas y presos políticos!
¡Por una Nicaragua verdaderamente sandinista, por una Nicaragua libre!
¡Vivan las mujeres feministas sandinistas!
¡Viva la Revolución Sandinista!
Firmas: Las Constituyentes MX Feministas; Diplomado en Estudios Feministas América Latina, UACM; Colectiva Violetas del Anáhuac STUNAM; Comuna Lencha-Trans; Feminismos Descoloniales; Feministas con Voz de Maíz; Movimiento Socialista del Poder Popular; Araceli Osorio Martínez, defensora de Derechos Humanos y madre de Lesvy Berlín Rivera Osorio; Sayuri Herrera Román, abogada, luchadora social y coordinadora general de investigación de delitos y atención a víctimas Fiscalía General de Justicia de la CDMX; Revista Común.
Entrevista de La Jornada a Mónica Baltodano
El régimen de Daniel Ortega-Rosario Murillo ha dejado a todas las fuerzas críticas, potenciales opositores, sin margen ni posibilidad de luchar o resistir desde el interior del país, denuncia la historiadora Mónica Baltodano. En esas condiciones, la disidencia en el exterior –los desterrados y cientos de líderes, activistas, periodistas y estudiantes exiliados y migrantes– intentan levantar cabeza y reconstruir redes políticas y sociales.
No hemos cejado en nuestro sueño de recuperar la libertad como cosa vital. La lucha por reorganizar una resistencia continúa ante todos los desafíos, asegura la autora de Memorias de la lucha sandinista, cuatro tomos con la recopilación más completa de aquel proceso.
Los disidentes intentan construir oposición a pesar de todas las adversidades que pretenden paralizarnos: un sistema de vigilancia y espionaje que inhibe, el silenciamiento de toda prensa o expresión independiente, el encarcelamiento como forma de control y la confiscación de bienes a discreción, que nos deja a todos aquellos que hemos tenido un asomo de rebeldía sin formas de sustento con tremendas dificultades.
Baltodano, junto con su esposo Julio López Campos, y una de sus hijas, es parte de los 317 nicaragüenses que este año fueron despojados de su nacionalidad, su pasaporte, su patrimonio e incluso, en el caso de los jubilados, de sus pensiones.
Antigua combatiente sandinista
Mónica fue guerrillera en sus años adolescentes en su natal León –la tierra de Rubén Darío– durante la lucha armada contra la dictadura de Anastasio Somoza. Al triunfo del Frente Sandinista de Liberación Nacional en 1979 fue ascendida al grado de comandante guerrillera y fue ministra de asuntos regionales del gobierno revolucionario de la época. Ya en la oposición, a finales de los años 90 fue diputada por el Movimiento de Renovación Sandinista que se formó de la ruptura con el orteguismo.
En días recientes la nicaragüense, que radica en Costa Rica, viajó a México para presentar un nuevo libro, El pueblo contra la dictadura, y para hacer diplomacia ciudadana con organizaciones de la sociedad civil, pero también con el partido oficial Morena y la cancillería, para movilizar una visión máns solidaria hacia la Nicaragua silenciada y excluida.
Ni un rasgo de progresista
Baltodano admite que a algunas fuerzas de izquierda, que en el pasado fueron cercanas al proceso sandinista, como es el caso de México, les cuesta trabajo reconocer que lo que encabezan Ortega y Murillo no tiene ni el más mínimo rastro progresista: en lo económico es neoliberal y extractivista y en lo político es represivo y totalitario.
Sostiene también que, aunque la retórica del orteguismo se dice víctima del imperialismo yanqui, su país no sufre sanciones como Cuba o Venezuela. son individuales, a ciertos funcionarios, no al Estado*. Nicaragua tiene un muy fluido comercio con Estados Unidos, sus inversionistas gozan de grandes ventajas.
