Lunes, 01/05/2023

Nicolás Maduro, este primero de mayo, acaba de aprobar la propuesta que hace unas semanas realizara la dirigencia de Fedecámaras: no aumentar el salario, con el objetivo de desaparecer las prestaciones sociales, y limitar el ingreso de los trabajadores a bonificaciones que no incidan en prestaciones de antigüedad ni en bonos vacacionales y de fin de año.

La propuesta la leyó a nombre de la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores, con su presidente Will Rangel allí presente. Con ello se demuestra la traición completa y descarada de esta pseudo dirigencia a los más fundamentales intereses de la clase trabajadora venezolana.

Maduro se muestra una vez más como un presidente neoliberal, al servicio del gran capital, que ha impuesto en el mundo durante casi medio siglo paquetazos antiobreros que anulan todos los derechos laborales y le sirven a la burguesía mundial para aumentar exponencialmente los niveles de explotación del trabajo asalariado.

Hay muchos despistados que dicen que no marchan con la “derecha“. La derecha, radicalmente burguesa, proimperialista, está representada en el gobierno de Nicolás Maduro. Hay sectores de la derecha tradicional que marcharon hoy en las decenas de movilizaciones obreras que se desarrollaron en todas las ciudades y pueblos de Venezuela; pero esa derecha tradicional marchó bajo consignas clasistas y defensoras de los derechos laborales conculcados por el gobierno. Esa derecha tradicional está de retirada en nuestro proceso histórico. Fue derrotada desde hace 25 años, cuando Chávez ganó las elecciones en 1998, y de allí en adelante ha vuelto a ser derrotada una y otra vez en todos los intentos por regresar a un poder que nunca volverán a tener.

Tan derrotada está esa derecha tradicional, la proveniente del Pacto de Punto Fijo, antes representada por AD y COPEI, a los cuales se han agregado en estos 25 años multitud de fracciones partidistas, comenzando por Voluntad Popular y Primero Justicia, que la burguesía tradicional que antes la apoyó, representada en Fedecámaras, se dio cuenta desde hace rato de esa derrota histórica, y ha apoyado resueltamente al gobierno de Nicolás Maduro.

Desde la imposición anticonstitucional del Arco Minero del Orinoco en 2016, la burguesía occidental y sus representantes criollos comenzaron a colaborar con el gobierno de Maduro. Eso ha ocurrido a la vista de todos y no es necesario ejemplificar.

El remate de esa “unidad” entre el madurismo y el gran capital criollo y extranjero, lo hemos presenciado hoy, cuando Maduro ha aprobado completamente la propuesta del principal gremio empresarial de Venezuela, Fedecámaras, que se orienta a desaparecer las prestaciones sociales de los trabajadores (conquista obtenida desde la década de 1940, en donde influyó de manera determinante la gloriosa huelga de trabajadores petroleros de 1936) y “bonificar” el salario.

Atrás, muy atrás, ha quedado el discurso de Chávez en 1997 y 1998, cuando cuestionaba la bonificación salarial ejecutada por el gobierno neoliberal de Rafael Caldera. Bonificación que Maduro viene haciendo desde hace años, y que hoy la remata al no aprobar ningún tipo de aumento salarial, manteniéndolo en los miserables cinco (5) dólares mensuales. Maduro condena a la muerte por inanición a los centenares de miles de pensionados y jubilados que hoy perciben apenas esos miserables 5 dólares mensuales.

Maduro y su pseudo central obrera, la CBST, ha quedado al mismo nivel que Rafael Caldera en 1996, cuando la reforma laboral eliminó el pago retroactivo de las prestaciones sociales. Hoy Maduro ha aniquilado totalmente el salario, que es un derecho constitucional, y con el pleno apoyo de los esquiroles de la CTV, digo, de la CBST, avanza todavía más en un sistema de esclavitud laboral que no tiene precedentes en el último siglo.

Para la clase trabajadora venezolana sólo queda la opción de la lucha decidida en la calle. Las movilizaciones de calle, las huelgas y paros laborales, y la denuncia constante por redes y medios sobre las condiciones de esclavitud laboral a las que nos somete el gobierno del PSUV-militares, son las herramientas de lucha para reconquistar los derechos conculcados por el neoliberalismo que nos gobierna.

El Comité Nacional de Conflicto – Trabajadores en Lucha (CNC-TL), que abarca núcleos sindicales y laborales organizados en 22 estados del país, constituido en el Encuentro Nacional de Trabajadores celebrado en Caracas el pasado 18 de marzo, constituye la principal referencia organizativa para mantener y profundizar la lucha por los derechos de la clase trabajadora venezolana. Respaldar las propuestas de lucha del CNC-TL, y avanzar a la unidad con todo el resto de fuerzas sindicales y laborales del país, es la tarea por cumplir para decirle a Nicolás Maduro, a su gobierno neoliberal del PSUV-militares, que la clase trabajadora venezolana, la gloriosa clase obrera que durante el siglo XX conquistó importantes reivindicaciones que incluso se integraron a los textos constitucionales, no sólo no se rinde, sino que está dispuesta a seguir en la calle hasta derrotar esta ofensiva empresarial y antilaboral que se ejecuta a nombre de un falso “obrerismo”.

Maracaibo, Tierra del Sol Amada. 1ro de mayo de 2023.

*Roberto López Sánchez: (Caracas, 1958). Profesor Titular de la Universidad del Zulia (LUZ) con ingreso en 1994. Licenciado en Educación (LUZ, 1994). Magister en Historia (LUZ, 2005) y Doctor en Ciencias Políticas (LUZ, 2013). Actualmente dicta 6 materias en la Licenciatura de Antropología en LUZ: Historia de América; Historia de Venezuela; Intercambios Económicos; Poder y Movimientos Sociales; Culturas Afroamericanas; y Modo de Vida e Identidad Nacional. Ha dictado seminarios a nivel doctoral y nivel maestría en universidades venezolanas; y seminarios de Historia de Venezuela en universidades de Chile y España. Actualmente coordina la Unidad Académica de Antropología. Ha dirigido proyectos de investigación a través del CONDES-LUZ, y CLACSO. Línea de investigación: estudio de los movimientos sociales. Ha publicado más de 50 trabajos científicos. @cruzcarrillo09