Por Sébastien Fontenelle
Los días, en Macronie, se suceden y se parecen: los villanos se suceden según un ritmo inmutable.
Desde hace 48 horas, el jefe de Estado francés y sus ministros de empresa intentan sembrar un inmundo resentimiento en la población francesa: odio de clase y xenofobia desenfrenada.
Fue Emmanuel Macron quien marcó personalmente la pauta de este nuevo jaleo amargo, declarando, en el transcurso de su discurso del 17 de abril: “Luchar contra todas las formas de delincuencia, contra todo fraude, ya sea social o fiscal, será (…) en el centro de las acciones de gobierno”. Luego para agregar: “También reforzaremos el control de la inmigración ilegal”.
Por un lado, por tanto, este manipulador pone un signo igual entre el fraude social y el fraude fiscal, cuando sabe perfectamente que el primero es infinitamente menos costoso para la comunidad que el segundo, que es, a su vez, mucho menos grave. reprimidos: Macron sugiere así, sin decirlo tan explícitamente –porque rara vez asume su maldad– que los pobres son delincuentes, cuyo “robo” debe ser reprimido.
En cambio, cuando evoca la “inmigración” inmediatamente después de haber evocado la “delincuencia” , dice (sin decirlo aquí tampoco claramente) que en su mente -como en la de Gérald Darmanin, Ministro del Interior, que ya había hecho esta amalgama unos meses antes- la delincuencia y la inmigración están íntimamente ligadas.
Haro sobre los migrantes y los pobres
Después de que el jefe de Estado francés marcara así el tono de este nuevo haro contra los inmigrantes y los pobres, varios ministros macronistas retomaron este estribillo sucio.
Darmanin, de repente, más atento a lo que dice “los franceses” “quieren ” que cuando estos últimos rechazan categóricamente la reforma macronista de las pensiones: “Los franceses, quieren más autoridad, como quieren más lucha contra la inmigración irregular.
Nuevamente Darmanin, siempre muy cómodo con la estigmatización de los necesitados: “Para los que reciben la RSA [Revenu de solidarité active], si están en un proceso de integración, si muestran esfuerzo, hay que ayudarlos, claro. Pero si no quieren volver a trabajar, es normal que tengamos sanciones contra ellos.
Bruno Le Maire, Ministro de Economía, Finanzas y Soberanía Industrial y Digital: “Nuestros compatriotas, legítimamente, están hartos del fraude. Están hartos de ver a la gente recibir ayudas que pagan ellos mismos: es el contribuyente el que paga, no tiene ningún deseo de ver que la gente pueda beneficiarse de ello, enviarlo de vuelta al Magreb o a otro lugar”.
Olivier Véran, Ministro Delegado para la Renovación Democrática y Portavoz del Gobierno, quien por su parte de repente parece estar encontrando -tras la represión ultraviolenta de las manifestaciones contra la reforma de las pensiones- algunas virtudes en las movilizaciones ciudadanas: “La inmigración y la Integración en nuestro país , (…) es un tema hermoso, por el cual podemos movilizar a los franceses en el marco de una convención ciudadana.
En abril de 2022, Emmanuel Macron fue reelegido gracias a los votos de los millones de franceses que votaron por él en contra de su voluntad, pero porque era la única forma de evitar que el candidato de la Agrupación Nacional fuera elegido.
Inmediatamente después de su victoria, declaró: “Sé (…) que muchos de nuestros compatriotas votaron por mí hoy no para apoyar las ideas que sostengo, sino para bloquear las de la extrema derecha. Y quiero agradecerles aquí y decirles que soy consciente de que este voto me obliga para los próximos años.
Un año después, “lleva” , alto y claro, y en “consciencia” , esas “ideas” sucias donde el ayudantaje y la inmigración se mezclan en un mismo oprobio, y contra las que pretendía bloquear -pero nos equivocaríamos-. si consideráramos, como todavía lo hacen algunos comentaristas, que estos ataques, cuyas víctimas obviamente sienten los efectos muy concretos, son una “distracción” destinada a desviar nuestra atención de la lucha por nuestras pensiones.
Porque cuando un jefe de Estado suscita rencores clasistas y raciales para asentar su poder, debe ser visto como lo que es: un odioso mercader del odio. (Artículo publicado por el semanario Politis el 20 de abril de 2023)
Tomado de alencontre.org
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