Mónica Baltodano salió en 2022 de Nicaragua como parte de la oleada de activistas o dirigentes que tuvieron que huir tras el encarcelamiento de todos los precandidatos a la presidencia en las elecciones de 2021. Fueron detenidos decenas de periodistas, religiosos, líderes campesinos o estudiantiles y a toda la directiva del partido Unamos (antes MRS).
Luego de la excarcelación y destierro de 222 figuras del periodismo, la oposición y religiosos, el gobierno mantiene aún alrededor de 130 presos políticos en las cárceles del país.
Baltodano realizó a principios de año una gira por Uruguay y Brasil. Ahora México, como un esfuerzo dirigido a que, particularmente en medios progresistas, se comprenda que los que fueron los dirigentes de la revolución en los 90 del siglo pasado, que en su época suscitó mucha solidaridad y simpatía, han cambiado y hoy son lo opuesto a lo que fueron y aun predican.
La teoría del campismo
Las izquierdas venimos de una tradición en la que se decía que el fin justifica los medios; es una forma de pensar que admite que Ortega, porque se dice revolucionario, tiene derecho a echar presa a la gente que disiente. Esa cultura de desestimar la importancia de la democracia y los derechos humanos también está un poco en el ADN de algunos de esos dirigentes que se han anclado en el pasado. En ciencia política hay una teoría sobre esto: el campismo. Es una forma de ver el mundo dividido en dos campos. Si un gobierno viola brutalmente los derechos humanos y no es democrático, pero es de mi campo entonces yo lo defiendo. No es exclusivo de las izquierdas, también de las derechas.
La autora entiende que su esfuerzo es hacer comprender que el régimen orteguista no tiene ni un rasgo de progresista. No tiene un modelo económico transformador. El producto interno bruto de Nicaragua sigue siendo el más bajo de América Latina, el extractivismo campea, las concesiones mineras son ventajosas para las empresas. Es capitalista en su forma más extrema.
Hace años hacer comprender esta realidad era más difícil. Recuerda el Foro de Sao Paulo de 2018, en plena crisis represiva en Nicaragua.
La mayoría de los partidos repetían el discurso Ortega-Murillo. Cinco años después esto ha cambiado. Este año, en el foro que se realizó en Brasilia ya no hubo consenso a su favor. No logramos una condena, pero sí el respaldo de muchos partidos a una declaración que enviamos los exiliados y desnacionalizados.
Morena, lejos de emitir una condena
En este terreno, el trabajo diplomático de Mónica Baltodano y sus compañeros tiene un largo camino que recorrer con los partidos: es el caso con Morena; todavía está lejos de decidirse a condenar a Nicaragua. Pero estamos trabajando con la sociedad civil, los estudiantes, las organizaciones y las iglesias, porque éstos van levantando el tema que después tienen que tomar los partidos políticos.
La Nicaragua de la que habla esta antigua combatiente sandinista es un país en donde en la prensa se puede escribir libremente de la Grecia antigua, de los pájaros, de los animalitos. Pero no se puede escribir nada de cuestiones políticas, de lo que sucede en la realidad, de los derechos humanos.
Un país con un Estado opresor y vigilante que espía a rodos sus ciudadanos en las redes sociales y que recientemente condenó a ocho años de prisión a cuatro muchachas que habían protestado en Facebook contra la confiscación de la Universidad Centroamericana, jesuita. Lo mismo que a un viejo periodista, Víctor Ticay, que ya no tiene espacio en ningún medio, pero a quien se le ocurrió subir a su perfil escenas de teatro callejero de las representaciones religiosas de Semana Santa, porque en su país hasta los santos están prisioneros en sus iglesias. En menos de tres horas la policía ya estaba en su casa deteniéndolo.
Un país en el que, de acuerdo con el registro del Observatorio del Derecho de Asociación, ya fueron clausuradas 3 mil 400 organizaciones sociales, desde agrupaciones de asistencia a los niños, de defensa del medio ambiente, de protección a las mujeres violentadas, religiosas, de educación. Así, fueron cerradas la Academia de la Lengua, la Academia de Ciencias y la Cruz Roja Nicaragüense. La más reciente, una clínica independiente de especialidades médicas propiedad de Tania Fonseca Terán, hija de Carlos Fonseca Amador, figura histórica y fundador del Frente Sandinista de Liberación Nacional.
