Hace 32 años en el marco de una movilización estudiantil para exigir presupuesto universitario y para protestar por las ejecuciones policiales, fue asesinada Belinda Álvarez, estudiante de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y presidenta de Centro de Estudiantes de la Escuela de Trabajo Social, de un impacto de perdigón en la cabeza.
Ese día se cumplía un año del asesinato del estudiante Gonzalo Jaurea de la USB y para denunciar la ola de represión contra los estudiantes de secundaria. Durante la protesta un grupo tomó varios camiones y se generó un enfrentamiento con la Policía Metropolitana PM de aquel entonces.
En esa escaramuza es herida Belinda Álvarez y es trasladada al Hospital Clínico Universitario. Al conocerse la noticia, un grupo de estudiantes acompañados de las autoridades de la UCV, se trasladan hasta el Congreso de la República para protestar por el uso de armas de fuego en el control de manifestaciones.
La mayoría de las fracciones parlamentarias del Congreso, rechazaron la forma represiva de como el gobierno enfrentó las protestas y coincidieron en la necesidad de interpelar al ministro de Relaciones Interiores, Alejandro Izaguirre, miembro del equipo de gobierno de Carlos Andrés Pérez.
Después de 11 días en coma en terapia intensiva, fallece Belinda Álvarez.
Su muerte generó graves daños en su tejido familiar, su madre estuvo internada 3 meses en un psiquiátrico, su padre sufrió una crisis hipertensiva y estuvo hospitalizado.
La dirección en derechos humanos de la Fiscalía instruyó a 4 fiscales mujeres para establecer las responsabilidades penales de los funcionarios y se convocó a la marcha por la vida, a la cual asistió en primera línea el padre Luis María Olaso, sacerdote jesuita y defensor de los Derechos Humanos.
La muerte de Belinda Álvarez produjo la discusión en el Congreso Nacional de la Ley contra el uso de armas en manifestaciones. Lo que después se consagraría en la Constitución en el artículo 68 que prohíbe el uso de armas de fuegos y químicas en el control de manifestaciones.
Lamentablemente las muertes en el contexto de manifestaciones continuaron en los múltiples gobiernos que le sucedieron. La falta de memoria colectiva ayuda a perpetuar los abusos de autoridad y contribuye a la repetición de hechos.
Para recordar a Belinda Álvarez y la importancia de las que las fuerzas de seguridad adecuen sus actuaciones a los estándares internacionales y respeten el derecho a la vida, se grabaron algunos documentales.
*Este trabajo con sus imágenes, fue realizado y publicado en Twitter por:
Rodolfo Montes de Oca
@_romontesdeoca
Tomado de aporrea.org
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