12 Julio, 2023
Tras el asesinato de Nahel, la forma en que el gobierno respondió a la inmensa ola de ira y la revuelta espontánea de los barrios obreros confirma la naturaleza profunda del poder macronista: antisocial, antidemocrático, racista, autoritario…
¿Quiénes son los violentos?
Desde la primavera, el ejercicio del poder por parte de Macron, Borne, Darmanin y Cie ha estado marcado por una gran violencia, tanto física como institucional. Así, el informe publicado el lunes por los observadores sobre lo ocurrido en Sainte-Soline el 25 de marzo confirma la violencia de la represión ejercida sobre el terreno contra la movilización, y por tanto la falsedad de la versión defendida por el ministro del Interior.
Sí, efectivamente hay un obstáculo para el socorro: “Mientras la zona estuvo en calma durante una hora, las autoridades obstruyeron el socorro sin tener en cuenta la vida humana. Eligieron no ayudar a los heridos en peligro vital . Sí, efectivamente hubo disparos LBD de quads en dirección a los manifestantes; y contrario a lo que dice la Inspección General de Gendarmería Nacional (IGGN), los gendarmes no se encontraban en situación de legítima defensa cuando dispararon contra la LBD. Sí, el informe documenta el lanzamiento de granadas contra los heridos y los funcionarios electos que los protegían mientras estaban a distancia y eran completamente identificables…
Para aplastar una movilización calificada de “ecoterrorista”, el poder tuvo que criminalizar a toda costa: primero, para legitimar la acción violenta de las innumerables “fuerzas del orden” presentes en el lugar; después, para justificar la disolución de los Levantamientos de la tierra y la detención de tantos y tantos ecologistas.
Contraatacar, todos juntos
Es a raíz de la violencia múltiple contra las movilizaciones que debemos entender la política implementada en las últimas dos semanas. La muerte de un joven de 17 años, baleado a quemarropa por un policía por negarse presuntamente a obedecer; las impactantes imágenes de la ejecución que circularon ampliamente en las redes sociales; todo esto condujo a una ira perfectamente legítima, con un levantamiento inmediato en muchos barrios obreros y movimientos espontáneos dirigidos contra las fuerzas de represión o varios edificios, en particular las comisarías.
En el contexto de una oleada autoritaria y racista protagonizada por el conjunto de la derecha y la extrema derecha, la respuesta del poder se ubicó, como era de esperar, en el terreno de la seguridad, asumiendo plenamente el control policial de los barrios, una «justicia» expedita y arbitraria. contra la juventud, y la prohibición de manifestaciones de solidaridad con las revueltas o de oposición a la violencia policial. Este es particularmente el caso de la manifestación iniciada por el Comité de Verdad y Justicia por Adama, prohibida primero en Beaumont-sur-Oise, luego en París (lo que no impidió la celebración de un mitin y un evento dinámico y digno). Acción repugnante entre muchas otras, Darmanin suspendió al policía asesino pero con «sueldo completo».
Con la notable excepción del PS y el PCF, la izquierda social y política -sindicatos, asociaciones y fuerzas políticas- han sabido unirse para apoyar a los colectivos de los barrios populares y a las familias de las víctimas de la violencia policial que se encuentran en la primera línea. . Una convergencia sin precedentes que ciertamente no fue suficiente para movilizar masivamente pero que da una buena señal para el futuro.
Porque la lucha debe continuar: contra su orden policial (que para nosotros implica en particular la disolución de las BRAV-M y las BAC, y el desarme de la policía en contacto con la población), por otra distribución de la riqueza, para en particular para aumentar los salarios, reducir la precariedad y relanzar los servicios públicos.
martes, 11 de julio de 2023
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