Además, desde 2021 fueron cerrados todos los medios impresos que no fueran los oficiales. Y el gobierno confiscó sus locales, su maquinaria, sus reservas de papel y sus rotativas.
*Las cursivas son de nuestro Comité Editorial
Fuente: Comunistas Cuba.org/
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María Consuelo Tapias: «El ELN no tolera la violencia basada en género»

CI.- Colombia Informa entrevistó a María Consuelo Tapias, delegada del ELN en la Mesa de Diálogos de Paz con el Gobierno Nacional, la cual explicó algunos aspectos del proceso de paz.
Colombia Informa: ¿Dentro del ELN cómo están abordando el tema de género y cuáles son sus propuestas?
María Consuelo Tapias: El tema de género en la mesa es un asunto que fluye muy poco. Venimos hablando con varias organizaciones de mujeres para retomar propuestas que quedaron pendientes en 2017 y 2018.
Estamos trabajando para ver cómo, desde estas organizaciones de mujeres, se puede adelantar un diálogo, una capacitación con la Mesa en general sobre el tema de género. Esa es una propuesta que hemos venido retomando en estos días. Ya nos hemos reunido varias veces con las organizaciones feministas y vamos a retomar esa propuesta.
Era como una especie de agenda que ya habíamos organizado en 2018 y que habíamos empezado a avanzar.
Vamos a retomarla a partir del quinto ciclo, de manera que podamos armonizar, pero también podamos avanzar, digamos, en una propuesta y en una vinculación mucho más activa y más protagónica desde el campo de la mujer.
En este proceso de participación y en el proceso de paz, el ELN viene facilitando que desde el campo social y desde las comunidades se pueda avanzar en el empoderamiento de las mujeres, de las organizaciones de mujeres, para avanzar en el proyecto de paz.
CI: ¿Cuál ha sido el manejo que el ELN le ha dado a casos de violencia basados en género? ¿El ELN cómo está abordando este tema?
María Consuelo Tapias: A nivel interno, el ELN tiene un código de comportamiento donde el abuso sexual, la violencia sexual o basada en género es penalizado. Entonces, digamos, es un régimen interno.
Como política, el ELN no tolera la violencia basada en género. Eso no significa que no se presenten casos, pero cuando se han presentado son mínimos. Cuando hemos conocido informaciones al respecto, el ELN ha investigado y dado un tratamiento a estos casos.
El ELN, dentro de sus políticas, no persigue ni tiene como política la violencia sexual o de género. Atacamos o corregimos ese tipo de comportamiento tanto en la fuerza guerrillera como también en casos o hechos que se presenten en las comunidades.
CI: Hace unos meses hubo unas investigaciones periodísticas que señalaban unos casos de abuso cometidos por integrantes del ELN, en Norte de Santander ¿Qué dice el ELN al respecto?
María Consuelo Tapias: Conocí el informe y las denuncias al respecto. Yo pienso que hay muchos hechos de denuncia que son instrumentalizados.
No conozco que el ELN cometa abuso sexual ni a mujeres, ni a niños, ni a hombres, que es el caso denunciado en Norte de Santander.
Hay unas organizaciones apoyadas por ONGs que están dedicadas a hacer denuncias instrumentalizando estos casos. Conozco otras que han documentado en la Comisión de la Verdad, en el marco del proceso con las FARC.
Hay una serie de denuncias muy generales contra el ELN sobre casos de violencia sexual a mujeres en zonas que, en particular, yo las conozco y sé que esos casos no sucedieron. A algunas mujeres que han hecho este tipo de denuncias les hemos preguntado por qué dicen eso. Primero no son de esas regiones, segundo no conocen la zona y tercero esto no ha pasado. ¿Qué nos contestaron? Que a ellas las buscaron para que hicieran este informe.
CI: ¿Ustedes han investigado esos casos que mencionan, por ejemplo, en Norte de Santander?
María Consuelo Tapias: Los hemos investigado. Incluso el ELN es una organización que a su interior permite que haya personas sexo diversas, las hay y se les respeta.
Entonces es muy contradictorio que si nosotros tenemos esta apertura a la participación al interior de nuestra militancia de las personas sexo diversas, es imposible que una organización con este comportamiento asuma otra postura en la práctica.
CI: A lo largo de los años ha habido prácticas machistas y patriarcales al interior de muchas organizaciones en todo el mundo, incluyendo las insurgencias. Al interior del ELN, ¿cuál es el papel que tienen las mujeres dentro de esa organización?
María Consuelo Tapias: El ELN desde hace muchas décadas tiene apertura hacia el trabajo de la mujer en la construcción de la militancia.
Hoy, el ELN sigue abriendo las posibilidades y los derechos para que las mujeres militantes alcancen espacios dentro de la conducción del ELN.
En la actualidad tenemos estructuras guerrilleras, espacios de dirección nacional donde hay compañeras que tienen niveles de responsabilidad y de comandancia a esos niveles.
Igual ocurre en las estructuras militares, pero en toda la composición militante del ELN vas a encontrar que hay mujeres que tienen una conducción significativa en cada una de estas unidades y estructuras guerrilleras.
María Consuelo Tapias. Foto: Alicia Vargas.
CI: ¿Ustedes creen que se puede lograr un proceso de paz exitoso con el Gobierno de Petro?
María Consuelo Tapias: Durante este Gobierno, en el poco tiempo que llevamos de instalada, la mesa de diálogo es donde se ha podido avanzar con mayor rapidez en la agenda.
Hemos avanzado en acuerdos que son importantes para acompañar la ejecución de los seis puntos de la agenda de diálogo.
A seis meses de instalada la mesa hemos acordado un cese al fuego, que es el de mayor durabilidad que hasta ahora el ELN ha acordado con el Estado.
Por primera vez avanzamos de manera firme y concreta en el punto uno de la agenda, que es Participación de la Sociedad.
En el gobierno de Juan Manuel Santos solamente avanzamos en la primera etapa de esa participación, que fue el trabajo que se hizo de preguntarle a la gente de qué manera va a participar en el proceso y solo llegamos hasta allí.
Ahora estamos desarrollando en firme el punto uno de la agenda y tenemos la convicción que con este Gobierno vamos a avanzar en todos los puntos de la agenda de diálogos.
CI: Aunque existe un cese al fuego, se siguen presentando enfrentamientos armados del ELN con grupos de disidencias, con grupos paramilitares y en algunos casos con la fuerza pública. A esto se suman las denuncias que involucran a los militares con estos grupos. ¿Hasta dónde estaría dispuesto el ELN a llegar para resolverlo? ¿Han considerado un cese multilateral?
María Consuelo Tapias: El cese al fuego que se está desarrollando es de acciones ofensivas y es un cese bilateral. Es entre el ELN y la Fuerza Pública. Eso es lo que dice el acuerdo. Hasta ahí vamos.
El acuerdo también dice que el ELN puede realizar acciones defensivas, que es lo que está pasando ahora. O sea, hay un cese de operaciones ofensivas, pero en el terreno los grupos paramilitares (llámense Clan del Golfo o disidencias) siguen avanzando en el territorio para obligar al ELN a romper ese cese al fuego.
Lo que está haciendo el ELN, por un lado, es mantener el cese al fuego. Cumplir el acuerdo que existe de cesar acciones ofensivas contra la fuerza pública y defenderse del ataque y la incursión paramilitar que viene avanzando en este caso.
Lo evidente es que sigue en marcha una operación contrainsurgente de copamiento de los territorios, que tiene la finalidad de favorecer la explotación de los recursos mineros – energéticos en el país. Donde hay una incursión paramilitar fuerte, es donde hay unos títulos mineros que no han podido entrar en ejecución.
De forma clara, se observa que estas operaciones paramilitares tienen como propósito el desplazamiento y despojo de las comunidades de sus territorios. Busca continuar abriendo el camino para que las transnacionales puedan hacer explotación minera y energética en el país. Eso es un poco contradictorio con la política de paz que el mismo Presidente ha iniciado.
En cuanto a las operaciones militares o el accionar de otros grupos, esa es una tarea del Estado avanzar con estos grupos, acordar una mesa de diálogo o someter estos grupos paramilitares. Pero esa es una tarea del Estado y no del ELN.
María Consuelo Tapias. Foto: Alicia Vargas.
CI: ¿Ustedes han considerado algún tipo de cese al fuego con estos grupos?
María Consuelo Tapias: El cese al fuego es con el Estado. Estos grupos son afines al Estado, afines a las fuerzas militares, y, por lo tanto, con quien hay que hablar y acordar es con las fuerzas militares, es el Ministerio de Defensa el que tiene que resolver ese problema, no el ELN.
CI: ¿Ellos qué les han dicho?
María Consuelo Tapias: Hay una negativa total a reconocer la connivencia sobre estos planes conjuntos de accionar.
Las mismas comunidades también evidencian la relación que hay allí, el contubernio que existe entre estos grupos y la fuerza pública. Están los testimonios de las comunidades, existen las denuncias.
CI: Se les ha reclamado a todos los actores armados por la presencia de menores en sus filas. ¿El ELN está considerando dejar de reclutar menores?
María Consuelo Tapias: El ELN no tiene la política reclutar menores, pero hay una realidad. La misma situación de conflicto y de violencia estructural es la que empuja a la juventud a buscar alternativas en las organizaciones insurgentes.
Pero no solamente hay menores o jóvenes en las organizaciones insurgentes, los hay en todos los niveles de los grupos armados, incluso de las bandas, porque es un problema social, estructural que hay que resolver.
La propuesta de paz y de diálogos busca resolver este problema. O sea, superar el conflicto armado implica brindar alternativas a la juventud.
La juventud busca estos espacios de grupos armados porque no tiene otra alternativa. En la medida que el Estado y la sociedad brinda otras alternativas, pienso que también es una manera de disminuir la vinculación de jóvenes a los grupos armados.
El ELN no tiene como política reclutar menores y no anda buscando jóvenes para que ingresen a la insurgencia. Pero hay unas realidades, en las que la gente necesita resolver una situación social y mucha gente llega a los espacios de grupos armados para resolver un problema del día a día.
CI: Usted ha sido una mujer revolucionaria que hace parte de un grupo insurgente, es lideresa, ha sido mamá, amiga, hija, hermana, entre otras. ¿Cómo logra articular su vida familiar con su lucha, con sus decisiones y con su capacidad para dirigir dentro del ELN?
María Consuelo Tapias: Yo creo que es una realidad de todas las mujeres guerrilleras, pero también de los hombres. De cómo compaginamos nuestra lucha insurgente y clandestina con nuestra vida familiar y social.
Por un lado, toca moverse en un hilo muy delgado en el que atiendes a tu familia y a tu entorno social sin causarle un problema de seguridad o de persecución.
Es un poquito complejo y se vuelve muy difícil, pero también yo pienso que hace parte de esas decisiones muy duras y radicales que a veces hay que tomar para cumplir con la vocación que hemos tomado, como es la de ser insurgentes.
Esto significa luchar por un proyecto de vida y un país mejor. Yo opino que ese es uno de los costos altísimos que pagamos y que quizás la sociedad nunca ha reflexionado.
CI: ¿Qué dice su familia, sus hermanos, hermanas, primas, primos, sus hijos o su pareja?
María Consuelo Tapias: Mi familia ha sido un apoyo fundamental con el cual he contado siempre.
CI FC/05/11/2023
https://www.colombiainforma.info/maria-consuelo-tapias-el-eln-no-tolera-la-violencia-basada-en-genero/
Fuente: Colombia Informa-
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